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Analiza el Gobierno hacer más cambios

La decisión de la presidente Cristina Kirchner de crear el Ministerio de Seguridad y designar allí a la hasta ahora ministra de Defensa, Nilda Garré, podría no ser el último cambio en el Gabinete.

La decisión de la presidenta Cristina Kirchner de crear el Ministerio de Seguridad y designar allí a la hasta ahora ministra de Defensa, Nilda Garré, podría no ser el último cambio en el Gabinete, sino el inicio de otras modificaciones, admiten en el círculo íntimo de la jefa del Estado.

En lo inmediato parece casi definido el nombramiento de la ex senadora por Mendoza Marita Perceval al frente de la cartera de Defensa para reemplazar a Garré.

"Perceval es amiga de Cristina. Además fue titular de la Comisión de Defensa del Senado, es mujer y es funcionaria en Derechos Humanos, atributos ideales para designarla en el Ministerio de Defensa", explican hombres cercanos a la Presidenta.

La otra gran novedad que surgió ayer de la residencia de Olivos, según pudo saber La Nacion, es el análisis de la probable salida de dos ministros. Uno sería el hasta hace muy poco hombre fuerte del Gobierno, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. El otro, el ministro de Justicia, Julio Alak, hasta ayer jefe formal de las fuerzas de seguridad.

"No se descarta que deban ser desplazados. Ahora habrá un estudio serio sobre ese tema", confiaron a La Nacion fuentes oficiales.

Cerca de Fernández y de Alak niegan rotundamente que hayan presentado o puedan presentar la renuncia, y aseguran que intentarán reponerse del golpe.

Sin embargo, ambos, especialmente el jefe de Gabinete, quedaron afectados políticamente. Fernández tenía el control político de la Policía Federal, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, más allá de que, orgánicamente, el jefe natural eraAlak. El abrupto cambio de manos afecta directamente a Fernández. Y da cuenta de un descontento profundo de la Presidenta por la crisis general de inseguridad y su impacto público con miras a las elecciones de 2011, donde ella buscaría su reelección.

"Fernández le dijo ayer (por anteayer) a Cristina que él tenía a su disposición la renuncia", comentó a La Nacion una allegado al círculo áulico de la Presidenta. Cerca de Fernández lo niegan. Podría ser una mera formalidad. Pero el malestar de Cristina Kirchner por la violencia y la defectuosa represión en Villa Soldati era palpable.

Otras posibles remociones, según las especulaciones de oficialistas de paladar negro, podrían darse en las áreas económicas. Se comentó que el director de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray, está en la mira, al igual que Juan Pablo Schiavi, secretario de Transporte. No existen causas precisas, pero enigmáticamente algunos miembros de la "pingüinera" comentan la disconformidad oficial por la gestión en sus áreas.

Desde hacía algunos días, en Olivos comentaban la necesidad de oxigenar el gabinete con recambios en las primeras y las segundas líneas.

Por ejemplo, se habla allí de la llegada al Estado nacional de Eduardo Acastello, jefe territorial de la localidad cordobesa de Villa María. Sería el preludio del desembarco del gobernador cordobés Juan Schiaretti, en un eventual segundo mandato de la Presidenta. "Eso sería parte del apoyo que José Manuel De la Sota le dará a la Presidenta y de la anexión de Córdoba al proyecto K", graficó un operador político oficial.

También suenan los nombres del senador nacional Nicolás Fernández, de Santa Cruz, y del embajador en España, Carlos Bettini, como hombres para el recambio que planea Cristina Kirchner.

En cambio, los nombres más firmes para

 permanecer dentro del actual gabinete son los de Florencio Randazzo (Interior), Héctor Timerman (Relaciones Exteriores), Amado Boudou (Economía), Enrique Meyer (Turismo), Julián Domínguez (Agricultura), Julio De Vido (Planificación), Alicia Kirchner (Desarrollo Social), Carlos Tomada (Trabajo), Juan Manzur (Salud), Eduardo Sileoni (Educación), Lino Barañao (Ciencia Técnica).

Por su parte, existen figuras que la Presidenta podría rotar, según los allegados de Olivos. Se trata de los secretarios general, Oscar Parrilli; legal y Técnico, Carlos Zannini, y de Inteligencia, Hector Icazuriaga. "Son de confianza pero pueden ser intercambiables", señaló un hombre de la Presidenta.

"Aníbal Fernández estaba mal con Randazzo y con la pingüinera, con De Vido y con Boudou", dijeron en la Casa Rosada. "Eran factores de poder importantes en la interna oficial", agregan. Sin embargo, Aníbal Fernández tiene un peso político propio, cultiva un perfil de gestión y conserva fuertes relaciones políticas en el peronismo y en el empresariado que lo hacen fuerte. Por eso su futuro está en análisis.

Por su parte, De Vido manifiesta en la intimidad que está muy cansado y con ganas de liberarse de obligaciones. Pero su peso creció tras la muerte del ex presidente Néstor Kirchner y es clave para la relación con empresarios y sindicatos.

De Vido lleva adelante las negociaciones con empresarios y sindicalistas para firmar un Pacto Social que le garantice un horizonte sin sopresaltos a la Presidenta. Pero las presiones del líder de la CGT, Hugo Moyano, han puesto en suspenso esas negociaciones.

RENOVACION

En capilla. El jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, son mencionados como candidatos a dejar el Gobierno.

Ingresos. El senador Nicolás Fernández, el embajador Carlos Bettini (España), y el ex intendente de Villa María Eduardo Acastello se sumarían al gabinete.

Intercambiables. Los secretarios General de la Presidencia, Oscar Parrilli, de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y de Inteligencia, Héctor Icazuriaga, podrían rotar en sus funciones.