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Ana Gómez, una víctima más de Javier Bazterrica

La abogada fue otra de las mujeres que cayó en la trampa del gigoló. Enterate como fue su historia.

Ana Gómez, una víctima más de gigoló Javier Bazterrica, contó su experiencia en el programa radial "Sobrevivientes" y como fue conquistada por el "polista".

La mujer es abogada y vivía en la zona de Cañitas cuando conoció a "Máximo Fux" como se hacía llamar en su momento el gigoló. Convivieron en su departamento por un tipo y luego lo echó cuando se dio cuenta que había sido estafada.

La relación de ellos era convencional. Se conocieron a través de Facebook y al principio se encontraban a tomar un café en la zona en la cual él tambien decía vivir y se excusaba diciéndole que no la podía invitar a su casa porque estaban en obra para poder poner un cuadro con una foto de él jugando al polo y había mucho polvo, el cual le daba alergia. Por lo tanto el estaba "provisoriamente" viviendo en Martínez.

Cuando le contó sobre su vida, Bazterriza le explicó que su familia vivía en Europa, su hermana en Canadá, un hermano en España y sus padres en Inglaterra. También le dijo que tenía un titulo de barman, pero ningún título profesional, que él se dedicaba a las finanzas y trabajaba con la bolsa.

"Para mí todo era muy normal, me dijo que el podre había alquilado su departamento de Martínez por 15 días y lo ayude a buscar uno, pero ninguno le gustaba. Fue ahí cuando lo invité a que se quedara esos 15 días en mi casa hasta que consiguiera algo", le indicó Ana a Chiche en el programa radial. Hasta ese momento Ana no sospechaba nada. ¿Por qué iba a dudar del hombre al cual quería?.

"Un día revisando su documentación descubro que se llama Javier Bazterrica y lo comienzo a googlear, no aparecían antecedentes pero corroboro que es él. Me meto en el árbol genealógico y veo que aparecía el dueño de la UB Avelino Porto", explica la abogada contando cuando fue el momento en que arrancó a duda de la identidad "Máximo".

"Le doy 600 dólares porque necesitaba cambiar, y él me dijo que me conseguía buen cambio, se los di y a la semana me daba vergüenza pedirle el dinero, hasta que se lo pedí, y empezó a ponerme excusas". Luego le consultó por la identidad y dijo que se lo había cambiado porque no le gustaba su nombre real. Ella le creyó.

"Siempre estaba con dos celulares y me pidió que se los guardara porque tenía información muy importante. Se los guardo en la caja de seguridad y en un momento de caos en casa me empieza a pedir que lo necesitaba y yo confiando le di la clave de la caja de seguridad de la caja".

Luego la victima contó que lo echó de la casa y que un amigo de ella del ámbito del polo le mencionó que nada nadie lo conocía en ese espacio. También la abogada se acercó a un local al cual Bazterrica frecuentaba y el dueño y "amigo" del gigoló le explicó que no era amigo de él y que un par de veces había ido a vender un par de cosas. Fue ahí donde Ana confirmó que había vendido las cosas que le faltaban de la caja de seguridad.

Desde chica Ana Gómez ahorraba comprando oro. Tengo en su momento medio kilo de oro, alrededor de 25.000 dólares.

Para concluir, Ana agregó: "No sufrí nunca agresiones, solo fue una estafa económica pero no se puede permitir que una persona este impune circulando por todas las vías de redes sociales".