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A un año del brutal crimen de Fernando Báez Sosa: cómo es la situación de los rugbiers asesinos

Son ocho los imputados que irán a juicio por el asesinato ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. La responsabilidad de cada y qué dice el expediente. 


Este 18 de enero se cumple un año del brutal crimen que continúa conmoviendo a un país. Se trata del asesinato de Fernando Báez Sosa, a mano de un grupo de rugbiers que decidieron que como no les gustaba la cara del joven, lo matarían a patadas, en plena calle y a la salida de un boliche en Villa Gesell. 

Ocho de esos diez rugbiers implicados en la causa están imputados como coautores del delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, que contempla como pena la prisión perpetua. Actualmente, cumplen la preventiva en la alcaidía 3 del penal de Melchor Romero, en La Plata.

El 17 de noviembre, con el pedido de elevación a juicio, concluyó la etapa de investigación. La Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6, a cargo de la fiscal Verónica Zamboni, acumuló toda las pruebas testimoniales, grabaciones, audios, indagatorias, filmaciones, autopsia, pericias científicas, geográficas y gps de celulares, entre otras. Y requirió al juez de Garantías David Mancinelli que los detenidos sean juzgados por el asesinato, ocurrido en la madrugada del 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell.

El magistrado debe definir la fecha de inicio del juicio, que -según se especula- no será antes de julio o agosto de este año. La responsabilidad de los ocho rugbiers que se sentarán en el banquillo se divide en dos: están los que participaron de la paliza criminal y los que impidieron que los amigos de Fernando y otros presentes pudieran auxiliarlo. En el primer grupo se ubican Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli. En el segundo están Luciano Pertossi, Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz. Para la fiscal, todos tienen el mismo grado de responsabilidad.

Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, los otros dos rugbiers que estuvieron esa noche, fueron desvinculados de la causa. Pasaron tres semanas detenidos junto a sus amigos, aunque luego se los liberó por falta de pruebas. La fiscal Zamboni los imputó entonces como “partícipes necesarios”, hasta que hace dos meses pidió su sobreseimiento.

Hubo también un “sospechoso número 11″, cuya identidad fue confirmada en septiembre, y que nunca fue detenido ni imputado.

El rol de cada rugbier en la golpiza que terminó con la vida de Fernando: 

Rugbiers fernando baéz sosa


Máximo Thomsen


  • Tiene 20 años, es el líder del grupo y uno de los más complicados en su situación procesal: las pericias apuntan a que fue quien le dio la patada mortal a Fernando. Según el estudio escopométrico, una huella identificada en el rostro del joven asesinado correspondía con la impronta de las zapatillas que el imputado utilizó ese día.
  • Como deportista, “Machu” -así lo apodan- era el más destacado entre sus compañeros. Al igual que ellos, se formó como rugbier en el Arsenal Zárate Rugby y desde 2017 jugaba en el Club Atlético San Isidro (CASI), pero fue suspendido como socio tras conocerse su detención por el crimen. Estudiaba en un profesorado de educación física y aspiraba a ser kinesiólogo de alto rendimiento.
  • Los videos que se viralizaron horas después del asesinato lo muestran en la escena del crimen, caminando nervioso de bermudas y camisa desabrochada, mientras Fernando, a sus espaldas, estaba tendido en el suelo.

Ciro Pertossi
  • Tiene 20 años y es otro de los acusados más comprometidos en el expediente: al menos tres testigos lo reconocieron como quien “le pegó a Fernando en la cabeza, cara y pecho cuando ya estaba en el piso”. Una cámara de seguridad lo capturó mientras se chupaba los dedos con sangre al ser interceptado por personal policial.
  • Casi una hora y media después del ataque, escribió en el grupo de WhatsApp que compartía con el resto del grupo: “Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie”. Según la fiscal Zamboni, “esta conversación podría tratarse de un planteo o pacto para guardar silencio entre ellos mismos sobre lo sucedido; corroborando ello la participación de todos en el hecho, como así también la total premeditación”. Es hermano de Luciano Pertossi y primo de Lucas Pertossi, otros dos detenidos por el asesinato.
Lucas Pertossi

  • Tiene 21 años y es el mayor del grupo. La fiscalía determinó que registró con su iPhone la secuencia del ataque, desde que fueron expulsados del boliche hasta que él mismo dejó de grabar la golpiza para agredir a un amigo de Fernando. Diez minutos después del ataque, envió un audio al resto de la banda: “Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia. Caducó”. Es primo de Luciano y Ciro Pertossi.

Luciano Pertossi

  • Tiene 19 años y es el menor de los imputados. Testigos del expediente lo reconocieron como uno de los atacantes de Fernando y distintas filmaciones lo muestran en la escena del crimen. Es hermano de Ciro Pertossi y primo de Lucas.

Matías Benicelli
  • Tiene 21 años. Una serie de cotejos de ADN determinaron el hallazgo de sangre de Fernando en su camisa. Además fue señalado como partícipe del crimen por diferentes testigos: uno lo acusó de haber sido atacante directo de Fernando, otro lo observó agrediendo a un amigo del joven asesinado y un tercero declaró que también fue arengador, y que le gritaba insultos y amenazas a la víctima.
  • Le abrió la puerta a la Policía a las 10.30 de aquel 18 de enero, luego de que se ordenara la aprehensión de los rugbiers en la casa que alquilaban en Villa Gesell.

Enzo Comelli
  • Tiene 20 años. Según consta en el expediente, al ser detenido presentaba un “hematoma sobre el labio inferior”. La fiscalía lo acusó de haber atacado “premeditadamente” a Fernando.
  • Los investigadores establecieron además que fue quien “le propina en la secuencia fílmica golpes a otros sujetos masculinos que se encuentran en el piso y luego observa de cerca la golpiza que recibe la víctima”.

Blas Cinalli
  • Tiene 19 años, es el segundo más joven del grupo y las pruebas que forman parte del expediente lo sitúan como “agresor directo de Fernando”. Material genético compatible con el suyo fue encontrado en la uña del dedo meñique de Fernando, quien lo habría lastimado al intentar defenderse.
  • En el requerimiento para la elevación a juicio se constató que “golpea a unos sujetos que se encuentran en el piso”.

Ayrton Viollaz

  • Tiene 21 años y es el único del grupo que no tenía teléfono celular: lo había vendido para juntar dinero y poder viajar con sus amigos. Según la fiscalía, existen pruebas que lo ubican junto a Fernando “pudiendo quizás tratarse de un agresor directo”.
  • Varios testigos lo señalaron como arengador. Y aparece cerca de Thomsen en la puerta del boliche en los videos que se viralizaron horas después del crimen.

Alejo Milanesi
  • Tiene 19 años. Fue detenido junto al resto de sus amigos, pero recuperó la libertad tres semanas después por falta de mérito y el 17 de noviembre, la fiscal Zamponi solicitó su sobreseimiento. En el documento donde la fiscal solicitó la elevación a juicio se indica que “se halla en una zona más alejada del altercado”.
  • Sin embargo, Fernando Burlando y Fabián Améndola, abogados de la familia Báez Sosa, alegaron que la eventual responsabilidad de Milanesi en la “coautoría funcional” del crimen debe definirse en un proceso oral.

Juan Pedro Guarino
  • Tiene 19 años. Fue apresado junto a los otros rugbiers, pero al igual que Milanesi, fue excarcelado por falta de mérito tres semanas después del asesinato. Estaba imputado como “partícipe necesario”, pero la fiscal pidió su sobreseimiento.
El “sospechoso N°11”

  • Identificado como “TC”, nunca fue detenido ni imputado. No alquilaba la casa en Villa Gesell junto al resto del grupo, sino que había viajado con sus padres a la ciudad balnearia y la noche del crimen estaba en el boliche. Tras un análisis de las cámaras de seguridad de la zona y de testimonios, se confirmó que salió de Le Brique 11 minutos después que el resto de los imputados. “Solo observa todo lo sucedido (el cual no resulta imputado en autos, ni ha sido identificado durante la investigación como agresor)”, describió la fiscalía sobre su participación.

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