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Viven bajo tierra

Unas 60 personas de una secta rusa estuvo convivieron así por más de 10 años, en condiciones inhumanas, obligados por el líder de 83 años.

Sesenta miembros de una secta vivieron bajo tierra, sin luz solar, electricidad ni calefacción, sin aire fresco, sin educación ni asistencia sanitaria básica durante más una década. La misma fue descubierta a principios de agosto por la policía en Kazán, la capital de la república rusa de Tartaristán.

En la misma, más de 20 chicos, de entre 18 meses y 17 años, vivían junto a sus padres en condiciones paupérrimas, sin los servicios básicos mínimos y hasta sin haber visto alguna vez la luz del día. Estaban dentro de habitaciones como si fueran celdas, que se repartían en siete plantas de un búnker construido bajo tierra y en forma de laberinto.

"Los chicos no tenían contacto con el mundo exterior, no fueron a la escuela, no fueron a instituciones médicas, lo que constituye la peor de las violaciones de los derechos del niño", expresó el Ministerio del Interior de Tartaristán.

Como consecuencia de haber impuesto "un Estado con sus propias normas", las autoridades de esta república federada rusa de mayoría musulmana investigan al líder de la secta, Faisrajman Satarov, de 83 años.

El mismo, que tuvo su primera visión en 1964 y se autodesignó profeta a fines de los años 80, está acusado varias cosas. Algunas de ellas incluyen el haber reclutado niños y adultos, obligarlos a cumplir sus órdenes y entregarles todos sus recursos financieros, único sustento material del grupo.

Los seguidores de Satarov, en esta ciudad a orillas del Volga y ubicada 800 kilómetros al este de Moscú, amenazaron con el fin del mundo si las autoridades no les devuelven a sus hijos, que fueron internados y podrían regresar con sus padres después de una larga terapia.

"El estado de los chicos es satisfactorio. Todos fueron alimentados [por la secta], aunque estaban muy sucios", declaró la directora de uno de los hospitales donde fueron ingresados los menores.

El búnker de la secta "faizrajmanista" fue descubierto y allanado el primer día de este mes, en el momento en que la policía investigaba el atentado a un religioso islámico de Tartaristán, ocurrido a mediados de julio. Fue en ese entonces cuando descubrieron el sótano debajo de la propiedad de Satarov, y vieron que había gente viviendo.