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Uri Geller y la parábola del mago pródigo (II)

El controvertido mentalista será parte de la convención de ilusionistas más importante del mundo.

Las exitosas presentaciones de mentalismo nunca estuvieron ajenas a la polémica e incluso han generado debate entre los propios ilusionistas. Es un tema muy controvertido y no siempre fácil de resolver [Márquez, L. E. (2004) Límites del mentalismo. Pensar, Vol. I, Nº 4].

El caso de Uri Geller y los cuestionamientos de sus propios colegas es sólo uno de los tantos que se han registrado a lo largo de la historia y que, incluso, ha tenido como protagonistas a otras grandes figuras de esta rama del Ilusionismo.

En el anecdotario mágico es muy recordado el enfrentamiento que han sostenido Joseph Dunninger y Richard Himber. Es menester aclarar que Dunninger siempre fue considerado el máximo exponente del mentalismo y sus sorprendentes demostraciones en teatros, radio y televisión, convencieron a millones de personas de que realmente podía leer el pensamiento.


En una oportunidad, Himber interrumpió el espectáculo de Dunninger y, a los gritos, lo desafió a que le leyera su mente. De inmediato, el gran mentalista le respondió que le daría mil dólares si Himber podía demostrar que tenía una mente. Risas, aplausos y a otra cosa mariposa. [Christopher, M. (1973) The Illustrated History Of Magic. New York: Crowell]


Ni vencedores ni vencidos

Uri Geller también tuvo su sombra. Su máximo detractor fue James Randi, el ilusionista más avezado y famoso del mundo por desenmascarar fraudes paranormales. La rivalidad entre ambos pasó a ser un hito en la historia de la magia y ya sólo resta un futuro encuentro amistoso para que entrecrucen sus respectivas varitas mágicas.


Las justificadas acusaciones de Randi en cuanto a las pretensiones paranormales, nunca empañaron su objetividad para reconocer a Geller como un gran ilusionista.

En su primer libro devastador, y en el que expuso magistralmente los trucos de su "archienemigo", dejó constancia de esto sin ahorrar elogios: "Una cosa que debo consignar en términos inequívocos: probablemente soy uno de los mayores fans de Uri Geller. Respeto totalmente sus técnicas y su mente rápida" (p. 10); "Como todos los buenos magos, él trata de estar 'un paso adelante' en sus acciones y su planificación" (p. 25); "No, Geller no es mago, en el sentido ordinario de la palabra, pero algo tiene. Él ha descubierto un enfoque completamente nuevo de la magia -algo nuevo con sello propio- y esto es tan ingenuo, tan directo, tan simple, que incluso los magos no pueden resolverlo de inmediato. Yo mismo no pude resolverlo durante bastante tiempo. Pero ahora puedo duplicar cualquier truco que ha hecho Geller" (p. 29); "Él es muy bueno. Él puede sacar ventaja de cualquier situación. Y la gente desea creer en él. [...] Repito, él es bueno. Y probablemente tiene disponibles muchas técnicas diferentes" (p. 83-84); "Sí, Geller tiene encanto, de acuerdo. Él tiene el plumaje mesmérico que todos los grandes artistas necesitan, y los gelleritas no tienen la culpa de caer bajo el hechizo" (p. 129) [Randi, J. (1982) The Truth about Uri Geller. Prometheus Books, N.Y.; edición revisada de "The Magic of Uri Geller", Ballantine Books, N.Y., 1975].


El paso de los años los llevó a compartir el programa "Exploring Psychic Powers - Live!" (07-07-1989), dirigido y producido por Stan Harris y conducido por el mago/actor Bill Bixby. El protagonista era James Randi y Uri Geller su invitado especial.

Si bien el eje del programa jugaba en torno a una oferta de U$S 100.000 al que pudiese demostrar poderes psíquicos genuinos, Uri no fue uno de los postulantes y tuvo una actuación casi protagónica en la animación junto a Randi. El rol de jurado y elaboradores de los protocolos para las pruebas de los participantes, lo desempeñaron el parapsicólogo Stanley Krippner y el mago/psicólogo Ray Hyman. También fueron de la partida el dúo mágico Penn &Teller y Massimo Polidoro, discípulo de Randi y gran apasionado del ilusionismo.


Probablemente fue un programa pactado y donde se dieron cita magos y escépticos de sobra. Si bien Randi y Geller mantuvieron sus respectivas posturas en cuanto a lo paranormal, todo el desarrollo se llevó a cabo en forma amigable y con chicanas humorísticas desde ambas partes. En definitiva, fue un espectáculo muy bien producido y en el que ambos brillaron.


Según revelaciones posteriores de Randi, antes de la emisión del programa Geller fue a su camarín y le ofreció poner fin a la disputa que venían sosteniendo desde hacía tiempo, pero no hubo acuerdo porque el primero le respondió que eso no ocurriría hasta que reconociera que era un mago y que no tenía poderes supernaturales, cosa que Geller no aceptó [The New York Times Magazine, 07-11-2014]. Esta buena oportunidad podría haber cambiado el curso de la historia entre ambos y, seguramente, hubiese evitado las causas judiciales que luego surgieron y dieron mucha letra a la prensa [The Times, 13-09-1991 - Sun Sentinel, 13-01-1992].

Aún así, poco después Randi publicó un libro sobre historia de la magia y mantuvo su reconocimiento a Geller. No sólo le concedió un espacio entre los mentalistas más destacados de todas las épocas (The Zancigs, Joseph Dunninger, Annemann, Kuda Bux, Glenn Falkenstein, David Berglas, Max Maven, etc.), sino que lo consideró "el mentalista más carismático y exitoso de la historia". También manifestó: "Pero había algo más en Uri Geller que sólo su habilidad incuestionable; él tenía el encanto y carisma para convertir a los admiradores en adoradores." Y su conclusión fue: "Como artista, mago y mentalista, Uri Geller es uno de los más convincentes y quizás uno de los más ricos, de todos ellos. Pero él es un mago, no un ser sobrenatural" [Randi, J. (1992) Conjuring. St. Martin´s Press, N.Y., "The Mentalists", Cap. 26. p. 224-227].


Todos estos antecedentes serán algunas de las claves para entender el "efecto Geller", su cambio de perfil y la vuelta al nido que expondré en la próxima entrega.