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Una mujer denunció al sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann por violación

Hazel Behan asegura que el detenido podría ser su agresor. 

Hazel Behan, una mujer irlandesa le pidió a la Justicia que investigue Christian Brückner, el sospechoso por la desaparición de Madeleine McCann, asegurando que el hombre la agredió y violó en 2004 pero la policía nunca lo había logrado localizar. El hecho habría ocurrido en Praia da Rocha, a 30 minutos del lugar donde desapareció la menor. 

Behan, que ha seguido de cerca lo que estos días se ha ido publicando acerca de Christian Brückner, el nuevo sospechoso en el caso de Madeleine ,un alemán de 43 años, actualmente en prisión y con un largo historial de abusos sexuales, asegura que lo que realmente le llamó la atención fue la condena de Brückner por la violación de una mujer de 72 años en 2005 en Praia da Luz. "Tanto las tácticas como el método que utilizó, las herramientas que tenía con él y cómo había planeado todo. Leer sobre todo ello me hizo revivir mi experiencia", relata Behan en The Guardian.

Cuando Behan fue violada trabajaba como comercial vacacional en un resort de Praia da Rocha, otra localidad costera de Portugal muy cercana al lugar donde desapareció la pequeña británica. Era 2004 y Behan estaba a punto de cumplir 21 años. "Alguien me llamó y me desperté. Me giré y de espaldas había un hombre vestido con mallas y un maillot y un machete de 12 pulgadas en la mano".

Era un hombre alto y tenía la cara cubierta por una máscara, aunque Behan pudo ver que tenía los ojos azules y las cejas rubias. Más tarde, al denunciar la violación, detalló a la policía que su asaltante hablaba inglés con acento alemán. La mujer también dijo que el hombre tenía una marca en su muslo derecho. En las descripciones que estos días los medios alemanes han publicado de Brückner se afirma que tiene una marca de nacimiento en este mismo sitio.

El agresor de Behan, que había colocado una cámara en la habitación, dijo a la mujer que no gritara. La ató y sacó una bolsa con látigos y cadenas. La amordazó y empezó a golpearla y a violarla. El testimonio de Behan en 'The Guardian' es desgarrador: "Me pareció que lo había planeado todo deliberadamente. Se limpiaba constantemente las manos y cambiaba los condones repetidamente. Continuó durante unas cuatro o cinco horas".

El agresor tapó a la mujer con una sábana y ésta pensó que iba a matarla. "Pero ví que se ponía los zapatos y salía corriendo". Semanas antes de la violación, Behan había notado que alguien había entrado en su apartamento, pero no lo denunció porque pensó que nadie la creería.

Una vez ya sola en su apartamento, Behan llamó a la policía. Fue llevada al hospital y examinada, pero dice desconocer si se tomaron pruebas forenses. Siempre ha lamentado que la policía no investigara suficientemente su caso. "Me dijeron que debía callarme y no contar lo que había sucedido porque sería mala publicidad para el complejo turístico". "Si la policía hubiera hecho su trabajo y si ese hombre fue el mismo que atacó a la mujer americana, tal vez se habría podido evitar el ataque a Madeleine", asegura.

Behan, que vive en Irlanda con su marido y sus dos hijos, ha proporcionado una declaración relativa a su agresión a la policía británica, que le aseguró que compartirían esa información con la policía portuguesa. "Es la primera vez en 16 años que me ofrecen ayuda. Tengo la esperanza de cerrar este capítulo de mi vida", añadió Behan.

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