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Una bienvenida película mendocina

Con el film "Road July", el cine mendocino siente la sensación y la esperanza de revivir luego de décadas perdidas.

La industria cinematográfica local tuvo su época de esplendor cuando Film Andes se instaló en Mendoza y filmó catorce películas. Ahora, una pequeña puerta se abre para demostrar que el cine en Mendoza cuenta con talentos y, quizá, futuro.

Luego de más de cinco décadas, una película mendocina gana grandes afectos en el público local y, además, trasciende fronteras obteniendo galardones internacionales. "Road July" aborda un tema dramático que no excluye el humor y la inteligencia del film capta la atención del público, lo que le permitió permanecer muchas semanas en los cines de la provincia.

Mendoza supo tener su momento de gloria en la industria cinematográfica cuando, merced al impulso de empresarios, sectores intelectuales y el Estado, se instaló en la provincia Film Andes. La empresa fue fundada en 1944, construyendo sus estudios en Godoy Cruz. Las primeras filmaciones comenzaron en agosto de 1946 y en 1950 se estrenó la primera película filmada totalmente en Mendoza, "Lejos del cielo", que contaba la historia de un médico rural.

En cinco años se filmaron 13 películas, con la participación de actores de renombre nacional, como Santiago Gómez Cou, Jorge Salcedo, Julia Sandoval, Tito Luciardo o Mecha Ortiz, entre muchos otros. Las filmaciones también contaron con la participación de artistas mendocinos y abrieron una importante fuente de trabajo por la cantidad de extras contratados y por la actividad que se desarrolló en forma paralela a las filmaciones.

Film Andes contaba con una tecnología que se igualaba a la mejor disponible en América del Sur, dejando un balance excelente, tanto desde el plano económico como en el artístico pero su desaparición dejó un gran vacío.

"Road July" abre esperanzas de que alguna vez pueda volver a encararse una política cinematográfica local. Cuenta el pasaje a la paternidad de Santiago, quien conoce a su hija de diez años a través de un viaje en un gastado Citroën 3CV. Según el propio director, buscó a un actor desconocido para el personaje principal, aunque le dio participación en el filme a dos grandes figuras: Mirta Busnelli y Betiana Blum.

Este film logró el primer premio en Desarrollo de Proyectos en el Primer Concurso de Realizadores Audiovisuales Idits/Incaa 2008 y el máximo galardón en el Segundo Concurso Federal de Desarrollo de Proyectos y Largometrajes Raymundo Gleyzer, en ese mismo año.

Fue proyectado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y en el New York International Latino Film Festival, donde logró nominaciones a la mejor película extranjera y mejor director; en la Sección Oficial Panorama Ficción del Recontres Cinema D'Amérique de Toulouse, Francia; el Latin American Film Festival de Utrech, en Holanda; el Narrative Feature del Center Film Festival de Oklahoma y el Argentinische Filmtage de Leipzig, en Alemania.

Hacía 51 años que una cinta mendocina no se estrenaba en salas comerciales. Además, el film de Gaspar Gómez permaneció once semanas consecutivas en las carteleras de las pantallas locales. Este tipo de iniciativas y sus resultados demuestran que el público mendocino quiere disfrutar de sus paisajes, sus personalidades y sus historias en pantalla grande.

Que respeta los productos culturales propios que se realizan a conciencia y con calidad. Que el cine mendocino tiene futuro si hay buenas ideas, idóneos realizadores y fundamentalmente historias nuestras. Hay material, hay buenas propuestas e intenciones. Quizá con apoyo económico se podrían alcanzar grandes objetivos.