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Un jurado popular declaró culpable a la mujer que mató a su marido en un country

Gabriela Moreira García (42) y Rolando Nusbaum (67) estuvieron dos décadas juntos. Ella dijo ser víctima de violencia de género: no le creyeron.

Un jurado popular declaró culpable a Gabriela Aracy Moreira García (42) por el asesinato de su esposo, Rolando Josué Nusbaum (69), ocurrido el 12 de agosto de 2019 en su casa del barrio privado La Ranita, en Open Door, partido de Luján.

Moreira García estaba imputada por "homicidio agravado por el vínculo y por alevosía", por lo que la única pena posible es prisión perpetua.

El juicio comenzó el lunes. Al día siguiente fueron los alegatos del fiscal Guillermo Lennard y de los abogados de la acusada, Pablo Becerra y Leonardo Sigal.

Este miércoles, la jueza Patricia Guerrieri, del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Mercedes, les dio las instrucciones a los 12 jurados residentes en Luján y luego emitieron su decisión.

"¿Qué siente sobre el homicidio de su papá?", le preguntó el fiscal a Joshua Andrés Nusbaum (19) en una de las audiencias. "Un alivio", le contestó. Es que en su casa, según la defensa, se vivía como si estuviese en el verdadero infierno.

El impacto directo lo viven los hijos de ellos dos, tanto Joshua como su hermana de 12 años, quienes se tuvieron que mudar con su abuela materna desde que la viuda quedó detenida en 2019. En la actualidad está alojada en la Unidad Penitenciaria Nº 47 de San Martín.

Como la abuela no atraviesa una buena situación económica, padres del colegio St. Johns, donde asistían los chicos, armaron colectas para ayudarlos. 

Para Becerra y Sigal, Moreira García padeció violencia de género física, psicológica, económica y sexual, por lo que decidió asesinarlo. "Gabriela quiso vivir, si no él la iba a matar", aseguraron.

La mujer había ido a la Defensoría Pública de Pilar para pedir ayuda, pero la situación era muy compleja. Los abogados señalaron que ella no quería denunciarlo por miedo y quería contar un botón antipánico.

La defensa intentó demostrar en el debate que Nusbaum -dueño de un coto de caza en la provincia de La Pampa- “la abusó sexualmente a punta de pistola”, y que en “incontables ocasiones la golpeó, humilló, degradó e incluso reconoció en forma tardía a sus hijos”.

A su vez, los letrados sostuvieron que "durante los 20 años de relación fue víctima de violencia". La pareja se había conocido en un restaurante y llevaba más de una década casada. Al momento del crimen, habían iniciado el divorcio.

Sin embargo, el jurado descartó la versión de la mujer. La jueza Patricia Guerrieri, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Mercedes, ordenó que todo pase a un cuarto intermedio hasta el próximo viernes 4 de noviembre, cuando se realice la audiencia de cesura en la que fijará la pena.

Los abogados Sergio Dubove y Germán Camps, representantes de la hija de Nusbaum de su primer matrimonio, adhirieron al pedido que hizo el fiscal Guillermo Lennard, quien había solicitado en su alegato que el caso fuese encuadrado como un crimen con "alevosía".

"En todo el historial de la relación no había una sola denuncia, en un juicio de divorcio que ella había iniciado un tiempo antes no hizo ninguna referencia a una situación de violencia y tampoco en sus declaraciones, tanto en la etapa de instrucción como en la oral", destacó Dubove.

Para la defensa, el punto de no retorno sucedió la noche del 12 de agosto de 2019 cuando Nusbaum supuestamente amenazó de muerte a su esposa: "A vos te queda poco".

Entre la 1 y las 4 de la madrugada, Moreira García tomó un arma 9 milímetros que Nusbaum guardaba debajo de su almohada y le disparó en la cara. La bala le provocó una lesión cerebral y en minutos falleció.

La primera vez que declaró, Moreira García mintió. Dijo que dos delincuentes habían entrado a robar a su casa. Mientras ella había bajado con uno de los ladrones a la planta baja, el otro se había quedado con Nusbaum en el cuarto y en ese momento escuchó el disparo.

Para los letrados, que su clienta haya simulado un robo es una prueba fundamental para demostrar que sufría violencia de género. "Las víctimas orientan la escapatoria para otro lado cuando tienen una ley que las puede excusar”, indicaron.

La mentira duró menos que un suspiro. A los dos días, la viuda fue detenida luego de que las pericias científicas revelaran que tenía restos de pólvora en las manos.

Moreira García terminó confesando que lo había matado en contexto de violencia de género, cuando la fiscalía de instrucción había elevado el expediente a juicio acusándola de encubridora.

Con el correr de la investigación, se supo que Nusbaum era fanático de las armas y de los cuchillos. En su casa tenía al menos 20 armas blancas, municiones de escopetas y artículos de caza.

Además de ser propietario de un coto de caza, en 2013 había constituido Manzanares Verdes S.R.L. con su hija de su primer matrimonio, Francine Nusbaum (39). A los dos meses, el hombre renunció a su cargo de gerente y se lo cedió a su esposa. 

La compañía tenía como fin prestar servicios de jardinería y paisajismo, diseño y creación de parques y jardines, roturación del suelo y asesoramiento técnico, limpieza, conservación, entre otros. También importaban y exportaban productos vinculados a esos servicios.

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