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Un inusual resultado exige retribuciones

* Por Ramón Agustín Alegre. Pasado los momentos naturales de euforia que produjo a sus simpatizantes el triunfo de la Renovación, comienza a desandar los momentos de reflexión que ineludiblemente deben hacerse estos ganadores.

Pasado los momentos naturales de euforia que produjo a sus simpatizantes el triunfo de la Renovación, más aún, cuando los resultados con que lo hicieron tienen características extraordinarias.

Los números obtenidos por las actuales autoridades provinciales, sin temor a equívocos, podemos decir que se deben a un puñado de circunstancias que han sido altamente valoradas por la sociedad.  Evidentemente, los aciertos de esta gestión de gobierno, han tenido mayor preponderancia que los desaciertos.  Por consiguiente, esta apreciación positiva que está instalada en la inmensa mayoría de los misioneros, no generó una necesidad en mirar hacia otras alternativas.

   Ahora bien, la democracia tiene la virtud de encarnar un proceso dinámico.  Factores como satisfacer algunas necesidades básicas insatisfechas, obtención de un trabajo para quien no lo tiene, o acceder a la concreción de cosas nuevas para mejorar una posición económica,  entre otros, son los que mueven el humor popular a la hora de elegir a nuestros representantes.  Esto quiere decir, que el Gobierno provincial no solo tiene por delante la tarea de sostener el nivel de efectividad de lo que ya está haciendo, sino además, deberá ir por nuevos desafíos que permita a más personas vivir dentro de un estado de bienestar.
   Eso se consigue incrementando el producto bruto interno por habitante, que tiene hoy nuestra provincia.

   La mayoría de los que se dedican a producir algo en la tierra colorada, tienen una formación cultural muy apegada a la actividad agropecuaria.  Es decir, a la producción primaria.  En los últimos tiempos este rubro ha mejorado su productividad, gracias a la implementación de planes que van desde la transmisión de nuevos conocimientos, hasta la ayuda económica a los productores.  Medidas que son muy acertadas, más aún, en tiempos donde la producción de alimentos adquiere un rol superlativo.  Sin embargo, Misiones es una provincia de poca extensión territorial, con una densidad poblacional que es más del doble de la media nacional, y con una tasa de natalidad muy elevada.

   Como el suelo que disponemos para la actividad agropecuaria tiene límites, se vuelve imprescindible comenzar con tiempo un trabajo de concientización, sobre la adopción de una cultura industrial entre nosotros.  Esto no quiere decir que tenemos que dejar de lado las políticas de mejoramiento para el sector agropecuario.  Una vez que en la provincia se multipliquen los asentamientos industriales, nuestro producto bruto interno por habitante se irá incrementando en forma paulatina.  Eso será así, porque los bienes que se producen con valor agregado, tienen un valor económico superior cuando se colocan en el mercado.  Pero hay otras cosas positivas que también se consiguen cuando se comienza a transitar la senda de la industrialización.  Son los conocimientos.  Para llevar adelante un proyecto industrial determinado, la mayoría del material humano que desempeña tareas en esa actividad, debe poseer ciertos niveles de conocimientos.  Algunos más, otros menos.  Pero siempre hablamos de la necesidad de poseer conocimientos.  Esta particularidad nos pone frente a dos elementos que son clave para el desarrollo, y que no puede igualar la actividad agropecuaria.    Ellos son: Primero, mayores volúmenes de ingresos por venta para las empresas, con mejores sueldos para el personal, implica también, más recaudación fiscal.  Segundo, una población con mayor  ingreso en muchos de sus componentes, y mejor preparados intelectualmente, cambiará positivamente el tejido social de la provincia.

   El aprovechamiento de la materia gris de nuestros comprovincianos, es algo que no se debe dejar pasar por alto.  Es la riqueza más grande que tiene toda sociedad civilizada.  Por eso, es sumamente importante la idea de crear la Universidad Nacional del Alto Uruguay, en una zona donde han aparecido casos de niños que han deslumbrado por su facilidad en el manejo de las matemáticas.  Pero hay  algo que los misioneros estamos minimizando.  Es la instalación de las carreras de medicina y odontología en el territorio provincial.  El día que se concreten esas dos Facultades, podremos decir que la atención de la salud caminará hacia una mayor jerarquización.  No por desmerecer lo que hacen hoy los profesionales del rubro.  Sino, porque esas facultades podrán ofrecer importantes cursos de perfeccionamientos que, hasta el presente, los profesionales no siempre los hacen porque tienen que trasladarse a otros puntos del país.    Estos son parte de los desafías sobre los cuales tendrán que reflexionar los ganadores de esta elección provincial, si pretenden seguir conservando la alta simpatía que les demostró el grueso del electorado.  A medida que se amplíe el abanico de la actividad económica, se estará multiplicando la solución a los problemas, y generando un mayor bienestar en la población.  Sólo con hechos concretos, se preservará la confianza del electorado.