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Timerman versus Timerman: en nombre del padre, por la muerte de la madre

Cuando Jacobo Timerman, padre de Héctor, denunció cómo y por qué había fallecido su mujer en 1992. Héctor hoy, ¿Ser aliado de los asesinos de su madre?

Jacobo Timerman regreso al país cuando retornó  la democracia en 1984 y al tiempo lo llamó Raúl Alfonsín para dirigir el diario La Razón que estaba a punto de cerrar sus puertas.

Pero Timerman no hizo lo que quería el entonces Presidente (Alfonsín decía que le daba libertad de expresión pero no de conspiración) y en un gesto inédito cambió el director y puso en lugar de Jacobo a un hombre con antecedentes de vaciador de empresas, como la ex Jabón Federal, pero ninguna experiencia en periodismo. Se llamó José Pirillo,  y conocí esa historia de "la boca del caballo" porque tuve amistad personal y hasta confidencial con Pirillo.

Es cierto que José tenía gestos algo gansteriles, transitaba los pasillos del edificio del diario con arma al cinto para hacerse temer en un gremio qué no conocía.

Cuando supe que Pirillo estuvo vinculado a la desaparición del entonces Presidente de Alpargatas, noviembre de 1988,  Rodolfo Clutterbuck (jamás apareció su cuerpo), tomé distancia del diario La Razónaunque seguí en contacto con él.

Alfonsín lo llamaba y le decía qué publicar y qué omitir, pero esa es otra historia.

Pirillo me contaba todo, cómo si precisara confesarse con alguien, que no fuera sacerdote porque desconfiaba de los secretos de confesión.

El 2 de agosto de 1990 comenzó lo que la historia recuerda como "la Guerra del Golfo Pérsico", o "guerra del Golfo".

Sadam Hussein fue un líder católico de la región y había librado una guerra desalmada, como toda confrontación armada, contra Irán pero con uso de armas químicas prohibidas por reglamentaciones internacionales. Cuenta la historia que la embajadora de EEUU lo convenció de presentarse como líder islámico y Sadam se convirtió de la noche a la mañana.

Invadió Kuwait y su imagen fundamentalista fue creciendo en la región. Amenazó destruir Israel y sus misiles se lanzaron contra ese país.

Jacobo estaba casado con Risha, la mujer que lo acompañó toda su vida. Sus tres hijos eran Javier (financista en Wall Street) y Héctor, que vivian en Nueva York y Daniel, residente en Tel Aviv... justamente la ciudad que era el objetivo casi enfermizo de Sadam Hussein.

Cuando los misiles alumbraban la noche de Medio Oriente, todo el mundo conmociono, y lógicamente, los familiares de los habitantes todos, tanto árabes, como judíos y católicos  sufrieron por sus seres queridos.

La mujer de Jacobo Timerman sufrió un infarto producto de la angustia, como le debe haber ocurrido a incontables madres doloridas por la guerra.

Daniel Timerman le comunicaba a sus padres que estaba al alcance de los misiles, que los vela atravesar el cielo alumbrando las noches oscuras y el dramatismo paralizaba el corazón de su madre.

Risha nunca se recupero y murió casi con el final de la guerra del Golfo.

Jacobo Timerman escribio una carta publica diciendo casi metafóricamente que el fundamentalismo islámico que quiso destruir Israel y lanzaba sus misiles contra Tel Aviv , donde moraba su hijo Daniel, había sido el verdadero responsable del fallecimiento de su mujer.

Volvió a insistir con esos dichos después de la voladura de la Embajada de Israel en Buenos Aires y del atentado a la AMIA.

El 11 de noviembre de 1999 Jacobo Timerman falleció de un infarto, sin imaginar que 15 años después su hijo Héctor seria un intermediario indeseable con el Estado fundamentalista de Irán y los grupos terroristas a quienes había señalado como los responsables de la muerte de su mujer, la madre de Héctor.

La paradoja de Timerman versus Timerman la recordó hace días un dirigente de la comunidad judía en Buenos Aires, quien prefirió no hacerla pública con su nombre para no crear más discordias con el gobierno tras la denuncia y la muerte del fiscal Alberto Natalio Nisman.

El gobierno lanza la expresión "Nisman versus Nisman" y al toque viene la replica del "Timerman versus Timerman".