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The Punisher, la historia sombría, salvaje y poderosa que Netflix se animó a estrenar

La plataforma estrenó nueva serie de la mano de Marvel, pero esta trama es diferente, sin héroes, sin superpoderes. Brutalidad.

Por Marina Wachtel

Twitter: @setoffmarie

mwachtel@diarioveloz.com

"Frank Castle está muerto". Eso es lo que todos creen, pero este ex marino logró ocultarse por mucho tiempo en las sombras de Nueva York. Con un primer episodio a modo de introducción, no por eso menos dinámico, The Punisher es atrapante desde el comienzo, es explosiva y una de las producciones más interesantes de Marvel y Netflix.


Esta nueva serie de la plataforma online se desprende de la primera aparición que hace el personaje de Frank Castle en la segunda temporada de Daredevil. En la búsqueda de quienes asesinaron a su familia, el "Castigador" entra en conflicto con Daredevil, para quien los métodos de Castle son extremos, convirtiéndose así en el enemigo público número uno.


"El hombre más peligroso es aquel que ya no tiene nada que perder".

Con el tiempo, Frank es detenido por sus crímenes y condenado a cadena perpetua. Sin embargo, logra escapar de prisión y descubre quién es el responsable de la muerte de su esposa e hijos. The Punisher, es la historia de este hombre contada desde una realidad tan real, cruda y sincera.

El actor Jon Bernthal (The Walking Dead, Daredevil) se lleva todo el mérito. Es una absoluta muestra de interpretación. Logra darle vida al protagonista de esta historia de una manera verosímil, contundente, con una conmovedora convicción. Frank Castle eyecta venganza, sensibilidad, firmeza, determinación, entrega, testarudez: una madeja de bondades que hacen de este personaje la verdadera joya de la serie.


Castle es un hombre vacío, empujado a una venganza viciosa y aparentemente interminable por los asesinatos de su esposa y sus hijos, que tuvo lugar poco después de su regreso de Afganistán.

A pesar de su brutalidad sin límites, esta serie resulta ser también un espectáculo sorprendentemente emotivo, en la exploración de la pena y el profundo dolor. The Punisher no tiene superpoderes, no quiere superpoderes y no necesita superpoderes. El mismo ritmo de esta poderosa trama, que no deja el efecto sorpresa para más tarde, enarbola la tenebrosidad del personaje.

La sombría lucha de Castle por mantenerse aislado se ve interrumpida por David Lieberman (Ebon Moss-Bachrach), un ex analista de sistemas que también hizo creer al mundo que estaba muerto, incluso a su familia, y es quien descubre que Castle sigue con vida y logran formar una alianza con un mismo fin: un video, un blanco preciso, recuperar lo perdido, hacer justicia.


"La mente humana ansia tener una rutina, la necesita pero si quitas eso de ahí, ahí es cuando empiezas a perder la cabeza. Cuando quitas la comida, el día, la noche, el agua... sin patrones".

El guion es rico en contenido. No hay vaivenes ni historias secundarias que corran de lugar el eje central. Las imágenes, el sonido, la dinámica y la intensidad de las escenas hacen el trabajo. Hilan todo y lo dejan bien atado.

Durante el transcurso de la serie son también importantes la conmovedora relación con su ex compañero del ejército Curtis (Jason R. Moore), la íntima dinámica con Karen Page (Deborah Ann Woll) y la determinación de la agente Dinah Madani (Deborah rose Revah). Ninguna pieza queda suelta en este engranaje.


Billy Russo (Ben Barnes) es el mejor amigo de Castle. Es un personaje con varias capas de complejidad en el que en un punto, puede verse una dualidad que sabe estirar a lo largo de los trece capítulos de esta entrega. A pesar de que la serie se toma ciertas licencias con él, este personaje puede dar paso a una historia muy interesante en futuras temporadas de 'The Punisher'.

En cuanto a escenas y efectos, no hay desperdicio. Es una serie ágil en la que las charlas intimas no se convierten en largos monólogos y la acción se vive a cada momento con la impresionante fuerza que logra darle Castle. Los visuales y efectos no parecen tales. Están muy bien logrados.


Aunque la línea "Luché por este país, y no tiene lugar para mí", Castle no la menciona, se convierte en su núcleo: un hombre roto creado por una institución rota, aparentemente condenado a repetir el mismo ciclo violento porque carece de las herramientas para hacer lo contrario. Y así, Marvel y Netflix han creado un personaje tan rico que nos prepara hacia un viaje a la segunda temporada.

"En ciertas situaciones extremas la ley es insuficiente. Y para compensar su insuficiencia. Es necesario actuar fuera de la ley. Luchar por la justicia natural. Esto no es venganza. La venganza no es un móvil valido. Es una respuesta emocional. No, nada de venganza solo...castigo".