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¿Sos un obsesivo compulsivo?

Pensamientos tiránicos, recurrentes, obstinados. Conductas repetitivas, compulsiones. La obsesión es una idea fija que embiste todo el tiempo apoderándose de uno...

Por Luciana Arnedo

luciana.arnedo@gmail.com

@LuArnedo

Pensamientos que invaden la consciencia y no podemos ignorar. Sentimientos reprimidos. Ideas exacerbadas que producen una gran angustia que necesitamos aliviar. Algo dispara desde muy adentro, una orden que no podemos detener. Así emergen las conductas compulsivas...

¿Por qué estas conductas opresivas, demandantes, extrañas?... Reducir la ansiedad es lo que apremia primero. La obsesión es algo que no sabemos cuándo se desarrolló, ni por qué, ni para qué.

El comportamiento "anormal" que tenemos a diario está planteado para evitar alguna situación, futura, que nos atormentaría (por ejemplo: contar hasta cien interrumpidamente para evitar la muerte de un ser querido). Es infinita la serie de amenazas que pueden surgirnos. Un impulso se apodera de nosotros. Inmediatamente debemos hacer algo (cada cual tiene sus propios rituales) para revocar un hecho "muy grave" que puede suceder.

El pensamiento grita, carcome... Posteriormente actuamos, indefectiblemente, una exigencia  determinada (compulsión) como defensa de aquel pensamiento mortificante (obsesión). De esta manera logramos aliviar aquella ansiedad producida por pensamientos, miedos, fantasías, o alguna voz que establece como ley.

Las personas sujetas a estas "sensaciones", ritos, sumisiones, reconocemos la falta de sentido del comportamiento, no obtenemos placer alguno en realizar determinados actos, pero entendemos que es lo único que logra silenciar, disminuir por un tiempo, limitado, la angustia del momento.

El "ritual" no basta para cesar nuestro padecimiento, por ello nos vemos obligados a desarrollar un rito que concluye en un círculo vicioso. Verificar varias veces las mismas cosas, una y otra vez, ya que en la repetición conseguimos una disminución inmediata del malestar dominante, no obstante reforzamos la dinámica infinita del trastorno.

Las obsesiones y las compulsiones son un principio significativo de malestar que irrumpe en nuestra actividad social, laboral y en la acción diaria, ocupando gran parte del tiempo de nuestros días.

Los afectados somos conscientes de la irracionalidad de nuestro trastorno. Sentimos culpa y vergüenza, e incluso llegamos a sentir "miedo de volvernos locos".

Cada ritual está ligado a una misma obsesión. Tenemos que realizar varios rituales a lo largo del día, añadiendo una gran pérdida de energía física y mental en nuestra vida diaria.

Lavarse las manos compulsivamente varias veces al día. Comprobar que las cosas estén donde deben estar. Ordenar la ropa por color. Tocar determinado número de veces los botones del televisor, poner el volumen "siempre" en un número par, evitar tocar picaportes y/u objetos considerados sucios, recorrer el mismo camino cientos de veces, no tocar las rayas en el piso, limpiar sobre lo limpio, ordenar lo ordenado, empujar los cajones para cerciorar que estén bien cerrados, enderezar objetos, separarlos milimétricamente, encender y apagar las luces varias veces seguidas, etc., etc.

Existe una innumerable sucesión de ritos, algunos impensados, que hasta ponen en riesgo nuestra vida -como puede ser cerrar los ojos mientras uno maneja-.

En la película "Mejor Imposible" encontramos un exquisito modelo para comprender este trastorno obsesivo compulsivo (desde el comienzo de la misma observamos ciertos rituales que Melvin -Jack Nicholson- realiza). Otra película que refleja este trastorno es "El aviador". Howard Hughes -Leonardo DiCaprio-es un excéntrico y perfeccionista millonario rodeado de fantasmas amenazadores, obsesionado por el temor a contagiarse de infecciones.

¿Se trata de un "maleficio secreto"? La impotencia de tener que responder a estos "caprichos" nos muestra que hemos realizado una construcción (posiblemente algo también proveniente de afuera) como respuesta/defensa a algún miedo o no aceptación de nuestra realidad cercana.

En algunos casos el "yo soy así" justifica el síntoma. De esta forma el sujeto se ve (y continuará) obligado a responder a una orden interna, perversa, que lo supera (obedecer a la voz/orden alivia la ansiedad del momento pero al cabo aumenta a la misma).

Sentimientos que van en desacuerdo con nuestros pensamientos conscientes. Extrañas voces, rituales que se apoderan de uno haciendo la vida difícil, perturbadora, rígida, degradante, esclavizadora.

Zona de auto-limitación. No hay lugar en el mundo en el que no nos acosen estas reglas, estas leyes que nos sentimos obligados a obedecer, "abandonándonos". Comportamiento desfavorable engendrado por un miedo indefinido. Maltrato a uno mismo que también llega a lastimar a los demás.

Toda la alteración de la vida está dirigida eficazmente al obsesivo compulsivo.

Si entendiéramos el por qué... Si razonáramos la conveniencia de negarnos a seguir las ordenes de fondo, si notásemos el daño que nos causamos. Si nos libráramos de este efecto paralizador. Si pudiéramos hacer en su lugar cosas placenteras...

Resolver este conflicto requiere aceptar otros problemas. Si los ojos no estuvieran tan clavados en la obsesión posiblemente podríamos identificar su origen. Tramitar (curar) la angustia de una manera menos culposa, torcida y violenta, con uno mismo, es el deseo que suplicamos cada noche antes de volver a la luz del día.