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Si necesitamos dólares primero limpien los baños

A partir de la semana que viene escracharemos los baños de los lugares públicos.

Todos los economistas coinciden que la mejor manera de conseguir dólares rápido es con el turismo. La Argentina necesita dólares y todos sabemos que desarrollar valor agregado en nuestros productos primarios lleva tiempo. Conseguir adaptar los precios y los usos y costumbres que requiere el mundo de nuestros productos también lleva tiempo. En cambio, hay una posibilidad muy sencilla y está a nuestro alcance y tiene que ver con el turismo.

El turismo genera en inmediato muchos dólares frescos y no hace falta mucha inversión. En realidad hace falta tener hoteles, albergues compatibles con los deseos de los extranjeros, tenerlos limpios, tener un programa de carreteras que funcione, entre otras cosas. Muchas de las cosas que nombré ya están hechas pero hay una que es muy difícil de conseguir en la Argentina que es algo que los turistas valoran mucho y que critican cuando se van de nuestro país: los baños argentinos y especialmente los de Capital Federal y el Conurbano.

Estamos hablando de baños que son sencillamente formas diferentes del infierno. Algunos baños de restaurantes, incluso en zonas muy caras como puede ser Puerto Madero o Las Cañitas, son realmente una vergüenza. Sucios, descuidados, con olores, sin control del funcionamiento de los depósitos. Es realmente un asco.

Más de la mitad de los baños de los lugares públicos de la Argentina son realmente repugnantes.

No hace falta hacer grandes encuestas. Cuando uno verifica los informes de los turistas cuando dejan la Argentina o cuando uno les pregunta qué te gustó de la Argentina ellos te dicen que les gusta todo pero critican los baños y la velocidad en la que se conduce en las autopistas.

La velocidad de las autopistas es otro tema a resolver. Nosotros tenemos autopistas urbanas como la Panamericana donde la máxima velocidad es de 130 km/h. Es una velocidad muy alta y hay que saber manejar. Los autos de ahora llegan fácilmente a los 150 km/h pero hay que estar preparado para poder estar arriba de uno. El conductor tiene que tener muy en claro la distancia del frenado y de giro. Un auto a esa velocidad es un arma y nadie nos cuida de eso.

Volviendo al tema de los baños. ¿Es muy caro mantener un baño? Probablemente sea caro. ¿Los argentinos somos sucios en los baños? Los argentinos somos sucios en los baños. No cuidamos el baño ajeno. Esa es la tarea que precisamente debiera desarrollar los municipios locales, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Hay muchos organismos de control pero el baño sigue siendo un asco. Realmente hay que encarar el tema de la higiene de los baños con sanciones serias y clausuras por no tener los baños en condiciones. Si el baño no está en condiciones debemos saber que las cocinas tampoco. Si hay cucarachas en los baños también las hay en la cocina. Porque a las cucarachas les gusta ir a donde está la comida no donde la gente hace pipi. Tenemos que ponernos definitivamente de acuerdo en esto.

¿Quiénes limpian los baños? Es una tarea probablemente fea. Es estigmática. En el mundo entero la gente que limpia baños no tiene ningún problema. Lo cierto es que cuando empiece a funcionar un control a la limpieza de los baños, la gente acompaña. La gente no ensucia baños limpios. Los clientes cuidan los lugares cuando le ofrecen un lugar limpio. Necesitamos dólares y la forma más sencilla para que ingresen es con el turismo pero pensamos si realmente tenemos la estructura para recibir la duplicación de turistas que necesita la Argentina. Es muy difícil afirmar eso.

Está comprobado que un baño limpio genera el uso responsable y la mantención del mismo. Un baño sano genera un uso sano de un baño. Controlado, con puertas que cierran sin inundaciones.

Hace muchos años, un veterano de Malvinas pedía limosna en la esquina de Libertadores y Salguero. Había perdido las dos piernas en la guerra. Iba siempre al baño de la estación de servicio que daba vergüenza por la suciedad que tenía. Verlo a este hombre que lo único que quería era hacer sus necesidades y saber la condición donde lo tenía que hacer me daba bronca. Yo estaba yendo a Radio 10 a hacer mi programa y comencé una campaña contra el baño de esa estación de servicio. La empresa dueña del lugar ordenó demoler ese baño, puso provisorios y en seis meses había baños nuevos. Obviamente, cuando los terminaron, me llamaron para que los vaya a ver y hasta el día de hoy son un ejemplo de limpieza. Esto quiere decir que cuando se ve se corrige. Un turista es una de las piezas clave para mantener la llegada de dólares pero a ese turista hay que atenderlo y escucharlo. Venir a la Argentina no es fácil pero volver es más difícil cuando recordas los baños. Estuve en baños de países mucho menos desarrollados que la Argentina y los baños son realmente un ejemplo. Saben que el turista no va a encontrar nada sucio. Tienen hasta bidet. Si necesitamos los dólares rápido ya sabemos: limpiemos los baños y bajemos la velocidad de las autopistas.        

 

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