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Sergio Denis: "Estuve en un neuropsiquiátrico, pero no estoy loco"

* Por Damián Basile. El cantante reconoció que debieron alojarlo en una clínica de salud mental, pero negó haberse querido matar: "Pensar eso es un disparate", afirmó.

Tocar fondo, para los que interpretan sin distorsiones el lenguaje popular, representa encontrarse solo, desamparado, en un callejón espiritual sin salida. Tocar fondo, para aquellos que se declaran autocríticos, significa considerarse una víctima indefensa de los problemas individuales más severos, provocados, casi siempre, por desprolijidades y desarreglos propios. Tocar fondo, para la mayoría de los mortales, se asimila a una malaria económica capaz de arrebatarte hasta el pan de cada día. Tocar fondo, para Sergio Denis, es todo esto más el riesgo de terminar atrapado, de por vida, en un chaleco de fuerza. Es, sin ir más lejos, verse obligado a internarse en un neuropsiquiátrico para combatir una profunda depresión. Y quedar envuelto, paralelamente, en versiones que le atribuyen un presunto intento de suicidio.

El mismo cantante lo cuenta: "Estoy superando la peor crisis de mi vida. Por depresión y estrés estuve internado en un neuropsiquiátrico", afirmó el artista, quien el 14 de mayo de 2007 sufrió dos paros cardíacos que detuvieron los latidos de su corazón durante 18 minutos. En esa oportunidad se encontraba en Asunción, Paraguay, y se salvó milagrosamente gracias a la rápida intervención de la recepcionista del hotel. "Estuve en manos de Dios, pero no me quiso llevar", reflexionó al referirse al durísimo trance que le tocó atravesar oportunamente.

Hoy, a casi cuatro años de una jornada que jamás olvidará, Denis transita por un camino igual de sinuoso, pero que otorga un mayor margen de recuperación. Lo cuenta él: "Hace unas semanas fui a hacerme ver a la Clínica Suizo Argentina, donde me realicé una serie de estudios. Y de allí me derivaron a la Clínica Psiquiátrica Las Heras por un pico de estrés, para descansar y reponerme".

Luego, negó categóricamente haberse querido matar: "No oculto que estuve deprimido y que sufrí durante un largo tiempo problemas por el estrés, pero, de ahí a suicidarme... pensar eso es un disparate. Estoy entero, no estoy loco". Posteriormente, remarcó su permanente sinceridad ante escenarios adversos. "Cuando estuve mal, siempre lo dije. ¿O se olvidan que pasé 14 años tratando de pagar deudas? Por haber querido progresar me endeudé, y eso pesó mucho en mi vida. Viajaba en tren desde Villa Ballester a Retiro todos los días, porque llevaba a mis hijos al colegio. Solamente sufrí el latigazo de los famosos: pasar de los aplausos a los malos momentos. A tocar fondo...".