Policiales
Se ordena seguir investigando a Cristian Graf
En el marco de la investigación por el crimen de Diego Fernández Lima, fuyo cuerpo apareció luego de 41 años de su desaparición en una casa en Coghlan, la Justicia sigue considerando al dueño del lugar como el sospechoso del asesinato.
La Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones ordenó que se siga investigando a Cristian Graf por el asesinato de Diego Fernández, su ex compañero de escuela, cuyos huesos fueron hallados bajo la casa de su familia Graf en Núñez más de 40 años después de su desaparición.
La medida fue tomada por los jueces de esa sala que anularon el sobreseimiento de Graf y su indagatoria. Así, la investigación regresará al fiscal Martín López Perrando. La resolución pone en orden la pesquisa y resalta algunos puntos interesantes, diciendo: según surge de la declaración indagatoria, que se atribuyen a Norberto Cristian Graf los sucesos ocurridos con posterioridad al hallazgo de los restos óseos de quien fuera en vida Diego Fernández el 20 de mayo de 2025, en las que llevó a cabo una serie de maniobras unívocas destinadas a encubrir el hecho precedente, que consistieron en: a) la generación de explicaciones inverosímiles, concretamente la “existencia de una iglesia”, “un establo”, o “un camión que pudo haber traído tierra con esos huesos”, con la finalidad de restar significación al hallazgo; b) una conducta contradictoria y evasiva frente a testigos y autoridades, con intención de desviar la investigación; c) el silencio posterior y la ausencia de colaboración, pese a la magnitud del hallazgo; d) la pasividad demostrada ante tal hallazgo que llevó a que ni siquiera llamara a las autoridades policiales; e) la absoluta prescindencia de participación a posteriori de este, ya que durante los dos primeros meses de investigación nadie se interesó por saber las contingencias del hallazgo, interés que sí se disparó ferozmente en cuanto se supo quién era el occiso”.
El juez Lucini, aseguró: “Que el deceso acaeciera en 1984 verifica un vínculo entre la víctima y el encausado en tanto resultaban ser ni más ni menos que compañeros de colegio, circunstancia suficientemente demostrada para sostener esa afirmación mediante informes y testimonios de quienes coincidieron con ambos en aquella época. Por ello, no hay posibilidad de desvincular, a esta altura, al nombrado del homicidio, ya sea como autor, cómplice o cualquier otro grado de participación y en una línea temporal evidentemente distinta y excluyente a la del delito por el cual se pretende limitar el examen de su eventual responsabilidad”.
El juez Hernán López, resaltó la necesidad de volver a la prueba más evidente: “Las cuestiones remarcadas por los antropólogos que dieron cuenta de que la víctima fue agredida y que luego se intentó desmembrarla, corroboran, entonces, la existencia del delito precedente. El vínculo entre el damnificado, el encausado y el sitio donde acaeció el suceso -dado que se estableció que el cuerpo no fue trasladado-impide descartar el segundo de los requisitos, es decir, su ajenidad en el hecho anterior”.
Cristian Graf, quien había sido sobreseído por el juez Alejandro Litvack a fines de octubre, tomó esa determinación al considerar que la acción penal por el homicidio precedente está prescripta y que las conductas atribuidas no configuran delito.
La decisión de la Cámara, toma muy en cuenta que el Equipo Argentino de Antropología Forense, determinó que los restos hallados pertenecían a Diego, quien desapareció en 1984, a sus 16 años. Es decir, hace 40 años. Ese informe forense acreditó muerte traumática por apuñalamiento y posterior intento de desmembramiento y enterramiento en el domicilio de la familia Graf.
Para el juez Litvak, la conducta de Graf y que bien marcó el fiscal, brindando explicaciones inverosímiles, mostrando conducta evasiva, inexplicables silencios, pasividad- se dirigieron solo a empleados de la obra, no a autoridades policiales o judiciales.
La Cámara entendió lo contrario, con lo cual, vuelta a empezar y traer algo de paz a los familiares de la víctima, desentrañando las conductas de Graf y su familia, que para los investigadores participaron en la muerte y el ocultamiento del cuerpo del joven Diego Fernández.
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