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Santiago Cúneo: “La gestión de Alberto Fernández se compara con los últimos seis meses de Alfonsín”

El periodista analizó los primeros 180 días del mandatario y su rol frente a la pandemia: "Necesitaba ganar tiempo con la cuarentena y la usó de una pésima manera"

El periodista y conductor Santiago Cúneo utiliza una película protagonizada por George Clooney y Mark Wahlberg para graficar la gestión del presidente Alberto Fernández. Se trata de La tormenta perfecta (2000), film que narra una historia real, basada en un barco pesquero que se ve sorprendido por un huracán mientras navegaba en altamar. Ante una ola de 25 metros, la última maniobra del capitán, a quien Cúneo equipara con el mandatario argentino, termina por hundir la embarcación.


“Describe el escenario de Argentina producto de la impericia del piloto, porque una vez que entraste a la tormenta ya no podés volver para atrás. Tenés que atravesar. Antes de ingresar podés sortearla por el costado o regresar, pero Alberto Fernández se metió de lleno y ya no puede salir”, aseguró quien se encuentra abocado al canal web que fundó hace tres años y a su programa 1 + 1= 3.


El 21 de abril de este año, Cúneo dialogó con Infobae y advirtió que la cuarentena debía ser “estricta y rígida”. Casi dos meses más tarde, y a pesar del desgaste social, sostiene su pensamiento: “La cuarentena nunca debió flexibilizarse. La gente pide flexibilización porque no tiene para comer, lo que empuja a la gente es el estado de angustia de suponer que no tiene mañana, que ya no depende de ellos proveer a sus familias. La gente pide romper la cuarentena para salir a ganarse el mango”.


—¿Advierte un error por sobre otros en cuanto a lo que va de la gestión de Fernández?


—En que todo el esfuerzo económico que hubiera hecho falta debió haber ido al clearing bancario, que eran $2.200 millones. Eso era lo que estaba en el circuito de las pymes. El Estado debió garantizar los pagos de ese clearing para que no haya quiebras ni concursos, que van a ser récord absoluto de la historia de la humanidad. El Gobierno decidió hacer asistencialismo personal y equivocó el rumbo. La ayuda debería ser 100% al empresariado y al comercio para sostener la producción. Esto debió estar garantizado por el Estado, con el suministro para que la gente pueda cumplir esa misión de respetar la cuarentena. Con una situación de quiebra estructural en la economía es imposible que la gente se quede en la casa. La situación de incapacidad de los núcleos familiares hace que la gente viole las normas porque es un incumplimiento imposible. Fernández merece el Nobel de geometría: logró que se cruzaran estas dos paralelas.


—Sin embargo en otros países se destaca el rol de la Argentina frente a la pandemia...


—Mirá, nadie va a escribir un libro sobre la gestión de Alberto Fernández. O si lo hacen debería llamarse “El albertismo que quiso ser y nunca fue”. Alberto se llenó de frases: “De la pobreza se vuelve pero de la muerte no”, dijo. El índice de mortalidad que va a acarrear esta cuarentena va a ser mortal y eso también va a ser de Alberto. Los muertos que va a generar su horrible gestión económica se van a convertir en un número mayor en el tiempo. Ya estamos metidos en la tormenta, él tiene que entender que se metió y en el avión se caen las bebidas, la gente va a vomitar y hay consecuencias colaterales. El piloto tiene que saberlo.


—¿No rescata nada positivo del aislamiento que empezó hace 90 días?


—La cuarentena la podría dictar mi hija de 8 años, es una medida medieval. Tiene sus orígenes en las pandemias medievales, la dictaba cualquiera. ¿Qué es lo que la diferencia? Su administración. Que el piloto tome las decisiones correctas para sortear la mayor cantidad de obstáculos que presenta la tormenta. Acá no estás dictando medidas, estás ganando tiempo. Alberto necesitaba ganar tiempo con la cuarentena y la usó de una pésima manera. Ya no hay cuarentena, se terminó hace un mes atrás. Y nadie va a volver a sus casas.


—¿No comparte el tipo de cuarentena que se puso en marcha el 20 de marzo?


—La visión de Alberto frente al COVID-19 fue táctica y no estratégica. Lo primero que tenía que hacer es determinar el tiempo en el que iba a librar el combate. Hipótesis de plazo para gestionar sus recursos y administrar la economía. Al equivocarse en los tiempos se equivocó en las decisiones. Su Gabinete no tiene ni idea de lo que es conducir una crisis. ¿Qué le falta a Alberto? Que renueve este Gabinete nacional, que se nutra de sindicatos, que le haga lugar a la gobernabilidad con veteranos de guerra.


—¿Qué ministerios cree que debería modificar?


—Bueno, (Martín) Guzmán tiene que irse ya. Es un error de la historia, un antojo, es una locura que hay que tirar por la ventana. Santiago Cafiero no resiste un día más. Ginés González García tiene que dejar que otro renueve la expectativa. Figuras con peso específico para que la gente vea un gobierno. Si prestás atención, Alberto habla más en entrevistas que Cristina Kirchner en sus cadenas nacionales. No puede ser que no haya ministros haciéndose cargo de sus carteras. La gestión de Alberto Fernández se compara con los últimos seis meses de Alfonsín.


—¿Intuye que Guzmán no fue el ministro ideal para encabezar la negociación de la deuda?


—La negociación no existe. Lo que los acreedores piden es una rendición, 57 centavos por dólar, empezaron por eso y se quedaron con eso. No se moverán de eso. Está mal encarado. En la provincia de Buenos Aires tenés que hacerte de los recursos económicos que les garanticen a los acreedores que les vas a poder pagar. Con una Argentina que va caer el 15% del PBI a fin de año, que tendrá a 950 mil personas más sin trabajo, con una fuerte emisión monetaria, una disparada del dólar... ¿Por qué los acreedores creerían en esta negociación cuando en tres años van a tener una sentencia en Nueva York?


—¿La situación económica puede mejorar en 2021?


—Yo creo que Alberto Fernández no es volver al macrismo. La situación de Alberto es para adelante, los gobernadores e intendentes, con los sindicatos, tienen que tomar el gobierno de todos. Esa es la única salida que tenemos los peronistas mirando hacia 2021: recuperar la esencia del poder elector. Hoy la gente ve a Alberto más parecido a Rodríguez Larreta que a Perón. Los únicos que podemos gobernar con él somos lo que construimos el espacio.


—¿No le gusta que el Presidente se muestre con el jefe de Gobierno porteño?


—Me parece horrible la foto con Larreta. Es el símbolo de lo que hemos superado y a lo que le hemos ganado. Tratar de mostrar un co-gobierno con los que generaron un endeudamiento bestial, que Alberto no sabe resolver pero ellos generaron... Los que generaron el desastre se empatizan con los que no lo saben solucionar. Por qué tiene que hablar el Presidente con el intendente de una ciudad. No tiene sentido que Larreta plantee hacer lo que quiere, la Ciudad no constituye una provincia.


—Usted fue candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. De haber ganado, ¿sería parte del trinomio que hoy conforma Kicillof con Fernández y Larreta?


—No estaría ahí de ninguna manera, la única decisión que comparto con Axel es poner a (Sergio) Berni como jefe de seguridad. Sin un ministro como Berni, Axel estaría muchísimo peor. Berni está poniendo el cuerpo y la figura ante la inseguridad en la provincia.


—¿Cree que Kicillof sí debería estar y no así Horacio Rodríguez Larreta?


—Axel es gobernador de todos los bonarenses y Larreta es un intendente. No son pares. El que genera este ámbito es Alberto, prestándole a Larreta un escenario que no le corresponde. La autonomía de la Ciudad fue una trasnochada del Pacto de Olivos. La imagen de Alberto Fernández con Rodríguez Larreta es volver a ver la Unión Democrática. Si Alberto se saca la foto, el que se equivoca es él.


—¿Se imagina si en 2023 el Presidente construye un frente nuevo con el jefe de Gobierno porteño?


—Si eso llegara a pasar, por lo menos no tendríamos que hacernos cargo de Alberto y de su fracaso en estos seis meses de gestión.


—¿Ve a Mauricio Macri como diputado en 2021?


—La banda de Cambiemos le va a tener que buscar impunidad y lugar porque necesitan darle protección, creo que va a encabezar la lista en la Ciudad. Esperemos que si gana que pida renunciar a los fueros el primer día, como pedía cuando era presidente.


—¿Cómo observó la decisión de intervenir y expropiar Vicentin?


—Si tengo que estar del lado del país de (Jorge) Lanata o la expropiación de Vicentin, me quedo con la expropiación. Pero no lo hubiera hecho. Sí hubiera nacionalizado el comercio exterior, me quedaba con los dólares administrando el comercio exterior desde el Estado. Ahí vos no ponés plata sino que la administrás. La expropiación es una decisión confusa, como fue hacer la sociedad mixta en YPF: o la estatizás o no la estatizás. No veo bien una expropiación en donde el Estado tiene que poner plata. En Vicentin van a poner y no van a sacar dinero. Hay que poner USD 500 millones y vos defaulteaste por no poner esa cantidad. Es contradictorio desde la posición económica de Alberto, que decía que había que salir del default.


—¿Entiende los cacerolazos y las manifestaciones en contra de tal medida?


—Por lo general no les hago caso a las minorías ruidosas. Pero está bien que lo hagan, es parte de las bandejas que se caen del avión.


—¿Dialoga con Cristina Kirchner?


—No, para nada.


—¿Qué rol debería adoptar la vicepresidente?


—Ella va a tener que sacar sus propias conclusiones. Y determinar un rumbo, su gente está confundida, no entiende y tiene la expectativa de su aparición para orientar a ese público que la sigue.


—¿El Frente de Todos está desgastado?


—Está partido. Alberto ha querido crear el albertismo que nunca fue ni va a ser.


—¿Se puede rearmar el espacio que triunfó en octubre de 2019?


—Volver al Frente de Todos no es volver al kirchnerismo, es darles lugar a los gobernadores e intendentes que son peronistas. Esto no es un tema entre Cristina y el albertismo. La solución es la aparición de todos los que formamos parte del Frente de Todos. Sergio Massa, por ejemplo. No se puede seguir en esta teoría del albertismo.


—¿Qué otros nombres deberían volver al centro de la escena?


—Me gustaría ver más a los gobernadores, a Rodríguez Saá. A los intendentes Leo Nardini y Gustavo Menéndez. A Hugo Moyano. Me gusta más un gobierno integrado y no por la única figura de Cristina, ella es la líder indiscutible, pero sola no alcanza. Está todo claro, lo que no está claro es cuál es el espacio para el Frente de Todos.

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