Sabrina Rojas estalló en vivo contra Luciano Castro por su casa en el mar con Griselda Siciliani

Durante la emisión de Pasó en América, Sabrina Rojas sorprendió a todos al apuntar directamente contra Luciano Castro, su exmarido y padre de sus hijos, después de que trascendiera que el actor adquirió un terreno en Mar de Cobo para construir una casa junto a Griselda Siciliani. La noticia encendió una inesperada reacción de la conductora, que no dudó en hacer público un reclamo que venía guardándose desde hace meses.

Todo ocurrió mientras el equipo analizaba la entrevista que Moria Casán le hizo a la China Suárez. En ese contexto, Tartu mencionó nuevamente la propiedad que Castro planea levantar frente al mar. El comentario actuó como detonante para Sabrina, quien no tardó en expresar su enojo.

“Yo he ido de invitada a lugares y decía: ‘¿En serio me vas a preguntar por esto?’”, señaló Rojas recordando entrevistas incómodas. Sin embargo, el clima se tensó cuando Tartu lanzó una frase que dejó la mesa en silencio: “¿Por la casa de Mar de Cobo me vas a preguntar?”.

Fue entonces cuando Sabrina explotó: “¡Claro! Falta el aire acondicionado para el nene antes que la casa en Mar de Cobo”. Según explicó, desde diciembre le pide a Castro que compre un aire acondicionado para uno de sus hijos, pero él sostiene que “es un lujo” y que “no tiene plata”.

“Y hay plata. Ojalá llegue el aire”, continuó, visiblemente molesta. Sus compañeros, sorprendidos por la sinceridad del comentario, intentaron alivianar el momento. Tartu incluso sugirió buscar un canje, a lo que Sabrina respondió: “Estoy en eso, gestionando. Si la otra persona dice que es un lujo y que no tiene plata… En la división de bienes siempre dicen que están quebrados”.

La conductora cerró el tema con una frase que dejó claro que necesitaba sacar a la luz su malestar: “Tenía que vomitarlo”.

Este inesperado estallido volvió a poner en el centro de la escena la tensa dinámica entre Rojas y Castro, quienes pese a su separación intentan mantener un vínculo cordial por sus hijos, Esperanza y Fausto. Sin embargo, la construcción de la casa en el mar con Siciliani parece haber reavivado viejas heridas que Sabrina ya no está dispuesta a callar.