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Quién era Lourdes Espíndola, la policía que tiene muerte cerebral luego de ser baleada en Ituzaingó tras un robo

Ayer, las autoridades anunciaron que tenía muerte cerebral. Los ladrones le quisieron quitar su arma reglamentaria.

La oficial Lourdes Espíndola tiene muerte cerebral. Así lo anunció ayer por la tarde el Ministerio de Salud de la Nación, del que depende el hospital de Palomar en el que estaba internada desde el sábado, cuando poco antes de las 19, mientras esperaba el colectivo en la avenida Quintana y colectora del Acceso Oeste, Ituzaingó, para volver a su casa tras un día de trabajo, fue abordada por motochorros que la quisieron asaltar, que le robaron el arma y le dispararon un tiro que le cercenó la carótida.

Lourdes tenía 25 años y estaba en pareja con Fernando Altamirano, de 34, quien también era policía. Vivía en Berazategui y tenía un hijo, que le había mandado un mensaje antes del incidente en el que le decía que la estaba esperando en la casa. Había entrado a la Policía Bonaerense tres años atrás, trabajaba como oficial del Comando de Patrullas de Moreno los días impares y como adicional cumplía tareas en el peaje Quintana B del Acceso Oeste, mano a Capital, en el límite entre Ituzaingó y Merlo.

Instantes después de recibir el disparo, Lourdes le mandó un mensaje de voz a su pareja para contarle lo ocurrido y decirle que se estaba muriendo. "Me tiraron un tiro, me tiraron un tiro. Me muero, me muero, me muero", dice la joven en su desesperada intento de pedir auxilio.

Ayer, mientras su luchaba por su vida, Altamirano habló con la prensa desde el hospital y enfurecido por lo que había pasado aseguró que dejaría de ser policía y contó que con su mujer charlaban sobre la posibilidad de no ser oficiales toda la vida. "Vivíamos con el adicional, teníamos sueños para hacer nuestro dúplex, porque no queríamos esperar a que nos den un tiro. No se puede vivir más en este país. Ya no quiero ser policía. Tengo dos hijos que son el amor de mi vida y no voy a permitir que se queden sin papá".

Ayer, las autoridades del hospital confirmaron: "A partir de las prácticas de rigor se ha determinado la muerte cerebral de la paciente [...] que ingresara con herida de arma de fuego en la región supraclavicular izquierda, con lesión carotídea y traqueal".

Además, precisaron que "por decisión de la familia, se ha iniciado el proceso para la procuración de órganos a través del Incucai y Cucaiba, dando así la posibilidad de seguir viviendo a otras personas que están a la espera de un trasplante".

La investigación sobre el homicidio de Lourdes está a cargo de personal de la comisaría Ituzaingó 2ª, de la localidad de Villa Ariza. Desde ayer, los detectives bonaerenses buscan testigos para reconstruir el hecho y dar con los responsables.

Las palabras del padre de Lourdes


Juan Carlos Espíndola es el papá de la oficial asesinada por motochorros y aunque siempre supo que el trabajo de su hija implicaba riesgos, nunca pensó que podía ocurrir lo que pasó. "Es una situación muy difícil. Los médicos trabajaron profundamente, pusieron todo lo que tenían que poner, no tenemos quejas. Lamentablemente nos dijeron que tiene muerte cerebral".

En diálogo con radio Mitre, el hombre contó que Lourdes tiene dos hermanos y que desde chiquita hablaba de convertirse en policía: "Desde que iba a jardín su sueño era ser policía. Nunca se sacó eso de la cabeza".

Asimismo, el padre describió a su hija como una mujer "muy laburadora, con energía, que nunca agachaba los brazos" y se quejó por la desprotección de los agentes: "Los policías no están protegidos, el Gobierno debería preocuparse más, ver lo que pasa por dos pesos. Están más protegidos los chorros que los policías. Tienen más derechos los chorros que los policías. El chorro mata y está suelto".