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¿Qué pasará con YPF y con otros intereses, Señora Presidente?

*Por J. Peter Meuli El autor formula a la Presidenta de la Nación algunas preguntas cuyas respuestas podrían dilucidar hacia dónde se encaminará el futuro de YPF con mayoría estatal.

Las reservas naturales son de interés nacional, indudablemente; eso no se lo voy a discutir. Solamente observo que hace unos 20 años, usted, aparentemente, tuvo una opinión diferente. Pero no importa; todos vivimos para aprender.

Permítame una pregunta que tengo al respecto: ¿No son de interés nacional también un sistema bancario funcionando en forma eficiente, una telefonía pública fija y móvil operando sin inconvenientes técnicas y a un costo accesible, toda la minería desde el uranio hasta el oro, la producción y la distribución nacional de la yerba, trenes seguros y, por qué no, el cultivo y la comercialización internacional de la soja?

Analicemos por un instante el sistema bancario. A mi juicio, en este sector estamos detectando las mismas deficiencias que usted y su equipo económico encontraron en YPF: hay largas colas todos los días para la gran mayoría de los usuarios, incluso nuestros abuelos, quienes esperan largas horas para poder cobrar sus insuficientes jubilaciones.

Entonces, me parece que los bancos no están haciendo las inversiones necesarias para un mejor funcionamiento de la atención al público; en mi opinión deberían aumentar en forma significativa no solamente el número de sus sucursales sino que también deberían duplicar o triplicar el número de empleados atendiendo al público.
 
Lamentablemente, la deficiencia bancaria en la Argentina se manifiesta en una forma todavía mucho más preocupante en la falta de créditos y en las exorbitantes tasas de interés. ¿No le parece que para construir un país digno y equitativo, todos los argentinos nos merecemos tener un crédito hipotecario accesible para poder construir nuestras casas?

Para resolver el problema tenemos dos opciones: podemos obligar a todos los bancos, nacionales y extranjeros, que multipliquen la cantidad de sus empleados y que abran mil sucursales más.

Además, exigimos a la comunidad bancaria el ofrecimiento de un crédito hipotecario a todas las familias argentinas a un interés que no supere la tasa Libor. Controlaremos el fiel cumplimiento de las inversiones y condiciones acordadas utilizando el ente supervisor gubernamental ya existente, en la misma forma y con los mismos criterios, la misma eficiencia y con las mismas exigencias éticas y morales con los cuales hemos controlado tan exitosamente el comportamiento y las inversiones de YPF en los últimos 15 años. La segunda opción para cumplir con el objetivo sería la estatización de todo el sistema bancario de nuestra república -y financiar las inversiones y créditos necesarios con fondos fiscales que aportamos todos los argentinos- igual como ya estamos acostumbrados a hacerlo con los subsidios al transporte público de más de 10 mil millones de dólares anuales o con los 2 millones de dólares diarios que nos cuesta nuestra aerolínea de bandera.

¿Qué hacemos? ¿Usted, Sra. Presidente, qué opina? Si estatizamos el Banco Santander Río, los españoles se enojarán un poca más con nosotros, posiblemente toda la comunidad europea se va a enojar, con un tibio apoyo de los EEUU, del G-20, del FMI y del Banco Mundial.
 
Pero eso es un tema político que usted seguramente sabrá manejar. Sin lugar a dudas, sus asesores económicos ya la convencieron de que las consecuencias comerciales tienen un impacto mínimo y que ningún país serio está pensando en tomar medidas de reciprocidad preocupantes o alarmantes con nosotros?

Permítame una segunda pregunta, Sra. Presidente, ya que hay algo que conceptualmente no me cierra de la estatización de YPF. El denominado grupo "Petersen" (es decir la familia Eskenazi) que históricamente ha tenido lazos muy íntimos con su familia, logró hace cuatro años la adquisición de un 25% de las acciones de YPF, con la fuerte intervención del ex Presidente Néstor Kirchner y con muy escasos fondos propios.
 
¿A quién no le hubiera gustado "comprar" la cuarta parte de la empresa más importante de Argentina, hacerse cargo del Directorio y pagar toda la adquisición con futuros dividendos? Pero volvemos a mi pregunta: Sabiendo que Repsol le otorgó un "crédito blando" sobre un 50% del precio acordado con el grupo "Petersen" para esta compra tan envidiada, sería interesante saber ahora a quién le corresponde la cancelación de este crédito. Porque si mantenemos el arreglo original como "Él" lo diseñaba, YPF tendría que seguir con la distribución del 90% de sus ganancias en dividendos y entonces no dispondrá de suficientes fondos para las inversiones tan necesarias.

Esperemos que no seamos testigos del nacimiento de una nueva "Aerolíneas" ya que las reservas del Banco Central están demasiado comprometidas.