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Priscila: la madre le confesó el crimen a un pastor y le dijo "me mandé una macana"

Silvana Lafuente, la madre de Priscila Leguiza llamó a un "pastor" que la había ayudado a combatir su adicción al alcohol.

El "pastor", de apellido Lescano, declaró el viernes ante el fiscal Carlos Riera que el lunes 6 de enero, la madre de Priscila lo llamó para decirle que la nena había muerto tras una paliza que le había dado y que no sabía qué hacer.

"Me mandé una macana", le habría dicho la mamá de Priscila a Lescano.

Ese mismo día, Lescano se abrazó en la puerta de los Tribunales con Walter Di Nucci, quien se presenta como líder espiritual de "Ejército de Dios".

Di Nucci, negó pertenecer a una secta, y dijo que se dedica a todo lo contrario, a evitar justamente "trabajos de sectas". "Esto no fue obra de una secta. Esto es un crimen que no tuvo ofrenda. Fue un crimen salvaje cometido por una madre temible", detalló.

Tanto Silvana Lafuente como su pareja, el ex policía federal Pablo Verón Bisconti no declararon ante el fiscal.

Los acusan de "homicidio calificado por el vínculo".

La estrategia de la madre será demostrar que se trató de un homicidio preterintencional, es decir, que ella no quiso matar a Priscila, sino sólo pegarle, y que la muerte fue algo inesperado.

La causa tiene la autoincriminación del padrastro, quien admitió que Silvana Lafuente le dio una paliza a Priscila, y cuando descubrió que estaba muerta, "él mismo la asesoró en cómo descartar el cuerpo".