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Presión salarial: Moyano pone en jaque a los intendentes

El jefe de la CGT terminó de delinear la ejecución de su primer movimiento político de 2011: una áspera ofensiva, mano a mano en los distritos, contra los intendentes más poderosos.

Hugo Moyano está listo para pasar al ataque en el territorio más sensible para su futuro político: los municipios bonaerenses. En el último mes del año, el jefe de la CGT terminó de delinear la ejecución de su primer movimiento político de 2011: una áspera ofensiva, mano a mano en los distritos, contra los intendentes más poderosos de la Argentina.

El líder gremial enfrentará a sus adversarios internos del PJ provincial con un proyecto clave: la ley de paritarias municipales. La norma inquieta a los jefes comunales, especialmente del conurbano, que rechazan en público el proyecto y acusan a Moyano en reuniones reservadas de querer "condicionar" sus presupuestos para dinamitar el poder territorial y "adueñarse" del PJ bonaerense.

Moyano ya hizo explícito su próximo paso. "No puede ser que los intendentes les cercenen a los municipales la posibilidad de discutir un salario digno en paritarias", se quejó la semana pasada, mientras el Gobierno entraba en crisis por la usurpación en Villa Soldati. El camionero fue a Avellaneda el 10 de diciembre para respaldar expresamente a la Federación de Sindicatos Municipales. Reclamó que el Gobierno no permita un acto de "discriminación" y, entre alabanzasy aplausos, llamó a los municipales a "dar pelea". Esa misma noche, el jefe del gremio, Rubén García, se declaró en "estado de alerta y movilización". Anunció entonces la embestida con apoyo de Moyano: "El año electoral nos encontrará en la calle para forzar el debate". Ayer, ante La Nacion, agregó una amenaza: "Hay compañeros que quieren tomar los municipios".

La disputa está instalada en la Legislatura. El diputado Jorge Mancini, mano derecha de Moyano, presentó un proyecto de paritarias a mediados de año. La semana pasada, la Cámara de Diputados provincial logró posponer su tratamiento. García lideró las quejas: "Los legisladores actúan como empleados del régimen feudal de los intendentes". El jefe de la CGT lo respaldó. Y anunció ante su mesa chica que no permitirá otro desaire político el año próximo.

"Queremos un tratamiento veloz en 2011. Estamos dispuestos a debatir, pero hay que responder a una deuda histórica", adelantó Mancini a La Nacion. El proyecto tiene un objetivo principal: obligar a los intendentes a negociar un sistema de aumentos sistemáticos a sus empleados. Y con un piso por encima del salario mínimo.

El cambio no es menor. Desde los 90, los barones administran las relaciones laborales con un régimen desregulado. Aceptar paritarias significaría empezar a revisar el sistema. Y comprometer los presupuestos.

Los intendentes rechazan la idea. "Podemos discutir casi todo. Ahora, una ley de paritarias es muy difícil de aplicar", argumentó ante La Nacion Julio Pereyra, intendente kirchnerista de Florencio Varela y jefe de la Federación de Municipios. Dice que "no se puede igualar con una ley realidades distritales diversas".

La mayoría se resiste a ceder poder. Los caciques hoy tienen potestad absoluta para decidir cómo negociar. Ante La Nacion, cuatro importantes intendentes del conurbano, uno del Norte y tres del Sur, todos oficialistas, reconocieron que el problema es político. "Se llama Moyano", admiten.

Voracidad

Todos cuestionan la "voracidad" gremial. Temen perder terreno en un año clave, en plena discusión por lugares en las listas con el camionero como presidente del PJ bonaerense. Moyano aprovecha la capacidad de presión. Los presupuestos municipales hoy se dividen en tres grandes áreas: salud, recolección de residuos y salarios municipales. El sindicalista tiene injerencia decisiva en los últimos dos. Los intendentes se quejan de que les quiere "manejar la economía" para someterlos.

La tensión tuvo un episodio público. Fue en la última reunión del PJ bonaerense. Mancini habló de las paritarias y reclamó apoyo. El intendente de Hurlingham, Luis Acuña, lo cuestionó con dureza. Moyano tuvo que intervenir. "Jorge, no vengas con esas cosas ahora", le espetó a Mancini. El presidente de Diputados, Horacio González, terminó pidiendo que el peronismo se pusiera de acuerdo antes de debatir en el recinto.

Así, los diputados encontraron la llave para posponer un tema espinoso. Ahora pretenden crear una comisión que, en 180 días, decida el futuro del proyecto. Para Moyano, ya tiene fecha "el momento" para presionar: febrero. Prepara el terreno. Tuvo varias reuniones con legisladores. Y volvió a consultar a los gremios. No sólo trabó relación con García. También tiene llegada a Oscar Ruggiero, flamante jefe de la Federación de Municipales, el otro nucleamiento de peso.

Ruggiero tiene perfil más negociador. El lunes se reunió con intendentes y funcionarios bonaerenses. Solapará reclamos si hay un aumento de 500 pesos. García es más duro. Acaba de integrarse a la CGT. No sólo quiere paritarias. También pide la derogación de la ley que, en los 90, anuló los derechos de los municipales y, según relata, "institucionalizó el fraude laboral de los intendentes". Moyano, rápido de reflejos, ahora también apoya ese reclamo.