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"Por suerte, Susana está mucho mejor"

* Por Joaquín Sánchez Mariño. Eduardo Celasco, el marido de Mecha Sarrabayrouse, viajó solo a San Martín de los Andes para ver la tercera edición de la Copa de Polo Argentina Snow Cup.

Taqueó con su amigo Jorge Brito, que estuvo acompañado por su novia, Gabriela Vaca Guzmán, y siguió desde su celular la evolución del cuadro que afectó a la diva.

Veinticuatro caballos. Una barredora de nieve. Picos de montaña vestidos de blanco. Dos arcos. Cuatro equipos, doce jugadores. Un torneo, cuatro partidos, veintisiete goles. Y, por supuesto, una infinidad de lujos a la vera de la cancha. La enumeración describe, sin exageración alguna, la tercera edición de la Copa de Polo Argentina Snow Cup, que tuvo como anfitrión al Cerro Chapelco Ski Resort, en San Martín de los Andes, y fue sponsoreada por Movistar.

Disputada entre el jueves 18 y el viernes 19, contó entre su público de elite con Eduardo Celasco (45), que viajó sin su mujer, Mercedes Sarrabayrouse (48) ni sus hijos Lucía (17) y Manuel (15).

El yerno de Susana Giménez se animó a montar y taquear un rato junto a su amigo Jorge Brito al término del torneo y siguió cada partido con un ojo puesto en las jugadas y el otro en su Blackberry, desde el cual se enteró de la internación de su suegra y estuvo pendiente de su evolución.

"Por suerte, ya está mucho mejor", comentó. Brito, quien llegó a Chapelco acompañado de su pareja, Gabriela Vaca Guzmán (31), debió regresar de urgencia junto a Gabriela tras la muerte de su abuela Dedé. Compartieron tribuna con la ascendente modelo Priscila Crivocapich, uno de los blancos preferidos de las miradas masculinas.

Los equipos estuvieron conformados por importantes figuras del polo. Así, el Movistar Polo Team (12 de handicap) fue integrado por Juan Cruz Adrogué (2), Martín Garrahan (7) y Alfonsito Pieres (3). El team Nissan (también 12 de handicap) contó con el venezolano Luis Eduardo Silvii (3), Tomás Gándara (6) y Martín Gándara (3). El de Jaeger-LeCoultre (14) tuvo entre sus filas nada menos que a Juan Martín Ñero (10 de handicap, que este año dejó la Ellerstina para incorporarse a La Dolfina), Santiago Garrahan (2) y Javier Herrera (2). Por último, la formación del Provincia de Buenos Aires (12) contó con Juan de Dios Cincunegui (2), Mariano Etcheverry (4) y Estanislao Ramos (6). Pero las figuras no estaban sólo en la cancha.

Cada uno jugó con cuatro caballos, cambiando la monta en cada chukker. Es que correr en la nieve es cansador -cualquiera que haya dejado sus esquíes lejos suyo lo sabe- y la salud de los caballos es un valor fundamental en este deporte. "En realidad, el polo en la nieve en menos agotador para los caballos, porque se juega más despacio y hay corridas más cortas", explica sin embargo Miguel Huaiquifil, uno de los petiseros a cargo.

El circuito de Snow Polo recorre Suiza, Italia y Argentina. De ahí su excepcionalidad y atractivo.

De ahí que decenas de esquiadores y snowborders se hayan detenido en medio de la montaña para ver las definiciones desde su improvisado palco. Allí, descansando en medio de uno de los paisajes más imponentes del mundo, los espectadores siguieron los partidos y aprovecharon la cobertura 3G de la antena Movistar para twittear fotos de los caballos o comentar las mejores jugadas. Santiago Garrahan, que además de integrar el team Jaeger-LeCoultre es uno de los organizadores del evento, cuenta: "Jugué en Suiza y fue increíble. La cancha estaba asentada sobre una capa de hielo de 40 centímetros cubierta de nieve. Cada tanto, mientras jugábamos, se escuchaba un crack en el suelo... ¡Daba mucha impresión! Es muy divertido, es otro ritmo. Las corridas son menos largas, pero si ta cancha está bien pisada se puede jugar con mucha fluidez y sube el atractivo para los que miran".

Esta tercera edición tuvo dos perlitas: la final y la semifinal se definió por penales. Pero eso no  es todo, porque los partidos se disputan con una pelota de goma muy liviana y los tiros largos no son fáciles de realizar. En la primera definición por el paso a la final (entre Movistar y Provincia de Buenos Aires), sólo entró uno de los seis penales que se tiraron. Por eso mismo, para la final hubo cambio estratégico: se definió contra el arco inflable de la entrada a la cancha, para facilitar las cosas. Así, el equipo Movistar se consagró campeón luego de que, tras empatar 3 a 3 con el Nissan Polo Team, convirtiera 5 penales contra los 4 del Nissan. Por supuesto, hubo champagne Chandon en el festejo (y en las tribunas, claro), hubo show de goles y hubo, ante todo, mucho sabor a polo.