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Políticos: ¡por favor, dejen de robarle a los argentinos!

La increíble historia de José López y los dólares enterrados forman parte de un cuento que se repite en nuestro país.

Por María Clara Rositano
@ClariRositano

La increíble historia de José López y los casi 9 millones de dólares enterrados en un convento son la más clara expresión de una constante que se repite en nuestro país. Políticos, ¡por favor, dejen de robarle a los argentinos!

El ex secretario de Obras Públicas y número dos de Julio de Vido fue "pillado" mientras intentaba esconder U$S 8.982.000, € 153 mil y $ 49.800 en un monasterio. Como si esto fuera poco, el señor tuvo el tupé de decirle a las monjas que usufructuó el dinero para asistir al lugar. "Yo robé dinero para venir a ayudar acá", afirmó.

¿Estamos todos de acuerdo que ayudar requiere entrar por la puerta delantera, brindar plata en mano y no esconderla en un jardín?

Además, el señor López -entonces encargado de manejar la cartera más grande del Estado, la obra pública nacional- tiene abierta una causa por enriquecimiento ilícito, por la que debía declarar ante el fiscal federal Federico Delgado y por la que iban a allanar su domicilio. (Ahí está la definición de "ayudar").

La historia del ex funcionario no es sacada de un cuento de terror, sino que forma parte de una serie de tomos, de los que ya perdí la cuenta por qué número va, que se titulan: "La historia de la República Argentina".

En algún momento los actores de reparto se reunieron y gritaron "¡Que se vayan todos!", pero parece que los principales no se hiciceron cargo o se olvidaron rápido del asunto.

Lázaro Báez, Cristina Kirchner, Diego Bossio, César Milani, Carlos Saúl Menem, Arturo Puricelli, Julio De Vido, Sergio Berni y Romina Picolotti tienen abiertas causas por enriquecimiento ilícito y administración fraudulenta.

Estoy convencida que nací en uno de los lugares más ricos del mundo y con capacidad para ser un actor importante en el plano internacional, pero para eso es necesaria una cosa, que los políticos dejen de llevarse nuestra plata.