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Penal de Ezeiza: así es el día a día de la mayor concentración de presos por corrupción

Conocé cómo conviven empresarios, exfuncionarios y sindicalistas en esa prisión.

Desde hace meses, la cárcel de Ezeiza vive una exposición mediática sin precedentes. Pero en las últimas tres semanas, la olla que destaparon los cuadernos de las coimas exacerbó esta situación: periodistas y fotógrafos haciendo guardia permanente en la entrada, intentando captar la entrada y salida de los detenidos. Puertas adentro, la rutina también se vio alterada. Sobre todo en el sector en donde hoy conviven exfuncionarios, empresarios y sindicalistas.

El Complejo Penitenciario Federal I, conocido como la cárcel de Ezeiza, es el penal más grande del país. Habilitado en 1999, tiene capacidad para 2193 hombres . Cuenta con seis módulos, una unidad de ingreso y el Hospital Penitenciario Central (HPC). El módulo seis fue el elegido para funcionar bajo la órbita del Sistema de Intervención para la Reducción de Índices de Corruptibilidad (IRIC). Creado en 2015, este programa tiene como objetivo la prevención de la corrupción en el trabajo con una población penitenciaria específica. El módulo tiene cuatro pabellones de una sola planta, en donde hay alrededor de 60 detenidos en celdas individuales.

Hace unos días, la tranquilidad del área se vio alterada cuando tres presos iniciaron una discusión que terminó a las trompadas: el jefe de la seccional La Plata del gremio de la construcción, Juan Pablo "Pata" Medina ; José María Núñez Carmona , exsocio y amigo de Amado Boudou , y Fabián de Sousa, socio de Cristóbal López .

Seguramente haya sido testigo del altercado el propio Boudou, quien, condenado en el caso Ciccone , comparte pabellón con ellos. También está alojado allí el exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime . Y hasta el viernes, compartían el sector con José López, ahora convertido en testigo protegido.

Cristóbal López, detenido al igual que De Sousa por la millonaria evasión de Oil Combustibles, también tiene su celda allí.

En el mismo módulo, pero en un pabellón separado, están detenidos Carlos Kirchner, primo del expresidente, investigado por fraude en la obra pública. En esa misma área están el sindicalista Omar "Caballo" Suárez y Oscar Chueco, el abogado cercano a Lázaro Báez .

Báez, en cambio, se encuentra alojado en otro pabellón, en el que también está uno de los exfuncionarios que más protagonismo tuvo estas semanas: Roberto Baratta . Fue justamente su chofer, Oscar Centeno, quien escribió los famosos cuadernos de las coimas por los cuales el módulo seis de Ezeiza aumentó su población este mes.

Daniel Pérez Gadín , contador de Báez, se encuentra en ese mismo pabellón. Y eso no es todo: por la investigación que llevan adelante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli también fueron a parar allí Fabián García Ramón, exdirector de Promoción de Energías Renovables y Eficiencia Energética; Rafael Llorens, exsecretario Legal de Planificación; Walter Fagyas expresidente de Enarsa; un exasesor del ministerio, Hernán Camilo Gómez y Nelson Lazarte, exsecretario privado de Baratta. Hasta el viernes, se alojaba en el sector Martín Larraburu, el asesor del exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina , pero fue excarcelado tras pagar una fianza de $50.000.

Según pudo saber LA NACION, más allá de la pelea entre Medina, De Sousa y Núñez Carmona, los detenidos bajo el sistema IRIC conviven pacíficamente. Reciben periódicamente visitas de familiares y abogados. Cada detenido tiene su celda "húmeda" individual (mide 6x3 metros). Se llama así porque tiene el baño incluido (un inodoro y un lavabo). También tiene una cama, una mesa, un banquito y un mueble para la ropa. Si quieren, los internos pueden solicitar autorización para tener un ventilador dentro de la celda, adquirido por ellos mismos. El artefacto debe pasar por un estricto control de seguridad.

Los detenidos de un mismo pabellón comparten las áreas comunes. Una de ellas es el comedor: allí hay un televisor, un freezer, una heladera, un anafe, una estufa, un ventilador y tres teléfonos fijos. También tienen una mesa con banquitos atornillados al piso. El módulo cuenta con un gimnasio que comparten los cuatro pabellones y una huerta donde todos los internos del sector pueden trabajar voluntariamente.

Todos los días a las 7 de la mañana se hace un recuento de internos. Terminado el proceso, las celdas quedan abiertas y hasta las 22 los presos de un mismo pabellón pueden cruzarse en los espacios comunes y participar de diversas actividades. La huerta siempre está activa para quien quiera participar y también pueden realizar distintos deportes, como fútbol o vóley. Diariamente, como parte de la rutina, los presos participan de caminatas y otros ejercicios físicos.

En cuanto a los talleres laborales, en el primer semestre en este módulo se dictó el curso para fabricar bolsitas de papel y el de reparación de computadoras. Según pudo saber LA NACION, ambos talleres fueron muy populares entre los presos por causas de corrupción. También hay clases de guitarra y partidos de metegol o ping pong.

Durante el verano, cuando la sección educativa entra en receso, se suman otras opciones. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) proyecta películas y plantea debates sobre cine.

A las 14 el SPF reparte las viandas del almuerzo, aunque los internos también puede cocinar su propia comida en el área de uso común. Los menús más populares en el módulo seis, según pudo saber LA NACION, son las ensaladas, las papas al horno, las milanesas, los fideos y el pollo. El postre predilecto es el arroz con leche. Algunos de los internos mantienen una dieta hiposódica, con verduras y postres de manzana. Como sucede en todo el penal, cuchillos y otros elementos cortantes deben ser devueltos por la noche, cuando ya no se requieren para tareas culinarias.

A varios kilómetros de distancia de Ezeiza, otro penal vio modificar su rutina con la habilitación de un espacio para presos "IRIC". Se trata de la cárcel de Marcos Paz , en donde hoy comparten pabellón el exministro de Planificación, Julio De Vido; su cuñado, Claudio Minicelli y el contador de los Kirchner, Víctor Manzanares. A otro pabellón ingresaron recientemente algunos de los empresarios detenidos por los cuadernos de las coimas: Gerardo Ferreyra y Jorge Neira, de Electroingeniería; Claudio Glazman, empresario del rubro inmobiliario; Armando Loson, de Albanesi; Carlos Mundin, de BTU y el expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción y miembro de la empresa Esuco, Carlos Wagner.
(Fuente: La Nación)