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Patricio Giménez: "La meditación mejoró mi vida"

Son muchos los años que ha dedicado a lo que ama, la música, y nada parece detenerlo. A sus 37 años atraviesa un momento diferente en su vida luego de muchos años de búsqueda espiritual.

Nota extraída de revista Caras

Son muchos los años que ha dedicado a lo que ama, la música, y nada parece detenerlo en su camino hacia la búsqueda del éxito y el reconocimiento. A sus 37 años atraviesa un momento diferente en su vida luego de muchos años de búsqueda espiritual.

Feliz con su presente, en el estudio de su casa, Patricio Giménez ensaya un tema y asegura que desde que ganó "Cantando por un sueño" la gente lo reconoce y lo llama por su nombre, lo cual indica que ha logrado quitarse el mote de ser el hermano de Susana Giménez.

Los sueños son una constante en su vida y cada proyecto le genera tantas expectativas como la primera vez, porque muestra partes desconocidas de sí mismo. Acaba de lanzar su último álbum: "Cantando, siempre cantando", editado por Sony Music, en el que incluye temas propios donde hasta hay ritmos gitanos. Son doce temas en total entre los cuales hay clásicos de Sandro, Cacho Castaña y Frank Sinatra, uno de sus cantantes preferidos.

Gran admirador del jazz, confiesa: "Este disco tiene ritmos gitanos y rancheras. Me encantan descubrí un nuevo costado en mí. Fue un gran desafío hacer "A mi manera" como un candombe. Un disco ciento por ciento en español, con guitarras y cajón flamenco. Por otra parte, el ´Cantando por un sueño´ me acercó a la gente de una manera inesperada".

Giménez disfruta a pleno el estudio que tiene en su casa. Confiesa que cuando se mudó lo primero que hizo fue armar su propio espacio para poder tocar y componer una canción. "Hoy me siento muy bien, porque tengo mi propio permiso para cambiar. Yo estaba haciendo jazz en la Argentina, y eso es como hacer cumbia en Nueva Orleáns, y siento que el cantando me dio otra cosa. Una mezcla de cariño, un poder trasmitir y llegar y mucha respuesta por parte del público, entonces me imaginé este disco con alegría para hacerlo masivo y tocarlo en festivales.

La gente se encuentra con canciones mías y con canciones que conocen como "Garganta con arena" o "Penumbras". Estoy muy feliz con lo que hago", dijo entusiasmado

—    ¿Esa felicidad tiene que ver con algo más amén de la música?

—La felicidad es algo que uno busca constantemente, el meditar, buscar respuestas que no encontraba y conectarme conmigo mismo me ayudó. Empecé a preguntarme por qué si Dios era bueno murió mi papá cuando yo tenía 11 años. Le preguntaba a todo el mundo, filósofos, magos, curas, etc., y un día descubrí la meditación y encontré que no hay bien ni mal, que uno no es un juez y que hay algo superior que rige todo más allá del bien y del mal.

La imagen de la diosa hindú Ganesha fue la respuesta a toda esta búsqueda de felicidad y bienestar.

Eso se percibe porque la imagen está en toda la casa. Incluso tiene un altar. "Ganesha me dio todo lo que quiero, le pongo flores y ella juega.

Nos divertimos juntos. La elegí porque es mi icono por su significado.

El desatanudos, el éxito. Me encariñé con Ganesha. Todos necesitamos algo en que creer, y ella es un icono. Le pedí cosas importantes y ella me las dio, y por eso le hice un altar. Le pedí que la gente sepa cómo canto y, a la vez, eso le haga bien a alguien, y pasó.

Gané un sueño, gané el ´Cantando...´, y la gente conoció cómo cantaba y le hice un bien a la escuela que representaba.

— ¿Cómo es su relación hoy con Susana Giménez? El hecho de ser el hermano de...

¿Fue favorable o no para su carrera y su vida?

 —A Susana la amo como hermana. Creo que logré superar el tema de ser el hermano de... El día que por la calle me dijeron: "Pato! Mandalo a freír churros a Polino", y no que le envié un beso a mi hermana, sentí que empezaba a volar con alas propias. No fue favorable para mí ser su hermano para triunfar como músico. Yo lo soy hace 20 años y la remo cada día. El tipo que conoce de música me valoró, pero siempre estuvo presente el prejuicio de que yo vivía de mi hermana, de que le pedía cosas, y eso nunca fue así. Antes me hacía cargo de lo que pensaba el vecino, ahora ya no. Yo no tengo complejos ni problemas.

Es más, si la gente me ve manejado un auto Gol dicen: "¡Uy...!, mirá este pibe, es el hermano de Susana y maneja un gol". Ahora si manejara una Ferrari, también tendrían prejuicios, así que ya no me hago problema.