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Pago de deuda con reservas: inflación en casa y dólares para los acreedores

*Por Tomás Bulat. En estos días salió el decreto que autoriza el pago de la deuda del 2011 utilizando u$s 7.500 millones de las reservas por parte del Tesoro, denominadas de "libre disponibilidad".

He descubierto, con sorpresa, que hay un gran desconocimiento de las consecuencias que tiene pagar deuda con esos recursos, por lo que me pareció interesante debatir sobre: para qué sirven y qué rol cumplen las reservas internacionales.

Son los recursos financieros en divisas con lo que un país cuenta para cumplir con sus obligaciones con el exterior, así como para estabilizar la moneda en caso de cambios financieros externos abruptos.

Las obligaciones que se necesitan cumplir usándolas son:

- Pagar importaciones
- Cancelar deuda externa (capital e intereses)
. Pagar dividendos y utilidades
- Inversiones externas que deseen hacer los argentinos en el exterior.

Las reservas deben tener un crecimiento acorde al crecimiento que tienen todos estos componentes. Es decir que, si las reservas crecen, pero lo hacen a un ritmo menor a, por ejemplo, el crecimiento de las importaciones, se provoca un deterioro de su rol, como es el de cumplir con las obligaciones externas o de amortiguar algún shock internacional.

Por lo tanto, si las importaciones crecen al 30%, las reservas deberían crecer a ese mismo ritmo para poder mantener estable la relación. Si los pagos de intereses de deuda crecen mucho, igualmente deben hacerlo las reservas.

Es decir la efectividad de este recurso depende de su acompaña la situación del país para poder cumplir su rol y su monto nominal.

Reservas, deuda e inflación

Cuando las reservas son utilizadas para pagar deuda se produce el siguiente mecanismo: El Banco Central recibe una Letra del Tesoro a cambio, con lo que hay una pérdida de calidad en el activo del BCRA. Pero a medida que el Central cancela la deuda, tiene menos reservas. En el caso propuesto bajaría de los actuales u$s 52.500 millones a u$s 45.000 millones.

Este proceso se convierte en un problema porque si la economía crece crecen las importaciones, las remesas y los ahorros externos, por lo cual las reservas deben ser recompuestas. Para ello el BCRA compra dólares, emitiendo pesos (en Brasil o Argentina), poniéndolos a circular en la economía.

Veamos un ejemplo (que espero aclare y no oscurezca): Si las importaciones crecen un 10% en el 2011, unos u$s 5.000 millones, el Central debería comprar ese mismo monto (unos $ 20.000 millones) para mantener la relación constante. Pero si se paga deuda por u$s 7.500 millones con reservas, hay que comprar u$s 12.500 millones (lo cual implicaría emitir por $50.000 millones).

Esa emisión adicional ($ 30.000 millones), que hoy representa un 20% de la base monetaria, se convierte claramente en un combustible inflacionario. Si se esteriliza hay que incrementar la deuda del central mediante la emisión de Lebacs. Lo que ya ha venido sucediendo, por lo cual crecen ambas.

Que quede claro: aceptar pagar la deuda con reservas es aceptar una inflación elevada o cambiar la deuda externa del Tesoro por deuda del Banco Central, que representa emisión e inflación futura. O lo peor, ambas.

Reservas suficientes

El año 2010 fue un año en el que toda la región acumuló importantes reservas. Para que tengamos una idea, en países como Perú o Brasil crecieron cerca de un 30% en el año y en Chile cerca del 20%.

El cuadro muestra dos indicadores que comparan las reservas en función de los dos componentes: importaciones y deuda pública en distintos países en comparación con Argentina.
El primer caso se refiere a cuánto tiempo pueden las reservas sostener las importaciones de un país, donde se considera que un año es un indicador razonable para economías relativamente cerradas.

Como se puede observar, el peor indicador le corresponde a Chile, el cual se explica, en parte a que tiene un coeficiente de apertura muy elevado de su economía, pero claramente son bajas las reservas para financiar las importaciones.

Argentina se encuentra segunda con un indicador de 0,9, es decir que sus reservas no alcanzan para cubrir un año de importaciones, mientras que las reservas de Brasil y Perú las exceden ampliamente.

Cuando se compara con la deuda externa, Argentina presenta un indicador muy bajo, a pesar de su renegociación de deuda. Las reservas son sólo el 41% de la deuda, mientras los otros países tienen una posición neta positiva respecto del exterior.

Los países no utilizan las reservas para cancelar deuda. Colocan nueva deuda, a mayor plazo y a menor tasa de ser posible y utilizan el superávit fiscal para pagar sus intereses y comisiones.

Las reservas pueden ser utilizadas para cualquier fin y es una decisión de política económica de cada gobierno. Pero, obviamente, las consecuencias de hacerlo son parte inevitable de la decisión.