Niña murió ahogada en una pileta
Francesca Insegna Hauría, de un año y tres meses, habría estado jugando con sus hermanas, primas y amigas, y por causas que aún se investigan cayó a la pileta, informó el jefe de Relaciones Policiales, comisario Carlos Pereyra.
Una niña de un año y tres meses murió ahogada en la tarde de ayer al caer a la pileta de una casa ubicada en el barrio Cerros Colorados de la ciudad de Juana Koslay, ubicado a unos 10 kilómetros de la ciudad de San Luis.
La niña, llamada Francesca Insegna Hauría, habría estado jugando con sus hermanas, primas y amigas, y por causas que aún se investigan cayó a la pileta, informó hoy a Télam el jefe de Relaciones Policiales, comisario Carlos Pereyra.
Ni bien fue rescatada por sus familiares, la trasladaron al hospital de Juana Koslay, donde se le practicaron tareas de reanimación por más de una hora sin que se lograran resultados positivos.
El médico forense, Jorge Giboín, certificó el fallecimiento de la niña, cuya causa fue asfixia por inmersión, y la jueza de Instrucción en lo Penal y Correccional 3, Virginia Palacios, ordenó la entrega del cuerpo a la familia.
La nena, sobrina del director del matutino local, El Diario de la República, Daniel Poder, había ido de visita a su casa junto a su madre y cuñada y otros dos hermanitos, y estaban jugando en el patio, cuando sobrevino la desgracia.
La niña, llamada Francesca Insegna Hauría, habría estado jugando con sus hermanas, primas y amigas, y por causas que aún se investigan cayó a la pileta, informó hoy a Télam el jefe de Relaciones Policiales, comisario Carlos Pereyra.
Ni bien fue rescatada por sus familiares, la trasladaron al hospital de Juana Koslay, donde se le practicaron tareas de reanimación por más de una hora sin que se lograran resultados positivos.
El médico forense, Jorge Giboín, certificó el fallecimiento de la niña, cuya causa fue asfixia por inmersión, y la jueza de Instrucción en lo Penal y Correccional 3, Virginia Palacios, ordenó la entrega del cuerpo a la familia.
La nena, sobrina del director del matutino local, El Diario de la República, Daniel Poder, había ido de visita a su casa junto a su madre y cuñada y otros dos hermanitos, y estaban jugando en el patio, cuando sobrevino la desgracia.