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Nada peor que un ex con ganas de hablar

Con la aparición de Cayetano hablando de Silvina Escudero, se reaviva una vieja máxima. Los ex son vengativos y siempre están dispuestos a todo.

Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich

Por Adrián Pallares
@adrianpalla


No vamos a hacer juicio de valor sobre si lo que hacen "los ex" está bien o mal. Lo que sí vamos a decir es que muchas veces para los famosos, sus exparejas pueden ser un dolor eterno, que los acompañe durante toda su vida personal y lo que es peor, profesional.

Cayetano, el periodista y conductor, vivió un breve romance con Silvina Escudero; mientras fueron pareja todo parecía genial y cuando se separaron también se mostraron como civilizados.

Sin embargo hace un par de días Cayetano en Radio Metro fue lapidario con Silvina a la que trató casi de "desagradecida" y de "demasiado exigente", por haber comprado una cafetera para regalársela y que ella en lugar de agradecerlo le reclamó por una que tenía los dispositivos para hacer café con leche. Luego de eso el dijo: "Esto no va, puede ser un divertimento, pero no más". Nadie se enteró de esa historia hasta hace un par de días cuando Cayetano disparó certeramente contra su exnovia, Silvina Escudero.

Un emblemático caso del exdespechado, es el de Huberto Roviralta, el marido de Susana Giménez, al ver que ella se encontraba en New York con el Corcho Rodríguezy que era engañado, decidió emprender su venganza que le llevó 10 millones de dólares a la diva argentina.

Otro caso que ahora por suerte está más calmado es el de Daniel Agostini y su legendaria lucha con Nazarena Vélez. Durante años ambos lidiaron por el tema de una casa y jamás se ponían de acuerdo con la venta, y los conflictos caían como moscas en el medio de esta pareja. En esa época era conveniente no cruzarse ni con ella, ni con él.

Muchas veces se critican a las mujeres por ser despechadas y vengativas, pero la realidad es que cada vez hay más hombres que víctimas de los celos o de traiciones, deciden salir a contar cosas de sus ex, como lo hacían antes las mujeres.

Ahora ellos están sueltos y seguirán contando internas, no sólo de su vida privada, sino de la profesional. Los despechados no tienen ni raza, ni sexo, ni nada. Pueden ser mujeres intensas u hombres desbordados, habrá que ver que pasa con los "blanqueadores" y sus respetuosos abogados del día de la audiencia.