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Murió el papá de El Polaco, Jorge Cwirkaluk

El papá del cantante fue encontrado muerto en su domicilio. 

Este jueves, a través de una publicación en la cuenta de la productora “Junior”, informaron el fallecimiento de Juan Carlos López, el padre de El Polaco. Con una foto junto al símbolo de luto, enviaron sus condolencias a la familia Cwirkaluk. Hasta el momento no se sabe la causa del deceso, y el cantante no se ha pronunciado tras la triste noticia.

El padre del cantante había hecho algunas apariciones públicas en televisión. Él era un exitoso empresario hasta que el alcohol y las drogas aparecieron en su vida, y las adicciones lo llevaron por mal camino. Cuando El Polaco tenía cinco años, su papá perdió todo, solo les quedó la casa, y Jorge terminó internado. “Yo estaba con las drogas y el alcohol. Me interné dos años y él quería estar conmigo porque me extrañaba. Yo estuve en el Pabellón 1 de Open Door”, reveló Jorge Carlos hace unos años en el magazine ‘El diario de Mariana’ (El Trece).

Jorge fue muy agradecido con su hijo, sobre todo durante su proceso de rehabilitación. “Me pasó a buscar con un auto y me llevó para recuperarme. El Polaco me salvó la vida”, explicó Jorge en el mismo programa.

Hace unos años, cuando participó del Bailando, Ezequiel Cwirkaluk, como es el verdadero nombre de El Polaco, relató en Pronto detalles de su infancia: “Vivía con mi papá Jorge Carlos, mi mamá Mariana y mis hermanos Jonathan y Rocío. En principio tuve una vida más o menos normal, pero después hubo situaciones feas”.

Su mamá era ama de casa y su padre tenía una fábrica de aberturas, pero su adicción lo hizo perder su negocio: “Hasta mis cinco años estuvimos bien, pero después, nos quedó sólo la casa y él estuvo internado. Mi vieja nos tuvo que bancar con 150 pesos que cobraba de un plan. Vivíamos del trueque y de vender lo que teníamos. Pero empezó un infierno en mi hogar y crecí de golpe”.

“Tenía que estar detrás de una persona a la que por su estado no le importaba nada. Yo a los siete años tenía gastritis, en lugar de pensar en pasear con mis padres, tenía que acompañar a mi mamá a buscar a mi viejo a los bares. Seguí estudiando, pero no teníamos un mango, a mis diez años mis padres se separaron. Mi mamá estaba desbordada tratando de mantenernos, porque con cuarenta años y sin el colegio, no es fácil conseguir trabajo”, había recordado.

A los catorce, y con el fin de aliviar a su madre y que ella tuviera una boca menos que alimentar, tomó una drástica decisión: “Me interné en un centro de rehabilitación en Córdoba para que mi mamá no se tuviera que ocupar de mí. No tenía adicciones, pero no quería molestar en mi casa”. Tras seis meses de internación, salió “hecho un hombre”.

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