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Muertes y desapariciones de financistas entrelazadas desde Mariano Losanovscky Perel a Damián Stefanini 

Cuatro hombres unidos por el hilo rojo del dinero y la tragedia.

Pasaron 14 años entre el doble crimen del asesor financiero Isidoro Mariano Losanovscky Perel y su esposa, y las desapariciones de los financistas Damián Stefanini y Hugo Díaz. Se sabe que Stefanini y Díaz cambiaron cheques entre sí. Ambos desaparecieron en la misma época. El primero de ellos, el 17 de octubre de 2014, mientras que Díaz fue visto por última vez el 9 de marzo de 2015. Hasta el momento, la Justicia y la policía no pudieron encontrar ningún rastro de ambos prestamistas.

En cambio, Perel y su mujer fueron hallados con un balazo en la cabeza cada uno en la cabaña 32 del hotel Puerto Hamlet, de Cariló, en febrero de 2001. En principio el caso fue caratulado como un doble homicidio. Aunque los investigadores tienen dudas sobre lo que en el derecho penal se denomina "materialidad del hecho".

Aunque parecería no existir relación entre los tres casos, hay un hilo rojo que los vincula. Se trata de un detalle sorprendente y misterioso que está consignado en el voluminoso expediente del caso Perel. El nexo entre los homicidios de Perel y su esposa con la desaparición de Stefanini es el nombre de un empresario con poder suficiente como para desviar el curso de un río.

Ambos hechos ocurrieron con más de 13 años de diferencia. Stefanini desapareció en 2014 y a Perel y a su esposa los mataron en 2001. El Audi A4 de Stefanini fue hallado en la avenida Roca y las vías del exferrocarril Mitre, en Florida. Mientras que los cadáveres de Perel y su esposa fueron encontrados en Cariló, a 375 kilómetros. Tampoco hay pruebas de que Stefanini y Perel se conocieran.

Sin embargo, en los expedientes en los que se investigan la desaparición de Stefanini y la muerte de Perel y su mujer aparece consignado el nombre de un empresario cuya sola mención provoca miedo entre aquellos que lo conocen.

En el astillero de San Fernando donde Stefanini fue visto por última vez, nadie quiere hablar del poderoso hombre de negocios, pero todos lo conocen y le temen.

Debido a que nunca fue formalmente imputado en la causa en la que se investiga la desaparición de Stefanini, su identidad se mantendrá en reserva.

Este empresario tampoco fue acusado en el caso Perel. Aunque existe una carta que lo señala con nombre y apellido como socio del financista asesinado en Cariló y cómplice en maniobras de lavado de dinero.

Dicha misiva fue incorporada en el expediente, fue recibida en la mesa de entradas de la fiscalía de Dolores, se investigó, pero no pudo probarse el vínculo entre el empresario señalado y Perel. Los datos consignados en la carta escrita con letra cursiva resultaron incongruentes. Sin embargo, el nombre del empresario quedó en el expediente.

Una escena repetida
En 2001, el hombre de negocios señalado como socio de Perel había desarrollado su primer emprendimiento inmobiliario en la zona de San Fernando. Aunque más de diez años después fue procesado por la Justicia Federal por una serie de irregularidades en un ambicioso desarrollo urbanístico en el Delta.

Trece años después, el día que Stefanini desapareció, ese hombre de negocios hizo por lo menos cinco comunicaciones telefónicas, antes del encuentro, durante la reunión y minutos después de que Stefanini dejara el astillero de San Fernando al que había concurrido para supervisar la construcción de uno de los tres barcos que había encargado junto con un socio.

Según una calificada fuente de la investigación, se cree que este empresario habría llevado engañado a Stefanini a una reunión, donde lo tomaron cautivo. Este hombre de negocios es el mismo que fue nombrado en el expediente del caso Perel, más de trece años antes.

Quedó acreditado que Stefanini se reunió en el astillero de San Fernando, donde tenía sus barcos. Que salió de allí a las 9.30 y que pasó luego por Rincón de Milberg, en Tigre. Sin embargo, los investigadores no lograron establecer quién manejaba el Audi S4 negro cuando el vehículo llegó a la zona de Florida.

Un ciclista que declaró como testigo ante la Justicia afirmó que el conductor de ese auto casi lo atropella a tres cuadras de Roca al 2300, pero cuando lo llamaron para que ampliara su declaración ya no lo encontraron.

Inicialmente, el caso Stefanini se investigó como una averiguación de paradero. Pero a fines de diciembre de 2014 el expediente pasó a la Justicia Federal de San Isidro ante la presunción de que se trataba de un caso de secuestro. Actualmente la investigación está estancada. No registró avances en cuatro años.

Hasta al momento, hay más pruebas sobre sospechosos movimientos de dinero que sobre los responsables de la desaparición. Al revisar una de las computadoras de Stefanini, los investigadores encontraron elementos que abonan la presunción de que el financista había sido intermediario en un depósito de US$150.000 en la cuenta no declarada del fallecido fiscal federal Alberto Nisman, del banco Merrill Lynch. Ese depósito se hizo el 23 de octubre de 2012. Aunque se comprobó que no tenía ninguna relación con la desaparición del financista.

Stefanini también descontaba cheques en una financiera situada en Sarmiento al 700, la misma cueva en la que se encontraron cheques de Sebastián Forza, una de las víctimas del denominado triple crimen de la efedrina.

Del paradero de Díaz tampoco se supo nada. En marzo próximo se cumplirán cinco años de su desaparición, y la familia analiza la posibilidad de presentar un pedido ante la Justicia Civil para que se declare la presunción por fallecimiento. La investigación de la Justicia Penal para tratar de encontrar al financista está archivada. Para que la búsqueda se reactive deberá aparecer un dato nuevo, circunstancia que se concretó en los últimos 18 meses. En el caso de Díaz, el listado de sospechosos resultaba más extenso que el de Stefanini. También más peligroso.

Según la declaración de Luciano Viale, quien tenía la oficina en el mismo edificio que Díaz, en Florida al 500, el financista desaparecido tenía problemas con algunos integrantes de la barra brava de Boca y de Lanús.

El hijo del exagente de la SIDE, Pedro "Lauchón" Viale, asesinado por policías bonaerenses en su quinta de La Reja, no aportó ningún nombre de los barrabravas que le reclamaban dinero a Díaz.

En la misma época, la Justicia le tomó declaración testimonial a Diego Javier Guastini. El socio de Díaz afirmó que dos clientes le querían cobrar dinero al financista desaparecido. Según Guastini, uno de los acreedores habría recurrido a los servicios de barrabravas de Boca para obligar a Díaz a pagar.

Con la desaparición de Díaz, Guastini se hizo cargo de sus clientes. Cuatro años después, un grupo de sicarios interceptó a Guastini y lo asesinó de tres balazos.

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