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¿Muere el asado? Los argentinos comen más pollo que carne

En los últimos 20 años el consumo de pollo aumentó y está por arriba del de carnes rojas. También se desmiente el mito de que la carne blanca es más saludable que la vacuna.

Para los argentinos el pollo no está en el podio de la comida más representativa. Pero lo polémico es que se constató que en nuestro país se come menos carne vacuna y más pollo. Es porque en los últimos 20 años, el consumo de esta carne se cuadriplicó; mientras que el de carne vacuna cayó el un 30%. A partir de estos datos, nos cuestionamos precios y percepciones sobre la comida saludable.

El relevo dice que en 1990 cada argentino consumía por año 78 kilos de carne vacuna, en forma de milanesas, churrascos y asado. En 2011, el consumo fue de menos de 55 kilos (promedio), según los registros del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. En tanto, el de pollo rondaba los 12 kilos por persona en 1990 y este año ya llegó a los 40.

Las razones del recambio son varias. Sergio Britos, nutricionista de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires y director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA), explica que: "La reducción en el consumo de carne de vaca se debe a múltiples causas, pero la fundamental es el precio. Aunque la mitad del pollo se desecha (es decir, sus huesos), su precio termina siendo más económico que la carne vacuna".

Actualmente, con 100 pesos se puede comprar como barato apenas 3 kilos de asado, mientras que con el mismo valor el consumidor se lleva 7 kilos de pollo.

Ventajas en la preparación de las carnes: "El pollo se prepara de diferentes formas, y tiene menos barreras de aceptación que el pescado, cuyo consumo aún continúa bajo. Además, suele creerse que el pollo es más magro y sano que la carne vacuna", expresó Britos.

La médica nutricionista Mónica Katz, de la Universidad Favaloro y autora del libro "No dieta" dijo que "los médicos fueron desaconsejando el consumo de carnes rojas al seguir guías alimentarias de los Estados Unidos y Europa, donde se crían vacunos en condiciones muy diferentes a nuestro sistema de producción ganadera. Una cosa son las vísceras o los embutidos, y otra es la carne sin procesar y magra. Se ha colocado a todo lo proveniente de la vaca en un mismo cajón pecaminoso. Hay una terrible confusión". Y recomendó alimentarse con cortes magros, como peceto, cuadrada, lomo, y cuadril.

"Las carnes vacunas aportan proteínas de alto valor biológico, vitaminas del complejo B y sobre todo hierro", enumeró. Y en cuanto al pollo, aconsejó la pechuga: "Tiene las mismas cualidades que la carne vacuna, aunque menos hierro".

Además, Katz señaló que hay una tendencia cultural (que no sólo ocurre en la Argentina) al vegetarianismo: "Estamos recorriendo el camino de la demonización alternada de diferentes grupos de alimentos, y en este momento le toca a la carne".

Alberto Alves de Lima, jefe de docencia e investigación del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, también expresó que "es un mito creer que las carnes blancas son más saludables que las rojas : lo cierto es que las carnes rojas magras son tan saludables como la pechuga".

Lo ideal para un adulto es consumir 180 gramos por día de carnes (que puede ser vacuna, pollo, pescado, entre otras). Hoy, los argentinos consumen más de lo recomendado, pero sólo el 25% elige las carnes más saludables, que son las que contienen menos grasa.