Morena Rial fue picada por una araña en la cárcel: “Estuvo con fiebre”

Hace ya casi un mes que Morena Rial está detenida en la Unidad Penitenciaria N°51 de Magdalena, provincia de Buenos Aires, tras haber incumplido los pedidos de la Justicia que le permitieron tener el beneficio de la excarcelación.

Mientras que su abogado, Alejandro Cipolla, continúa luchando por que la mediática obtenga la prisión domiciliaria, debido a que tiene un bebé en edad de lactancia, la situación parece haber empeorado.

Es que el fiscal Patricio Ferrari presentó, este martes, un pedido formal para que se dicte la prisión preventiva, algo que complicaría la situación. Según se había informado, la decisión de si se la beneficiaba con la domiciliaria debía definirse este mismo 28.

Sin embargo, Cipolla continúa sosteniendo que aquel beneficio no está en riesgo sino que sigue en pie y que en estos días se estaría resolviendo la solicitud, pudiendo volver a su casa antes del viernes 31.

Aquella esperanza no deja de hacer que el letrado exponga sus quejas acerca del estado en el que se encuentra viviendo Morena, quien está aislada de las demás reclusas en un buzón y sin comunicación con el exterior.

En esa línea, en diálogo con Mitre Live, Cipolla reveló: “La picó una araña y no le brindaron atención médica, estuvo toda una noche con fiebre. Pasó el fin de semana esto”.

“Ahora está bien, pero le tendrían que haber brindado. Pero no se estarían cumpliendo los requisitos mínimos y fundamentales que tiene que tener un detenido en la provincia de Buenos Aires. Se está convirtiendo en una especie de tortura”, agregó.

E ironizó: “Hay médicos pero parece que no tuvieron tiempo de ir a verla, se ve que estaban viendo la tele. Me lo comentó indignada, que había estado toda la noche volando de fiebre y con dolores. Ya estaba bien por eso no pedí atención médica. Ahora está bien de salud pero la pasó mal”.

Este es uno de los motivos por los que el abogado pidió y reiterará el pedido de que se la traslade a otro establecimiento penitenciario, sumado a la lejanía que tiene con la Ciudad de Buenos Aires.

“Un tema de comodidad para mí y para la defensa. Yo no puedo manejar 400 kilómetros para ir a ver a un detenido para planificar una defensa y el penal pone mil peros. No deja que tenga teléfono y lo de las visitas se complica y le cambian los días…”, explicó Cipolla.