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Más detalles detrás de la extraña declaración de Nahir Galarza: llamadas post crimen y acusación a un policía

Nahir Galarza admitió que no sólo sabía usar armas, sino que dejó registro telefónico luego de cometido el asesinato, como parte de su coartada.

En 18 horas se armó y desarmó una enorme telaraña planificada por la imputada del crimen de Fernando Pastorizzo. Nahir Galarza admitió que no sólo sabía usar armas, sino que dejó registro telefónico luego de cometido el asesinato, como parte de su coartada. Una vez que confesó dijo que lo llamó "porque quiso".

La declaración testimonial fue alrededor de las 10 de la mañana y fue la más extensa. Allí Nahir comenzó a narrar la relación sentimental que la unía con la víctima, que había comenzado unos cuatro años atrás, pero en la actualidad estaban distanciados, aunque se seguían viendo.

Dieciocho horas después, negó el vínculo, pero reconoció haberle disparado dos veces a Fernando Pastorizzo con el arma reglamentaria de su padre, el policía Marcelo Galarza.

Cuatro días antes...


La noche de Navidad sentó un precedente de extrema violencia en la pareja. Las declaraciones testimoniales de los amigos de Fernando y los chats de Whatsapp con una amiga confirman que Fernando fue brutalmente agredido por la imputada y su amiga, quien reconoció públicamente haberle "pegado una piña", aunque aclaró que eso no la hacía cómplice de un homicidio.

Esa noche todo terminó mal: Fernando relató que Nahir y su amiga Sol le golpearon la cabeza contra la pared hasta hacerlo marear y ver todo negro. Él comenzó a filmar la agresión, pero -según relató en Whatsapp- luego lo torturaron "hasta que borré el video". Dijo que le dejaron marcas en el abdomen, los brazos y una rodilla muy dolorida. Aunque la virulencia del encuentro puede espantar a cualquiera,

Fernando decía que los golpes "habían valido la pena, si lo dejaban en paz".

Una madrugada de película


En la noche del 28 de diciembre habrían comenzado los mensajes entre Nahir Galarza, imputada de homicidio doblemente agravado por el vínculo y el uso de armas, y la víctima. Según declaró Nahir en su testimonio a las 10 de la mañana, se enteró del fallecimiento de Fernando por un llamado de Silvia Mantegazza, madre del joven de 20 años. "Yo estuve con él desde hace cuatro años. Teníamos una relación sentimental y ahora nos peleábamos pero nos veíamos algunos días", dijo la joven de 21 años en su declaración. Además, manifestó haberse encontrado con él a las 23.30 del día 28, aunque según trascendió, la mamá de la víctima habría regresado a su casa a la 1.30 AM y Fernando se encontraba en el hogar jugando a la PlayStation.

En cambio, Nahir dijo que estuvieron en la casa de su novio -o ex novio- hasta la 1 y luego fueron en moto hasta su casa, en cercanías a la Costanera.

Luego, la acusada contó que se quedaron en su dormitorio "sin que nadie supiera" y agregó que en un momento su mamá abrió la puerta y "Fernando se escondió". Ya entrada la madrugada, habrían tenido un entredicho, pero "nada grave, no gritamos ni nada" y el joven se fue en su moto. "Era de noche todavía", aclaró Galarza, aunque no pudo precisar el horario.

Los llamados post crimen y la coartada


Entre los detalles de su vestimenta y la de él y hasta los colores de los cascos que usaron esa noche, la joven imputada contó que se quedó despierta y le envió mensajes después de las 5 AM. "Como no respondía lo llamé y no contestó. El último que le mandé fue a las 5.52; yo estaba esperando a que él me llamara, porque siempre me llamaba cuando llegaba, aunque sea para decirme algo".

"Me desperté a las 8.30 con el llamado de su mamá", dijo Nahir y aclaró inmediatamente: "Él andaba con otra chica, pero no era la novia, porque ni siquiera yo era la novia", contradiciéndose con lo expuesto anteriormente y alejándose de su historia de Instagram, donde despedía a su "ángel" con quien había vivido "5 años de amor".

Habló de la posibilidad de un robo y recordó que en alguna oportunidad había sufrido un hurto, pero nada grave. Además agregó que Fernando tomaba alcohol "sólo cuando salía" y en otro momento detalló que la víctima "no tenía armas, ni tampoco lo he visto manejar armas".

A modo de maniobra de distracción, Nahir se adelantó a la información que circuló por los medios de comunicación y relató en Fiscalía que se había enterado que el arma homicida "era de la Policía y yo sabía que Fernando tenía un compañero que tenía una papá o un tío, o un pariente que era de la Policía, porque él siempre le contaba cosas que pasaban en la ciudad y que sólo sabían los policías".

Crónica de una mentira


Entre las 5.15 y las 5.30 del 29 de diciembre, un cuerpo fue encontrado por un remisero en General Paz al 400. Aún agonizaba con dos disparos: uno en la espalda y otro en el pecho.

Cerca de las 8, dieron a conocer que se trataba de Fernando Pastorizzo. El rumor en el círculo íntimo comenzaba a señalar a Nahir Galarza, aunque hasta el momento la investigación se mantenía en su etapa preliminar.

Luego de su primera declaración testimonial, Nahir se reunió a solas con el abogado Víctor Rebossio y pidió ponerse a disposición de la Justicia. Su padre, Marcelo Galarza, entregó su arma en un allanamiento y, en diálogo con ElDía, aseguró: "Hasta ese momento pensé que no tenía nada que ver". Con el correr de las horas "dijeron que era una pistola 9 milímetros y empecé a pensar en algo más".

La confesión de Nahir: "El hecho lo cometí yo sola"

Luego de 18 horas de conmoción en la ciudad, Nahir se presentó espontáneamente en los Tribunales acompañada de sus padres y su abogado, Rebossio.

ElDía accedió al escrito donde declaró: "Niego tener relación con Pastorizzo, Fernando Gabriel. Estuvimos un par de años juntos pero nos peleamos".

Acto seguido entregó un sobre rojo con cintas plateadas. Adentro había una foto y una carta de despedida de Fernando, dedicada a ella. El elemento tiene un peso importante: demostrar que el vínculo entre ambos ya no existía. La carta fue entregada a la Justicia y firmada por Nahir y su abogado para darle validez.

La joven estudiante de abogacía sostuvo: "El hecho lo cometí yo sola. Cuando salimos de la casa en la moto yo iba atrás; la que le disparé fui yo. Lo hice con el arma de mi papá que estaba arriba de la heladera, donde la pone siempre. Los dos disparos los hice con esa arma. Di una vuelta a la manzana y volví caminando a mi casa. Dejé el arma en su lugar sin que mi papá se diera cuenta".

Cuando le preguntan por los llamados realizados luego del asesinato, respondió que los hizo porque quiso y aclaró: "Mi familia no tiene nada que ver. Ni mi madre, ni mi padre, soy yo la responsable del homicidio".

Finalmente, tal como adelantó ElDía, la imputada armó una pistola y demostró en Tribunales que sabía cómo manipularla sacando el seguro y tirando hacia atrás la corredera. Leyeron su declaración en voz alta y ella firmó en conformidad.

(Fuente: El Día de Gualeguaychú)