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Los "tele-detectives" del caso Ángeles Rawson

Por qué el crimen de la joven de 16 años conmueve a un país que critica el morbo, pero lo consume.

Por Mariana Vaccaro

mvaccaro@diarioveloz.com

@vaccaromariana

En Argentina ya es un saber popular que todos somos DT cuando se arman discusiones sobre los partidos de fútbol. Cuántas veces al pasar por la puerta de un bar se escuchan acaloradas conversaciones sobre si tal o cuál jugada fue falta, si el jugador estaba en offside o cómo debería armar el equipo. Esto lo tenemos asumido y hasta decanta de la pasión que prende el deporte en los hinchas, quienes viven cada triunfo y cada derrota como propios.

Desde el 11 de junio pasado, otro tema mucho más morboso y no con menor espectacularidad capta los debates en los trabajos y encuentros sociales: el asesinato de Ángeles Rawson.

Tal vez porque su cuerpo fue hallado a pocas horas de que su desaparición tome estado público; tal vez por tener tan solo 16 años; tal vez por vivir en Palermo, un barrio de clase media alta de la Ciudad; o por tener una vida que a primera vista podría ser la de "cualquiera", este caso policial se volvió colectivo.

Con una doble moral, la  opinió pública se indigna ante el seguimiento que los medios hacen del caso que desde hace casi un mes es noticia todos los días. Sin embargo, cada quién tiene su propia hipótesis de cómo fueron los hechos, construida a partir de los datos que reciben de la radio, la TV y los diarios.

La investigación, o por lo menos lo que salió a la luz en relación al crimen, tiene aún muchos baches, vacíos que cada quién se ocupa de llenar con lógica o con su intuición, basándose en los datos que se conocen y en la impresión que les generó las palabras de la particular familia de la víctima y del único detenido, el portero del edificio de Ravignani 2360 Jorge Mangeri.

Los argentinos convertidos en "tele- detectives" siguen el caso minuto a minuto, es su oportunidad de parecerse a los protagonistas de las series de policiales que en pequeñísimos detalles develan grandes misterios, como en Monk o CSI (Crime Scene Investigation). Es más, incluso han llegado a DiarioVeloz mensajes de los lectores donde explican paso a paso cómo creen que se sucedieron los hechos.

¿Por qué no reaccionamos igual ante los jóvenes que mueren consumidos por las adicciones? ¿Por qué cuando cientos de chicas son raptadas por redes de trata no son noticia? ¿Por qué las muertes producidas por el hambre y la miseria no son tema de discusión diaria? Muchos adolescentes sufren a diario injusticias y vejaciones, pero por más terrible que sean estas realidades conocemos qué las producen.

El misterio que rodea el macabro crimen de Ángeles alimenta el repudio y también la necesidad de armar posibles respuestas; pone en juego el ingenio, porque hay una demanda que reclama obtener respuestas, por más desagradables que sean, ya que la incertidumbre a nivel social provoca miedo. El saber, el entender produce una sensación de seguridad que es lo que se trata de ofrecer cuando especialistas en criminalística aportan su opinión. Por eso más allá de las críticas que se disparan, se continuará hablando del tema hasta que se devele, al menos, el móvil del suceso que hoy conmueve a una sociedad entera.