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Los protectores solares pueden acabar con los peces del río

Según un estudio, la presencia en las aguas de los ríos de algunos compuestos químicos que se utilizan en las cremas con filtros de protección solar (UVB y UVA), tienen efecto de reducción endocrinológica y afectan la fertilidad, por lo que puede alterar la reproducción de los peces.

La conclusión forma parte de un documento presentado hoy en la Segunda Conferencia Anual de SCARCE (escasez) que reúne en Madrid a un centenar de científicos de todo el mundo para exponer los últimos estudios sobre los impactos del cambio climático en la disponibilidad del agua y la calidad de las cuencas hidrográficas de la Península Ibérica.

Según la agencia Europa Press, el director del Instituto Catalán de Investigaciones del Agua (ICRA), Damiá Barceló, dijo en la presentación de los resultados preliminares que los absorbentes de luz ultravioleta que están presentes en cremas solares, champús y textiles y que se usan a diario, "afectan la fertilidad de los peces y puede provocar su extinción sin embargo, de momento no están regulados".

El investigador se refirió específicamente al 4 Metilobenzilideno de camfor (4MBC) y al Metoxiciamato de Etilbexilo (EHMC), dos compuestos que están preseleccionados para entrar el año próximo  en la lista de sustancias controladas de la Comisión Europea pero que, al no estar regulados, las Confederaciones hidrográficas no están obligadas a controlar.

Estas sustancias fueron encontradas en las aguas del Guadalquivir y en la zona de los Pirineos donde hay estaciones de esquí, así como en otras muestras tomadas en las cuencas de los ríos Júcar y Llobregat.

El estudio demuestra que se observa una mayor cantidad en zonas con turismo intensivo.

Estos productos son "relativamente" nuevos en el campo ambiental y sus efectos recién se están estudiando en cuatro cuencas hidrográficas: Guadalquivir, Ebro, Júcar y Llobregat.

Los resultados finales estarán recién para el 2014.

Sin embargo, los equipos de investigación ya han observado que al aumentar el consumo de los productos con estas sustancias, crece también su dosis en el agua y, por lo tanto su presencia y efectos en los ríos, a donde llegan de forma directa, por nadadores con crema solar, o bien por una deficiente gestión del agua para beber.

Barceló, al respecto dijo que esta presencia "podría hacer extinguir algunas especies de ríos, por ejemplo, las truchas" y adelantó que "habrá que hacer más tratamientos al agua, cambiar los productos con estos químicos y depurar mejor las cuencas".

También consideró que estos compuestos pueden producir un impacto ambiental sobre todo en el medio acuático, al producirse una disrupción endocrina que afecta al aparato reproductor de los peces a los que les aparecen efectos feminizantes y altera la tiroides, con un efecto parecido a la ingestión de estrógenos, ya que estos compuestos se acumulan sobre todo en los lípidos.

La investigación estudia también si estas sustancias contaminantes pueden llegar a afectar a las plantas de los ríos y, en especial el biofilim, la capa vegetal que está sobre los sedimentos, y a los invertebrados.

Los productos con esos compuestos ya están prohibidos para el uso infantil en Dinamarca.

Sin embargo, Barceló aseguró que estas cantidades son inofensivas para el uso humano ya que se necesitaría beber 100.000 litros de agua para que se produzca en una persona una función estrogénica.