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Los cuadernos de las coimas: Javier Sánchez Caballero, otro de los empresarios arrepentidos

Es la mano derecha de Calcaterra, el primo de Macri, que se presentó espontáneamente ante Bonadío para declarar detalles de las coimas.

Fue una jugada de pinzas. Mientras el primo de Mauricio Macri, Angelo Calcaterra, se presentó espontáneamente ante el juez Claudio Bonadio para aportar lo que sabe del pedido de sobornos durante el gobierno kirchnerista, su mano derecha, el empresario Javier Sánchez Caballero, uno de los detenidos por la causa de los cuadernos de las coimas, pidió acogerse a la figura de imputado arrepentido colaborador.

La historia de Sánchez Caballero es la de IECSA. El ejecutivo ya formaba parte de la constructora en 2005, cuando Franco Macri transfirió la empresa a su sobrino Calcaterra. El pase de manos dentro de la familia implicó que Franco, Mauricio y sus hermanos mantuvieran acciones de ODS, la firma madre de IECSA, como garantía hasta que el primo comprador saldara la adquisición. Eso ocurrió recién en 2016.

Con Calcaterra, Sánchez Caballero se convirtió en el CEO de la firma. Su nombre aparece mencionado una y otra vez en la causa Odebretch, en la que se investiga el pago de coimas de la constructora brasileña en distintos países de Latinoamérica.

Sánchez Caballero, de 63 años, apareció vinculado con la causa Lava Jato a inicios de marzo de 2017. El diario Estado de Sao Paulo hizo pública una investigación de la Policía Federal de Brasil en la que se analizaban correos electrónicos de Sánchez Caballero vinculados a supuestos sobornos pagados por Odebretch para obtener la obra del soterramiento del tren Sarmiento. Odebretch, IECSA y la italiana Ghelli conformaron la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que ganó la compulsa.

Según esa investigación, al menos cinco e-mails relacionan a Sánchez Caballero con el pago de coimas por unos 35 millones de dólares. Los ejecutivos de Odebretch se referían a los sobornos como "DGI", siglas de Dirección General de Impuestos. Así lo admitieron ejecutivos arrepentidos en esa megacausa de corrupción ante la justicia brasileña.

A los pocos días, el 17 de marzo de 2017, Marcelo Mindlin compró IECSA y la rebautizó SADE: Sociedad Argentina de Construcción y Desarrollo Estratégico. Ese mismo día, el nuevo dueño de la constructora despidió a Sánchez Caballero luego de casi dos décadas en la empresa. Lo reemplazó por su hermano, Damián Mindlin.

Pero la investigación sobre Sánchez Caballero continuó. A comienzos de agosto de ese año, el periodista Hugo Alconada Mon lo entrevistó en La Nación. "Fui completamente ajeno a cualquier tipo de soborno", dijo el ejecutivo. Atribuyó esos pagos a Odebrecht. "Las acciones particulares de cada uno de los integrantes del consorcio, como las que Odebrecht dice haber tomado y ejecutado con relación a pagos indebidos, corren por su cuenta", afirmó.

IECSA fue una de las empresas más favoreciadas por el kirchnerismo. Supo tener a otro socio incómodo aunque bastante más modesto que el gigante brasileño: Austral, la empresa de Lázaro Báez.