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Las mujeres no tienen orgasmos

Según un estudio realizado por el Hospital Durand, tres de cada diez mujeres no logran llegar al orgasmo y conviven con ello como si esto fuese algo “normal”. Luego de analizar más de 400 casos, los especialistas recomiendan iniciar un tratamiento y alejarse de la resignación.

Según los investigadores, las mujeres suelen pensar (durante y previo al acto sexual) en la depilación, en los kilos de más, en las imperfecciones de su cuerpo, en hacer lo que a su pareja le gusta cómo le gusta por temor al abandono o al engaño que socialmente se adjudica como inevitable para el hombre y, tras estos “síntomas” mentales, la mujer inhibe sus sentidos y se enfoca en su mente, en estos pensamientos, por lo que no consigue llegar a orgasmos e incluso, muchas veces siquiera logra la excitación.

Tras esto, se tiende a fingir el extasis sexual para evitar planteos, dar explicaciones o hacer sentir mal a la pareja y se termina bajo la resignación sin pedir ayuda para solucionar el conflicto sexual. Asimismo, el estudio a cargo del área de Disfunciones Sexuales de la División Urología y Ginecología del hospital Durand, entre casi 400 casos, demostró que 3 de cada 10 mujeres tienen trastornos del orgasmo.

Como si fuese poco, además, Amado Bechara (profesor de urología de la UBA y jefe del sector disfunciones sexuales del Durand) relata que “la alteración en esta fase de la respuesta sexual puede deberse a causas orgánicas: depresión, medicación antidepresiva, trastornos hormonales (hipotiroidismo), dolor en el coito o causas fisiológicas como la menopausia. Pero cuando no aparecen causas orgánicas debemos considerar factores inherentes a la educación sexual, tabúes o causas emocionales como las fobias sexuales. Es cierto que muchas mujeres se resignan porque perduran resabios de la mujer que sólo debe conformar al varón, donde la masturbación es mala palabra y en donde les cuesta indicarles a sus parejas qué es lo que les gusta”.

A su vez, Adolfo Casabe, urólogo y miembro del equipo investigativo agrega que “si cuando esa mujer se masturba tiene orgasmos, el problema no es del orgasmo sino de sus vínculos. Es muy frecuente ver mujeres que pierden todo el erotismo cuando tienen que practicar sexo oral o cuando tienen que mostrarse desnudas con la luz prendida”

A esto, Beatriz Literat, jefa del departamento de disfunciones sexuales de Halitus, añade: “Muchas mujeres creen que, al no tener orgasmos, son defectuosas, entonces no se quieren exponer: tener sexo ocasional con un desconocido las libera de tener que rendir cuentas. Pero quienes tienen pareja suelen tener otro problema: ellos quieren saber si terminaron o no y ellas sienten eso como un acoso o una exigencia”. Y es ahí donde suele establecerse la idea de simular: “Fingir la excitación o el orgasmo tiene que ver con conformar al otro, evitar el conflicto, pero lo que se esconde es una enorme falta de comunicación y de confianza”.

En otro aspecto, se calcula que 3 de cada 10 mujeres que consultan vivieron alguna situación de abuso sexual o de acoso masculino, lo que, en consecuencia, las hace no desear al sexo opuesto o no conseguir el completo disfrute.

Para el hombre, en cambio, la mujer es un objeto codiciado, a conquistar, lo que lo sobreexcita. “Muchas creen que tienen un problema porque no tienen orgasmos con penetración vaginal. Otras creen que tienen que tener orgasmos múltiples cuando se sabe que un 70% de las mujeres no lo consigue. Y hay muchos casos de disfunciones sexuales encubiertas: ¿Sabés la cantidad de varones cuyas mujeres les prohíben tomar Viagra con la excusa de que tienen miedo de que se mueran del corazón? ¡Es mentira! Cuando le niegan el tratamiento al varón, en verdad están blanqueando su propia falta de deseo”, cuenta Casabe.

“El gran cambio para que una mujer logre el orgasmo consiste en dejar de esperar que el varón se lo dé y sólo con penetración, y entender que debe hacer algo activamente para lograrlo. Muchas no tienen en cuenta que la mayoría necesita estimulación clitoridea adicional para llegar al clímax. En la cama, Copperfield no existe y los príncipes que te despiertan con un orgasmo tampoco”, dice, por su parte, Helien.

Sin embargo, y lejos de aconsejar la resignación, los expertos recomiendan, aconsejan e indican el tratamiento de los trastornos de las distintas fases de la respuesta sexual (deseo, excitación u orgasmo, dolor sexual) ya que, aseguran, tienen solución.

La ayuda médica, se brinda de manera gratuita y confidencial, por lo que, no hay excusas para no iniciar el trato de estas patologías. Se puede concurrir al Servicio de Disfunciones Sexuales del Hospital Durand (4982-5555), o clamar por ayuda al Programa de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas (de lunes a viernes de 11 a 13 al 5950-8381) o, asimismo, al Servicio de Disfunciones Sexuales del Hospital Tornú (al 4521 3600 interno 202).

Sin escapatorias, hacerse tratar no obstante involucra el comprometerse con este disfrute auto privado y el indagarse respecto de las deficiencias, siempre, sincerándose por completo con uno mismo y dándose lugar al disfrute.