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La tristeza y la frustración en Boca: Guillermo Barros Schelotto no seguirá y tampoco algunos jugadores

La responsabilidad de la pérdida de una nueva copa Libertadores está repartida entre el cuerpo técnico, el plantel y la dirigencia.

Una nueva Copa Libertadores se escapó y esta vez significa una frustración aún más grande por el hecho de haber perdido la final ante River, el rival de toda la vida. No solo se percibe el dolor de una derrota que será difícil de olvidar, por el contexto de jugarlo en España y luego de todo lo que sucedió alrededor. También el de un mandato que no pudo darle grandes alegrías al socio.

El futuro es un misterio, pero todo indica que habrá grandes cambios. Al Mundo Boca le costará dormirse. Ninguno puede excederse de responsabilidades: las porciones, si bien pueden ostentar porcentajes desiguales, marcan a la dirigencia, al cuerpo técnico y a los futbolistas.

La apuesta había sido fuerte. Hubo incorporaciones de lujo como Carlos Izquierdoz, Mauro Zárate, Esteban Andrada y el propio Sebastián Villa, que terminó siendo fundamental en la formación.

La billetera había perdido unos cuantos billetes, pero el objetivo de buscar ganar la Libertadores estaba marcado. Era la posibilidad, quizás la última del mandato Angelici. Así lo entendieron él y sus directivos para empezar a cerrar un ciclo de ocho años (termina a fin del año que viene) con pocas satisfacciones. Y a la espera de un 2019 que puede resultar duro, con varios cambios. Sin embargo, ni siquiera con esos esfuerzos lograron terminar exitosamente con el anhelo.

El próximo paso de Boca será estar al tanto de lo que pase en los próximos meses: el TAS (Tribunal Arbitral del Deporte), entidad independiente de la Conmebol, debe decidir si la obtención de la Copa Libertadores se queda en manos de River o bien la destina a la Ribera producto del reclamo a fondo que realizó el xeneize tras los incidentes en el Monumental. Las miradas, pese a que son pesimistas, estarán ahí a la espera de lo que consideran justo.

Pareciera que soñar con ganar la próxima edición será más difícil. Ya está clasificado por ser el último campeón de la Superliga, pero en el club hay quienes creen que será aún más complicado competir, sobre todo con los brasileros: equipos fuertes que económicamente gozan de otra tranquilidad.

La situación económica del país será fundamental para el armado del plantel. Y según lo que parece puede repercutir negativamente. Es que con el dólar a tan alta cotización, las ventas considerables serán imprescindibles y quitarse de encima salarios pesados será vital. Por eso es que muchos dirigentes aseguran que Cristian Pavón, Wilmar Barrios y Nahitan Nández son los hombres a vender: no solo por las ofertas irresistibles que ya han llegado hace meses, sino también por los deseos de los futbolistas, que ya quieren pegar el salto de calidad al fútbol europeo. Incluso Darío Benedetto, el goleador tan querido por el hincha, puede pegar el portazo. Son varios los equipos del exterior que lo pretenden, especialmente desde Estados Unidos.

A eso habrá que agregarle la salida del colombiano Edwin Cardona, al que antes de la final tenían decidido no comprarle el pase. Y habrá que ver también cuánta motivación hay en Carlos Tevez de seguir con su carrera, teniendo en cuenta que el objetivo por el que volvió a Boca hace más de tres años no se cumplió ni en 2016 ni ahora, con el golpe doloroso de que esta vez el verdugo fue nada menos que River.

El plantel sufrirá sus modificaciones. Perderá calidad y esa jerarquía que tuvo, sobre todo, a lo largo de este año. Y los posibles refuerzos no aparentan tener ese gustito al que los hinchas se estaban acostumbrando: "Con el tema del dólar va a ser muy difícil traer jugadores del exterior y tampoco se podrá repatriar a otros. No solo para Boca, para todo el fútbol argentino. La competencia va a ser dura", supo anticipar Angelici hace algunos meses.

Aunque, claro, la gran incógnita estará en el banco de suplentes. Porque Guillermo Barros Schelotto no continuará como entrenador. Sin el apoyo de muchos dirigentes y con el rumor que indica su deseo de radicarse lejos del país junto a su hermano Gustavo, al término de su contrato dejará el cargo.

Y ahí estará la mayor novela xeneize de las próximas semanas: ¿Cuáles son las opciones? La danza de nombres será grande. El que más fuerte sonaba era Jorge Almirón, pero hace semanas comenzó su etapa en San Lorenzo. Por eso, el nombre de Martín Palermo retumba en las entrañas de la Bombonera. Y alguno que otro menciona por lo bajo a Diego Cagna, un hombre que se acercó mucho en el último tiempo. Aunque sus libres caminos pueden estar interrumpidos por un importante factor: las malas experiencias de los técnicos que fueron exjugadores del club, tras las decepciones del Mellizo y de Rodolfo Arruabarrena, hacen dudar de ir tras ese método.

La Copa Libertadores se escapó. El golpe que recibió es duro, pero Boca ya debe empezar a pensar en la reestructuración a partir de enero.