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La Salada se expande

El centro comercial prepara la inauguración de sus filiales en Córdoba y Mendoza, y se jacta de quitarles clientes a los shoppings tradicionales.

La Salada crece de la mano de la crisis. En el polo comercial que se levanta a orillas del Riachuelo reconocen que se están beneficiando de la desaceleración que vive la economía formal y avanzan con planes de expansión en el interior del país. En las próximas semanas planean una apertura de una sucursal en Córdoba y para marzo de 2013 está programada la llegada a Mendoza.

El plan de expansión salado también incluye una incursión internacional, con Angola y Miami como los primeros mercados, aunque en estos casos admiten que los proyectos están frenados por los problemas para sacar del país los dólares necesarios para iniciar los emprendimientos.

En la actualidad, en el nivel nacional funcionan más de 250 ferias informales -conocidas popularmente como "Saladitas"-, aunque hasta el momento ninguna tiene una vinculación societaria con el megacomplejo de Lomas de Zamora y en la mayoría de los casos la única relación se limita a que La Salada funciona como un centro abastecedor mayorista que provee mercadería al resto de las ferias. El debut de una filial se concretará en octubre próximo, cuando se inaugure una sucursal de Urkupiña -una de las tres grandes ferias que componen el complejo de La Salada- en la ciudad de Córdoba.

La Salada cordobesa, bautizada con el nombre de El Progreso, se levantará en el complejo Forja, un ex establecimiento industrial ubicado en el barrio de Talleres, en el este de la ciudad. Los organizadores -liderados por Ariel Demattei, uno de los socios de Urkupiña- aseguran que la feria contará con 500 puestos, de los cuales la mitad comercializará producción "importada" desde Buenos Aires y la restante será confeccionada en la provincia. Al menos de entrada, El Progreso abrirá tres días a la semana, los lunes y martes para la venta mayorista, y los domingos con una oferta focalizada en el consumidor final.

Polo comercial

Los planes de expansión del complejo también incluyen una apertura en el Gran Mendoza. En este caso, detrás del proyecto se encuentra Jorge Castillo, el CEO de Punta Mogote, otra de las patas de La Salada. "Ya tenemos un terreno sobre la ruta 7 en el departamento de Guaymallén, a menos de 10 minutos del aeropuerto de Mendoza. El predio está pegado a una cooperativa frutihortícola y la idea es crear un polo comercial que incluya alimentos y la propuesta tradicional de La Salada, con el foco puesto en la ropa y calzado", explicó Castillo.

Las aperturas en el interior llegan en un momento en que el negocio vive uno de sus mejores momentos, a contramano de la crisis que enfrenta el comercio tradicional y la fuga de clientes de los grandes shopping centers. "Nuestro negocio siempre fue anticíclico. Cuando la gente tiene que cuidar el mango, más se vuelca a comprar en La Salada, y de hecho el último domingo [por el 8 de julio] tuvimos un récord de ventas y de visitantes", explicó el empresario.

Como es un clásico en el mundo salado, las aperturas no están exentas de polémicas. La Cámara de Comercio de Córdoba ya adelantó que se opondrá "férreamente" a llegada de La Salada a su provincia. "Si lo que van a hacer es trasladar mercadería de origen dudoso, trucho, adulterado, nos vamos a oponer", señaló el titular de la entidad, Horacio Busso.

Castillo sostiene que la situación no es muy diferente en Mendoza. "Tenemos muchos problemas para conseguir las habilitaciones. La idea nuestra era abrir antes de fin de año, pero ahora creo que recién vamos a llegar para inaugurar en marzo de 2013", explicó.

Al oeste de La Noria


La Salada se levanta a menos de diez cuadras del puente La Noria, en el partido de Lomas de Zamora. La feria nació a principios de los 90, pero vivió su explosión comercial a partir de la crisis de 2001. En la actualidad, reúne más de 30.000 puestos comerciales que abren sus puertas dos días a la semana. De acuerdo con los cálculos de los organizadores, cada jornada atrae a más de un millón de clientes y significa ventas por más de 10 millones de dólares. El grado de desarrollo que alcanzó el complejo es tan importante que la Unión Europea ya calificó al lugar como un "emblema mundial del comercio ilegal y de la producción de mercadería falsificada".