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LA POLÉMICA DEL DÍA: El "Cazabobos" de la calle Anchorena

En una investigación exclusiva de DiarioVeloz.com te mostramos cómo las grúas del SEC se llevan automóviles estacionados en un lugar que no tiene pintada la línea amarilla. Para justificarlo en las boletas de infracción cambian la numeración.

Por: Damián Rojo

Hace unos días dejé mi automóvil estacionado en la calle Anchorena entre Valentín Gómez y Corrientes a metros del Abasto. En la cuadra hay un cajón pintado de azul para descarga, donde obviamente está prohibido estacionar y a continuación una clara línea amarilla pintada en el cordón que ocupa unos diez metros, cubriendo el frente de una iglesia cristiana y la entrada de una escuela , ubicada ésta exactamente al 441 de Anchorena.

La numeración siguiente yendo hacia Corrientes recién aparece en el 453 y le corresponde a un negocio, por lo que entre el 441 y el 453 de Anchorena sólo continúa la pared de la escuela, con aulas y ventanas. Allí, el cordón ya no está pintado de amarillo y es frecuente que los autos que estacionan son levantados por las siempre "expectantes" y "voluntariosas" grúas del SEC, empresa que según denuncia la asociación de vecinos "Malditos Parquímetros" tiene vencida la concesión hace ya nueve años, recauda cerca de tres millones de pesos por mes y paga un canon de veinte mil pesos cada treinta días al Gobierno de la Ciudad.

El costo por el acarreo pasó de $ 56,70.- hasta fines de 2007  a costar $ 92.-  en noviembre de 2008. La administración de Mauricio Macri llevó la tarifa a $190.- a los que debe sumarse el monto específico que cobra el gobierno porteño por la multa respectiva.

Durante mi presencia ante el controlador de turno, quien me atendió en forma muy gentil, me enteré la estrategia de cómo funciona el "cazabobos" que tiene como único fin el de recaudar.

Yo le aseguraba que había dejado mi coche estacionado a unos siete metros delante de donde terminaba la línea amarilla y que inclusive tenía detrás mío dos vehículos estacionados sin que ninguno tocara la mencionada línea de infracción.

"La ley dice que en la entrada de una escuela hay que despejar diez metros para cada lado por si hay alguna emergencia" me explicó el controlador. Sin embargo, la línea amarilla pintada recientemente y que debiera estar controlada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sólo cubre unos dos metros hacia donde sube la numeración.

Es por ello que armaron lo que en la jerga se denomina "cazabobos" ya que en esos ocho metros restantes está prohibido estacionar por ley, debido a que está la escuela, pero permitido porque no hay línea amarilla. Ante mi consulta utilizando el sentido común de "¿Por qué no pintaron los diez metros entonces?" La clara respuesta del controlador fue "porque así recaudan dinero amparados por la ley".

Un dato más. En la boleta de infracción que labra el policía de turno está obligado a poner la altura de 441 (donde sí claramente está la línea amarilla y corresponde a la propia entrada de la escuela; aclaro que ahí no estaciona nadie) porque se llevan los autos de lo que sería una supuesta numeración de 449 o 451, pero la misma no existe.

"Es tu palabra contra la del policía. La única manera de probar que tu auto no estaba frente al 441 es que filmes in fraganti a la grúa llevándoselo de ahí", me aseguró el controlador. Y eso hice, por lo que después de varios días de guardia logré sacar fotos del momento en que se llevaban un coche estacionado inmediatamente después de la línea amarilla. Aquí comparto con ustedes, queridos lectores, ese material. El "cazabobos" de la calle Anchorena volvía a actuar.

De más está decirles que cuando me acerqué a los empleados del SEC mientras sacaba las fotos, se burlaron de mi. Y que después de explicarles lo que me había ocurrido y presentarme como periodista, tímidamente me reconocieron "es verdad, tendrían que pintar los diez metros de la línea amarilla porque la gente cree que ahí se puede estacionar". Por supuesto, la numeración que figuraba en esa boleta también era Anchorena 441, un dato que no era correcto, pero fundamental para que la "víctima" no tenga derecho a reclamo.