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La novia de Sergio Denis quiere ir a Tucumán a visitarlo a pesar de las diferencias con la familia del cantante

Verónica Monti confirmó que le gustaría ir a visitar al cantante pese a que esté enfrentada con su familia. "No creo que me saquen corriendo del hospital", dijo desafiante.

En medio de la recuperación de Sergio Denis en Tucumán, donde los últimos partes médicos hablan de una mejoría en la salud del cantante, su novia Verónica Monti dio un móvil a Intrusos (América, lunes a viernes a las 13) en el que dejó algunas definiciones polémicas.

Sobre todo porque tanto Jorge Rial como el resto de los panelistas, le cuestionaron su presencia mediática y su ausencia en la clínica donde el cantante la necesitaba mientras se debatía entre la vida y la muerte.

"Estoy rota", dijo cuando le recriminaron que se mostraba muy fría adelante de las cámaras de TV. "No fui en un primer momento a Tucumán pero no descarto la posibilidad de ir. No es simple para mí viajar porque tengo hijos de 3 y 5 años. Soy mamá sola y no tengo mucha familia para dejarlos. Tal vez pueda hacer un viaje relámpago. Aunque sea para abrazarlo o agarrarle la mano si es que me lo permiten. Estoy barajando la posibilidad de ir. Me muero de ganas de estar con él y si se despierta me gustaría estar ahí", reconoció.

Fue entonces cuando el conductor del ciclo le dijo que "Sergio estuvo a punto de morirse agonizando, te necesitaba al lado y vos no fuiste". "Lo pienso todo el tiempo. Pero me cuesta mucho dejar a los nenes. No descarto hacer un viaje relámpago. La familia no me importa. Somos todos grandes y no creo que me saquen corriendo del hospital", sostuvo ante la consulta de la mala relación que se generó con ellos.

"La familia no me conoce, más allá de la relación que tuvimos con los hijos en la adolescencia. Está bien que ahora estén todos juntos acompañándolo allá. Antes, si él no tenía relación con su familia imaginate que yo como su pareja mucho menos. En su momento les escribí a los hijos por facebook como vecina, diciéndoles que su padre estaba abandonado y nadie lo cuidaba. ¿Sabés que me contestaron?, insulto y bloqueo", reveló aclarando por qué se llevaba mal con la familia.

Ante la insistencia de su ausencia al lado de su pareja, Verónica cambió de opinión con respecto a lo que venía declarando los días anteriores. "Sí, obvio que me gustaría ir a Tucumán. Sergio entendía mi dinámica familiar y se lleva genial con los nenes. él no criticaría mi ausencia allí porque sabe que soy mamá full time. Ser mamá sola no es fácil", se excusó.

Rial le comentó que tal vez podrían ayudarla en el tema económico para que pueda ir a Tucumán. "Sí, si me dejan darle un abrazo o un apretón de manos creo que ayudaría y a él le haría muy bien", respondió entusiasmada.

En otro tramo de la larga entrevista, Verónica reconoció que tuvo algunos inconvenientes con sus vecinos en el edificio. "Soy ruidosa. El edificio es como un Monasterio, porque es toda gente grande. Y llego yo con chicos pequeños de 3 y 5 años y somos ruidosos teniendo en cuenta el silencio que hay siempre allí".

También admitió que tuvo que afrontar un escándalo en la puerta de su edificio con el padre de sus hijos. "Sí, tuve un tema complicado de violencia de género. Pedí auxilio y vino un vecino del 4° para ayudarme. Yo recién entraba al edificio".

Además le consultaron por un rumor que decía que ella tenía una relación paralela de amor con un calesitero de la plaza del barrio. "Con el calesitero somos muy amigos, no hay nada más que eso. Inclusive él está en pareja y Sergio sabe que voy con mis chicos allá. Sergio estaba un poco paranoico por la diferencia de edad, pero no puntualmente por Nicolás, el calesitero. Me decía que se me podía acercar cualquier tipo de mi edad", explicó sobre ese tema.

Sobre el final de la charla, Rial quiso saber cómo había comenzado la historia de amor entre ellos. "La vida nos volvió a cruzar hace un año. Solo tengo un registro de él cuando yo era adolescente en un cumpleaños de su hija, pero nada más. En el edificio él está en planta baja y yo en el tercero. Y cada vez que entro y salgo hago ruido por el movimiento con los chicos. Empezamos a tener buena onda y a charlar cada vez más".

"En la primera conversación que tuvimos en el edificio le conté que conocía a sus hijos y que habíamos ido a la misma escuela. Cuando nos fuimos conociendo más me fue revelando la mala relación con ellos. Yo le preguntaba por qué no venían a visitarlo y ahí me fue contando los conflictos que tenía", recordó acerca de los inicios de la relación.