La mentira en su máxima expresión: la Justicia no se mancha
La jueza Julieta Makintach fue apartada del juicio y el proceso declarado nulo tras revelarse su participación en una serie documental. Su descargo ante el tribunal fue polémico y, según todas las partes, insuficiente para justificar su accionar.
Se conoció el video de la audiencia en la que la jueza Julieta Makintach se defendió de las acusaciones en su contra y terminó con su apartamiento del tribunal y con la nulidad del juicio.
Los 15 minutos que duró el descargo de la desplazada jueza fueron una mentira tras otra, intentando defenderse de las acusaciones en su contra por haber formado parte de un documental sobre el juicio, lo que derivó en que ella sea apartada del debate y que el proceso fuera declarado nulo por sus colegas.
En su falsa y mentirosa exposición, la jueza dijo textualmente: “No se ha logrado describir ningún comportamiento del cual me tenga que defender. No veo hechos precisos, claros, potencialmente ilícitos, penalmente relevantes de los cuales yo pueda darles alguna explicación. Sí veo una enorme difusión pública no autorizada de una entrevista dada en mi despacho”.
La magistrada mostró sus argumentos con una calma impostada, firme y buscando la aceptación de las partes. Dijo que su “noble propósito” era “acercar la Justicia a la sociedad”. Nadie le creyó.
Sobre la difusión de imágenes filmadas en el Palacio de Tribunales de San Isidro el domingo 9 de marzo, a dos días del inicio del debate, dijo que "no hay irregularidad, ni delito, ni causal de mal desempeño”. En cambio, acusó ser víctima de “una gran operación mediática" para apartarla del debate. Como no podía faltar, el reclamo: que la culpa es del periodismo ensobrado.
“¿Saben qué? Yo no me voy a apartar, no me voy a excusar. No voy a dar lugar a la nulidad de este debate”, afirmó, con el mismo tono avasallante que mostró en las audiencias que se habían desarrollado hasta ese momento.
La iniciativa de recusación fue unánime a todos los abogados de las partes y se realizó luego de la exhibición de las pruebas del fiscal Ferrari sobre la producción de la serie Justicia Divina. Acorralada y sin salida, la magistrada renunció.
A modo de cierre dijo: “No van a creer nada de lo que diga. Lo digo por mis hijos y familia. Lamento que no me crean. No conocía este material, no conocía este guion, no es mío, nunca lo leí en mi vida, lo desconocía”, se defendió. Miró a la cara a Gianinna Maradona y a Verónica Ojeda, quienes no podían creer lo sucedido.
La actuación contó con otro momento estelar: “Espero que el juicio pueda seguir sin mí, que se sepa la verdad y que no haya más demoras. Fue desprolijo, digan lo que quieran, no me puedo hacer cargo de todo esto que me atribuyen porque no es mío. Estoy tan sorprendida como ustedes. Para mí es una sorpresa y parece una película de ficción. Ante el pedido de todas las partes, tengo que hacer lugar a la recusación planteada”.
El jueves fue la audiencia en que el juicio fue declarado nulo por los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso. Fueron unos tensos minutos en los que los magistrados dieron la noticia.
"Consideramos que la intervención de la doctora Makintach marca la nulidad del debate", sostuvo el Dr. Savarino.
La justicia argentina, tan cuestionada, tiene jueces ejemplares y dedicados, también “cholulos” como la desplazada jueza. Hoy lloramos por el escándalo del juicio Maradona, pero también recuerdo los días de gloria con el juicio a las juntas militares.
Una mala jueza es solo una mala funcionaria. Los intereses que de seguro perseguía con la malograda serie sobre el juicio solo ella los conoce, pero de seguro alguien perdió mucha plata con este escándalo. La jueza desplazada fue suspendida por la Suprema Corte de Justicia de la Provincia. ¿Su futuro? Incierto. No me extrañaría que termine sentada en Los Ángeles de la Mañana…
LA JUSTICIA NO SE MANCHA
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