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La guerra del aceite: la tensión entre supermercados y empresas amenaza con trasladarse a los precios

Algunas empresas exigen plazos de pago de 15 días para la venta de aceite, harina y productos esenciales y cuidados. Las cadenas se resisten y aseguran que deberían subir 5% los precios.

La devaluación post PASO, sumada a la fuerte incertidumbre y volatilidad que impera desde ese momento, y que persiste aún pese a las medidas que viene tomando el Gobierno, está generando tensiones comerciales entre proveedores y supermercados que podrían derivar en mayores aumentos de precios.

Concretamente, en los últimos días las empresas productoras de aceites y harinas comunicaron a todas las cadenas de retail no sólo que las nuevas listas de precios llegaban con subas de 25%, sino que en lugar de 35/40 días, comenzarían a cobrar a los 15 días. Los supermercados no aceptaron y comenzó una dura negociación que no terminó de resolverse y que podría generar un impacto en los precios mayor al que ya generó la propia devaluación.

Fuentes de varias cadenas, y de la propia Asociación de Supermercados Unidos (ASU) confirmaron que las nuevas condiciones fueron impuestas "casi en simultáneo" por las compañías más grandes del sector: Molinos Río de la Plata, Aceitera General Deheza (AGD) y Molino Cañuelas. Y lo hicieron para harinas, aceites y los productos esenciales y cuidados.

En los primeros dos casos, son alimentos muy atados a la variación del tipo de cambio, mientras que en los que integran el programa oficial, si bien tuvieron una recomposición –que no se vio en la góndola por la quita del IVA–, en algunos no llegó a compensar el aumento de costos producto de la suba del dólar. Es por eso que buscan compensarlo con un menor plazo de pago, según argumentan en las empresas.

En los últimos días las empresas productoras de aceites y harinas comunicaron a todas las cadenas de retail no sólo que las nuevas listas de precios llegaban con subas de 25%, sino que en lugar de 35/40 días, comenzarían a cobrar a los 15 días.

De todas maneras, aún no hubo acuerdo y la tensión es muy grande. A tal punto de que hasta hubo advertencias de que si no se aceptaban las nuevas condiciones, se verían comprometidas las entregas. Por el momento, se mantienen sin inconvenientes. "Hoy estamos haciendo órdenes de compra en función del acuerdo que tenemos, pero nos están diciendo que a partir de septiembre ya regirán los nuevos plazos de pago", dijeron en una importante cadena de supermercados.

Además, remarcaron que esos quince días de diferencia entre el plazo normal de pago y el propuesto ahora por los proveedores implica un costo financiero por el cual deberían aumentar los precios 5%. Según las fuentes, "se les planteó a las empresas que asuman ellos ese mayor costo y se negaron". La que sí mandó una lista superior fue Bunge, que incrementó los precios de sus productos 35% para luego acordar en 28%.

Si no logran ponerse de acuerdo, sí podría haber inconvenientes con el abastecimiento, una vez agotados los stocks, pero la experiencia en estos casos indica que cuando la situación se complica al extremo, aparece la solución. Por lo pronto, la Secretaría de Comercio ya está advertida de la situación y sigue muy de cerca el tema para que no se produzcan faltantes, especialmente en Esenciales y Cuidados.

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