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La candidatura a vice de Miguel Ángel Pichetto rompe el manual de Marcos Peña

Esta vez, la fórmula no tendrá una mujer y fue construida en base a un reclamo del "círculo rojo" y no atendiendo a la "demanda" electoral.

La elección de Miguel Ángel Pichetto como candidato a vicepresidente de Mauricio Macri terminó por romper buena parte del manual de práctica política que construyeron durante varios años Marcos Peña y Jaime Durán Barba.

En primer término, Pichetto no es una mujer. Ya desde el arranque en la jefatura de Gobierno, Macri prefirió ser acompañado por mujeres en la fórmula. Gabriela Michetti primero y María Eugenia Vidal después fueron vicejefas de Gobierno. Michetti repitió ese esquema en el debut de Macri en la presidencia. La idea de Durán Barba siempre fue que la "dureza" de la imagen de Macri necesitaba un complemento femenino. Es casi imposible encontrar un político más alejado de esa imagen que Pichetto.

Además, la elección viola el precepto de Peña de privilegiar en sus armados políticos la mirada sobre lo que él llama "la demanda" electoral y no la "oferta". El jefe de Gabinete siempre dijo que las listas electorales deben encajar con lo que espera la sociedad. En términos de las ciencias sociales, eso significa que deben ser representativas de sectores sociales lo más numerosos posible para poder ganar. Esa idea fue la que bloqueó el acuerdo de Cambiemos con Sergio Massa en 2015. Peña solía decir que la incorporación de Massa era "un pedido del círculo rojo y no una demanda de la sociedad". En ese momento, la historia le dio la razón, pero hoy Pichetto también es una demanda del "círculo rojo". Lo había pedido el radicalismo y también lo reclamaron los empresarios. Sin embargo, no hay ninguna encuesta que lo muestre en la lista de políticos que seducen al electorado. "Esta decisión está dirigida a modificar la oferta", admitió esta tarde un funcionario que participa en la campaña de Cambiemos.

La gran pregunta es si las incorporaciones de peronistas a Cambiemos terminan en Pichetto. En el Gobierno aseguran que la intención es que el cordobés Juan Schiaretti bendiga el acuerdo y que se sumen al oficialismo los dirigentes de Alternativa Federal. Este intento está muy verde, ya que Juan Manuel Urtubey dijo varias veces que piensa seguir su camino.

La designación de Pichetto obligará a mover otras piezas del rompecabezas interno de Cambiemos. El radicalismo había pedido en repetidas ocasiones la candidatura a la vicepresidencia, y el presidente del partido, Alfredo Cornejo, la presidencia de la Cámara de Diputados. Al quedar ocupada la vicepresidencia por un peronista, es casi natural que, en caso de que triunfe Cambiemos, la cámara de Diputados quede para un radical. Para ese puesto estaba anotado también Cristian Ritondo, ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal.

Pichetto, además, es la primera incorporación a Cambiemos de un hombre que fue clave durante los largos años de gobierno del kirchnerismo. Luego de su pelea con Cristina Kirchner, además, fue el dirigente que decidió que la ex presidenta siga libre. Pichetto se plantó junto a los senadores kirchneristas para rechazar el pedido de desafuero que hizo el juez Claudio Bonadio por la causa del Memorándum de Entendimiento con Irán por la Causa AMIA. El bloque de Cambiemos -los nuevos compañeros de ruta de Pichetto- estaba a favor del desafuero, que hoy está acompañado por siete pedisos de prisión npreventiva para la senadora Kirchner. Esa "impureza" de Pichetto será algo nuevo para Cambiemos, una alianza que supo construirse y conseguir energía en muchos períodos de su historia en base a la denuncia de la corrupción y la ineficiencia del kirchnerismo.