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Joven pautó el día de su muerte y reavivó el debate por la eutanasia

Brittany Maynard subió un video a Youtube explicando los motivos de su decisión y generó una repercusión inesperada.

El caso de Brittany Maynard, de 29 años y quien supo apenas se casó que tenía un agresivo tumor cerebral y decidió terminar dignamente con su vida el 1 de noviembre, reavivó el debate sobre la eutanasia en Estados Unidos y el video que la joven publicó en internet explicando sus razones recibió en menos de una semana más de 6 millones de visitas.

Brittany eligió morir en esa fecha para estar junto a su marido, Dan Díaz, hasta dos días antes, cuando él cumplirá los 30 años y, aunque no es la primera persona que anuncia su decisión de morir para acabar con el sufrimiento de una enfermedad terminal su mensaje causó un impacto inusual y reavivó el debate sobre la eutanasia, dice la cadena británica BBC.

En solo seis días el video producido por la organización proeutanasia Compassion & Choices, que subió a Youtube, recibió más de 6.300.000 visitas: sentada frente a la cámara, Brittany cuenta que supo que tenía un tipo de cáncer cerebral sin cura en enero, poco después de su boda.


"Justo cuando me diagnosticaron, mi marido y yo estábamos buscando activamente ampliar la familia. Fue muy doloroso", dice. Luego saca de su bolso dos frascos con píldoras que tomará para morir, en su dormitorio junto a sus seres queridos, mientras suena música de su elección.

La pareja se mudó de California a Oregón, uno de los cinco estados que permiten el suicidio de pacientes terminales asistido por médicos. Allí probó que le quedaban menos de seis meses de vida y obtuvo las medicinas para morir.

El video lo realizó con la esperanza de que otros estados adopten leyes similares, para que personas en situaciones similares pero sin recursos para mudarse tengan la misma opción.

Oregon es el primer estado del país en legalizar la "Death with Dignity Act" (ley para una muerte digna), que entró en vigor en 1997 por la presión de los electores. Los pacientes terminales en pleno uso de razón pueden solicitar la muerte asistida pero deben ingerir esa píldora sin ayuda, ya que es ilegal que el médico se la administre.

Según estadísticas oficiales hasta el 31 de diciembre de 2013 reportadas por la agencia DPA, 1.173 enfermos terminales obtuvieron prescripción de un narcótico mortal y de ellos 752 lo usaron para quitarse la vida. La edad media de los solicitantes es de 71 años y solo seis eran menores de 34, como Brittany, cuyo caso reabrió el debate sobre la moralidad del suicidio asistido.

Los millones de visitas al video "van a traducirse el día de mañana en defensores del derecho a morir dignamente", dijo a BBC Mundo Mickey MacIntyre, de Compassion & Choices, para quien la resonancia que tuvo el caso se debe a la elocuencia de la paciente, que pese a su enfermedad no ha dejado de viajar y antes de morir aún quiere conocer el Gran Cañón.

"Me aterra pensar que mis hijos crecerán en una cultura que venera abiertamente el suicidio con esa pasión tan firme", escribió Matt Walsh, un columnista del sitio de noticias The Blaze, quien reconoce a Brittany como "una portavoz del suicidio muy persuasiva".

Pero a Walsh le preocupa que la elogien por su valor y arrojo: "Si dices que es digno y valiente para un paciente de cáncer quitarse la vida, ¿qué estás diciendo sobre los pacientes que no lo hacen?", planteó

Para el físico, cosmólogo y divulgador científico británico Stephen Hawking, de 72 años y postrado en una silla de ruedas por una afección vinculada a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que lo aqueja desde hace medio siglo, no permitir la muerte asistida es discriminatorio.

"No permitimos que los animales sufran. Entonces, ¿por qué debería tu dolor prolongarse más allá de tus deseos?", sostiene el científico -que debe apelar a un aparato para emitir la voz-, al pedir para quienes padecen situaciones de este tipo "el derecho a quitarse la vida que sí tienen aquellas sin discapacidades".

"Creo que todos deberían tener el derecho a acabar con su vida, tanto si son capaces de hacerlo sin asistencia como si no", afirmó Hawkings y relató que una vez intentó suicidarse "aguantando el aliento. Pero el acto reflejo de respirar fue demasiado fuerte".

Otras personas con enfermedades mortales tuvieron una visión crítica sobre la decisión de la joven californiana, entre ellas Kara Tippetts, autora de un libro y un blog sobre su experiencia con cáncer de mama terminal, quien le escribió una carta pidiéndole que reconsidere su decisión.

"Sufrir no es la ausencia de bondad, no es la ausencia de belleza, pero quizás puede ser el lugar donde la verdadera belleza puede ser conocida", escribe. "Te han contado una mentira. Una horrible mentira, que tu muerte no será bonita".

Tippets considera que los médicos que prescriben medicación para acabar con la vida "se alejan del juramento hipocrático que les ordena, ante todo, no hacer daño".

"Me he asociado con mi doctor en mi muerte y va a ser un viaje bonito y doloroso para todos nosotros. Pero escúchame, no es un error, la belleza nos encontrará en mi último aliento", afirmó en su carta.

Especialista en el tema afirman que la eutanasia no aumenta el número de muertes, en tanto el apoyo a la medida varía de acuerdo con los términos empleados para describirla.

Según un sondeo de Gallup de mayo de 2013, el 70 por ciento de los estadounidenses estaba a favor de permitir a los doctores acelerar la muerte cuando la pregunta se presenta como "finalizar la vida del paciente por algún medio no doloroso", pero ese apoyo bajaba el 51 por ciento cuando el proceso es descrito como un doctor ayudando a un paciente a "cometer suicidio".