Javier Milei demandó a Julia Mengolini por injurias tras sus dichos sobre Karina y sus perros
El presidente presentó una demanda judicial contra la periodista por declaraciones que, según su abogado, afectaron su honor y reputación. Los dichos, realizados en TV, redes y radio, hacían alusión a su vínculo con su hermana y sus mascotas. La denuncia fue radicada en el juzgado de Sebastián Casanello.
El presidente Javier Milei presentó una denuncia penal contra la periodista Julia Mengolini por el delito de injurias, contemplado en el artículo 110 del Código Penal. La presentación judicial fue motivada por declaraciones públicas de la conductora respecto al vínculo del mandatario con su hermana, Karina Milei, y sus ocho perros.
Según la denuncia, a la que accedió Infobae, la querella recayó en el Juzgado Criminal y Correccional Federal N°7, a cargo del juez Sebastián Casanello. El abogado del presidente, Francisco Oneto, fue el encargado de formalizar el escrito, donde se detalla que los dichos de Mengolini fueron realizados tanto en televisión y radio como en redes sociales.
Uno de los fragmentos señalados en la demanda corresponde a una intervención de Mengolini en el programa Duro de Domar, emitido por C5N. Allí, la periodista afirmó: “Más allá de las ideas políticas, es un señor que vive con ocho perros y está enamorado de su hermana. No hice un juicio de valor, hice una descripción. Vive con ocho perros y él mismo dice estar enamorado de su hermana. Sería la primera dama si él fuera presidente. No porque no quiera formar una familia, sino porque está enamorado de ella. Y eso no está bien. Cuando vas al CBC y estudiás Antropología, una de las cosas que te enseñan es que en todas las culturas hay un único tabú: el incesto”.
Además, Milei incluyó en la denuncia un tuit publicado por Mengolini el 12 de agosto de 2024: “Corrección presidente: dije que vivía con sus perros (no que dormía con sus perros). Y que estaba ‘enamorado’ de su hermana, no que se acostara con ella. Los archivos están para que todos los vean. Por otra parte, no hago más que defender las garantías constitucionales”.
El mandatario sostiene que estas afirmaciones dañaron su honor y reputación, tanto a nivel personal como institucional, y asegura que fueron emitidas sin fundamentos, con conocimiento del perjuicio que podían provocar. Según su abogado, hubo una clara intención ofensiva —dolo— y se actuó con desprecio por la verdad, encuadrando el caso en el principio de “real malicia”.
Como prueba de esto, el escrito judicial incluye una entrevista que Mengolini le hizo al constitucionalista Andrés Gil Domínguez, en la que ella misma reconoció el impacto que generan ese tipo de acusaciones. Durante esa charla, la periodista relató: “Una diputada nacional posteó que yo tenía relaciones incestuosas con mi hermano. Lo aseguraron y me atacaron las fuerzas de asalto digital todo el fin de semana. ¿Qué se responde ante eso? ‘No tengo relaciones sexuales con mi hermano’ suena insólito. Me impactó. ¿Se puede hacer algo legalmente?”.
Para Milei, ese testimonio demuestra que la periodista es consciente de la gravedad de sus dichos. “Es la propia querellada quien reconoce que ese tipo de afirmaciones causan un daño irreparable, lo que refuerza la gravedad de sus expresiones hacia el Presidente”, sostiene el escrito.
Asimismo, la defensa de Milei argumenta que Mengolini no podrá escudarse en que sus declaraciones están amparadas por tratarse de un tema de interés público. Se citan fallos de la Corte Suprema que establecen que el derecho a la libre expresión no elimina la responsabilidad legal por daños cometidos en su ejercicio. En este sentido, se remarca que “expresiones indudablemente denigrantes quedan fuera del alcance de dicha eximente”.
También se invoca el principio de razonabilidad, para señalar que sería inconstitucional negar el derecho al honor de figuras públicas en función de una interpretación automática de la libertad de expresión.
En la parte final del escrito, se citan fallos de la Corte que avalan esta postura: “El especial reconocimiento constitucional del derecho a dar, recibir y difundir información no elimina la responsabilidad ante la justicia por los daños causados. Para que una opinión sea agraviante no es necesario que haya mala intención, sino que basta con que se usen expresiones claramente ofensivas y fuera de lugar, cuya prohibición no afecta el debate público”.
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