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Heredia "Cambio pañales, caliente mamaderas, lo baño... ¡soy un papá full time!"

*Por Sergio Oviedo. El flamante padre de Eloy –el hijo que tuvo con Brenda Gandini- Gonzalo Heredia habla de su nueva vida "repartida entre noches enteras sin dormir, pañales y mamaderas".

* Por Sergio Oviedo. El flamante padre de Eloy –el hijo que tuvo con Brenda Gandini- habla de su nueva vida "repartida entre noches enteras sin dormir, pañales y mamaderas". Además, es la cara de la nueva compañía de Fiume, en diciembre empieza las grabaciones de El lobo y produce y actuará en El montaplatos, la famosa obra teatro de Harold Pinter. Estreno: marzo del año que viene.

Las ojeras muy marcadas y los surcos debajo de sus ojos denotan cansancio. Pero su cara se ilumina con una sonrisa gigante cuando habla de su mujer y de su hijo recién nacido. Porque ese hijo, que Gonzalo Ezequiel Heredia quería tener antes de los 30 años, le llegó -puntual- a sus 29.

Desde luego, el repertorio del día y de la noche no es fácil para Brenda Gandini ni para él. "¡Es tremendo! Hay noches en las que no pego un ojo! Cuando (quiero acordarme, ya son las siete de la mañana y me pasé todo ese tiempo dando vueltas entre llanto, pañales y mamaderas.

Pero estoy feliz... Eloy me cambió la vida para siempre", dice Gonzalo mientras se prueba un saco de Fiume, la marca que lo viste desde hace dos años y que acaba de lanzar la campaña primavera-verano con su imagen.

Sin duda, vive su gran año: un hijo, la tira El lobo, que empezará a grabarse en diciembre y lo tendrá como protagonista junto a Celeste Cid, y su debut como productor teatral: ensaya (también como actor) nada menos que El montaplatos, una de las obras más famosas de Harold Pinter: un texto duro de roer, sobre el que levantará el telón en marzo.

-Televisión, teatro, tu mujer, tu hijo... ¡Estás a full!

-Sí, aunque en cada cosa pones una energía diferente.

Lo mejor es repartir: separar los tantos para dedicarle a cada responsabilidad el tiempo que exige y merece.

-Te pregunto por partes.

-Dale.

-Volvés a la televisión con El lobo. ¿Qué expectativas tenés?

-La tensión de un gran desafío, porque se trata de una historia que mezcla ciencia ficción con amor.

Además, lo hacemos con Pol-ka, que garantiza perfección. Es algo muy jugado: ¡Va a sorprender!

 -¿Fue bueno descansar del medio un tiempo, después del éxito de Valientes y Malparida?

-Sí, necesitaba un poco de aire. A veces me aburro de mí mismo, y entonces es el momento de parar la pelota.
Porque si la gente te ve todo el tiempo, te siente como de la familia, y se pierde la magia.

-En Malparida compartiste mucho tiempo de grabación con Juana Viale. ¿Qué sentiste ante la pérdida de su embarazo?

-Sorpresa, y mucha, mucha tristeza. Me puse muy mal. Como digo siempre, hay límites que la prensa no debería cruzar. Pero es un debate muy largo, y para otro ámbito. No en una entrevista.

-Siempre estuviste de un lado del mostrador. ¿Qué implica ponerte del otro lado, como es producir una obra?

-Crecer en la profesión. Compré los derechos de El montaplatos, de Harold Pinter, y formé un grupo de trabajo con director, escenógrafo y actores, todos amigos. Va en marzo en el teatro Piccolino, los viernes y sábados. Veremos qué pasa.

-¿Por qué tomaste esa decisión?

-Para buscarme más profundamente como actor, y ver hacia dónde quiero ir en mi carrera. Creo que el nacimiento de mi hijo tuvo mucho que ver con ese paso.

-¿Qué significó la llegada de Eloy?

-Un cambio enorme. Era un bebé muy esperado, y Brenda, yo y nuestras familias estamos viviendo su nacimiento como una gran fiesta.

-¿En qué te cambió Eloy?

-En todo. Nunca más volvés a mirar la vida con los mismos ojos. El mundo deja de girar en torno a vos, y todo tiene otra dimensión. De la noche a la mañana dejas de ser el centro de atención: ese lugar lo ocupa tu hijo. Vivís todo el tiempo momentos muy fuertes, y las lágrimas te brotan, por más duro que seas. Te invade una ola inmensa de felicidad. ¡Es algo incomparable!

-¿Viste el parto?

-Sí, y fue una de las experiencias más fuertes de mi vida. Nunca pensé que me la podría bancar, pero el instinto pudo más.

-¿Ya cambiaste pañales?

-Sí, ya en la clínica se me despertó una vocación paternal increíble. Ahora cambio pañales, caliento mamaderas, lo paseo, lo baño... ¡soy un padre full time!

-¿Cómo está Brenda?

-Muy bien. Todo lo que me pasa a mí también le pasa a ella. Ser padres primerizos es maravilloso.

Pero ella tiene una doble carga: darle el pecho y estar todo el día con él. ¡El trabajo de una madre es colosal! Y en su caso no es único.

Acaba de grabar un capítulo del unitario rotativo Historias de la primera vez. ¿Su galán? Otro Gonzalo... ¡Valenzuela!

-¿Eloy ya tiene la camiseta de Vélez?

-¡Desde el primer día! Además Fernando Raffaini, el presidente del club, ya lo hizo socio y me mandó el carné.

-¿Para cuándo el debut en el Amalfitani?

-¡No veo la hora! Pero vamos a esperar que crezca un poco más. Además, entre nosotros (habla bajito), primero tengo que convencerá la madre...

-¿Si pudieras elegir una profesión para Eloy, cuál te gustaría? -Lo que él quiera estará bien. Durante el embarazo lo hicimos escuchar mucho jazz. A lo mejor nos sale músico.

-Por lo de Vélez pensé que dirías jugador de fútbol...

-No sé, pero no veo la hora de que camine, para jugar juntos. Quiero verlo en una plaza, corriendo detrás de una pelota, y yo atrás mientras la madre dice: "¡Gonzalo, cuidado que se va a caer!".

-¿Si sale a vos, en qué puesto jugaría? -¡Delantero y goleador! Si saca mis genes, tiene el futuro asegurado.

-¿Como profesional? -¡No, ni de casualidad! Tendrá que ser actor, nomás.