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¿Hasta dónde llega el mensaje de Stella Boonshoft?

La joven expresó lo que sentía con fuerza, pero no alcanzó para ser una transgresión en el mundo real.

Stella Boonshoft se convirtió en una heroína en las redes sociales. La joven estudiante de Nueva York no sólo se animó a posar en ropa interior sin tener el cuerpo "perfecto", también escribió una reflexión sobre su físico que conmueve a miles de personas. "Si mi panza grande y mis brazos gordos y mis estrías y mis muslos anchos te ofenden, no importa. No voy a esconder mi cuerpo y mi ser para no herir susceptibilidades", escribió Stella con la fuerza de un grito liberador en la web.

Sin embargo, esta transgresión que emocionó a los usuarios ¿puede desbordar las redes sociales y pasar a la "realidad" o sólo quedará como "gesto digital"?

La regla de la delgadez como sinónimo de belleza está explicita en la vida cotidiana: en las grandes publicidades de modelos que rozan la bulimia exponiendo sus costillas, en los alimentos dietéticos que invaden las góndolas y en los talles que sólo le calzan perfecto a los maniquíes con cuerpos deshumanizados, entre otros lugares de la vida común.

Stella rasgó el estereotipo masivamente gracias a las redes sociales. Esto es consecuencia de que el ámbito de Internet nos provee de una cultura distinta; desde su origen está marcada por la colaboración y la libertad (ningún estado del mundo puede hacer leyes para controlar la red).

Por esto, la socialización a través de la web permite despojarse de las presiones sociales que siempre existen en la familia, en la escuela, en el trabajo... Internet nos permite crear nuestra imagen y mostrarnos como queremos. A diferencia del cara a cara, la comunicación digitalizada está marcada por la desinhibición.

El mensaje de Stella Boonshoft fue suficiente para decirle al mundo entero qué piensa sobre la belleza y provocar en muchos rechazo hacia el bullying. Pero esta "revolución" necesita más que clicks de apoyo para lograr atravesar la brecha entre la ciber-realidad y el mundo cotidiano.

De hecho, muchos de los mensajes "positivos" que dejaron los lectores de su carta siguen basando su juicio en los valores instalados fuera de la red: "Te felicito, pero deberías hacer ejercicio" o "Tienes una linda sonrisa", son algunos ejemplos.