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Hallazgo de huesos en la casa donde vivió Cerati: qué podría pasar si se confirma que fue un homicidio

El descubrimiento de huesos humanos en una casa del barrio de Coghlan donde vivió el músico encendió todas las alarmas. Mientras el Equipo de Antropología Forense analiza los restos, un reloj encontrado en la fosa podría ser clave para datar la muerte. Si se confirma que fue un homicidio, la causa solo podría avanzar si se tratara de un crimen agravado.

 

El misterio envuelve a la tranquila calle Congreso al 3700, en el barrio porteño de Coghlan. Allí, en el terreno donde hasta hace poco se erguía una vieja casona en la que vivió Gustavo Cerati entre 2001 y 2003, obreros encontraron restos humanos enterrados en una fosa de poco más de un metro de largo. La vivienda fue demolida para dar paso a un edificio, y con ella salió a la luz un posible crimen oculto durante décadas.

Los huesos pertenecerían a un hombre de menos de 30 años, de contextura robusta, y habrían sido enterrados en los años noventa. La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61, a cargo del doctor Martín López Perrando, sigue todas las pistas, sin descartar ninguna hipótesis. Una de ellas —la más estremecedora— es que se trate de un homicidio.

En diálogo con TN, el abogado penalista Fernando Madeo Facente explicó qué podría ocurrir si se confirma que la víctima fue asesinada. “Primero hay que determinar si fue un homicidio. Si ocurrió hace más de 25 años y se trata de un homicidio simple, la causa estaría prescripta. Pero si se trata de un homicidio agravado, la acción penal sería imprescriptible”, sostuvo el letrado.

Esto último es clave: si se comprueba que hubo alevosía, ensañamiento, abuso sexual o premeditación, entre otras circunstancias agravantes, el crimen no caduca legalmente y podría juzgarse aunque hayan pasado más de tres décadas.

Un reloj, la pieza del rompecabezas

Uno de los elementos más intrigantes hallados junto al esqueleto fue un reloj Casio CA-90, un modelo con calculadora muy popular en los años 90. Según fuentes de la fiscalía, el accesorio fue lanzado al mercado entre 1981 y 1982, pero no ingresó formalmente a Argentina hasta 1992. “Ese reloj se vendió por primera vez en el país ese año. Es imposible que haya sido enterrado antes”, detallaron.

Esto acota el rango temporal de la muerte. Ahora, los investigadores intentan determinar si el dispositivo podría indicar el año en que dejó de funcionar. “La duración de la pila podría darnos una pista para saber cuándo se detuvo”, agregaron.

Una investigación en marcha

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) trabaja en el análisis de los restos para detectar lesiones que indiquen una muerte violenta. La fosa, de 1,20 metros por 60 centímetros de ancho y 40 de profundidad, estaba excavada en la medianera del terreno. Por el momento, no se han encontrado documentos ni pertenencias personales que faciliten la identificación.

Aunque el domicilio está vinculado al nombre de Cerati por haber vivido allí, la fiscalía aclaró que por el momento no se está apuntando a ningún habitante específico de la casa, ni se ha citado a quienes residieron en los departamentos linderos. Se busca primero establecer un abanico lo más amplio posible a través de registros civiles y de servicios públicos.

El hallazgo, envuelto en especulación y dudas, revive el imaginario urbano alrededor de una figura icónica como Cerati, aunque su relación con el caso sea solo circunstancial. Por ahora, reina el silencio y la incertidumbre. Pero si los huesos hablan, podrían reescribir una historia que estuvo enterrada —literalmente— por más de 30 años.

 

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