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"Fue el casamiento ideal: estamos viviendo un cuento de hadas"

El sábado 2 de abril, Luisana (23) y Michael (35) dieron el "sí". Se casaron al atardecer, con una ceremonia cristiana en la espectacular estancia Villa María, de Máximo Paz, frente a 300 invitados. Ricardo Montaner viajó especialmente por pedido del novio y cantó Everybody loves somebody, de Frank Sinatra.

Ella, Luisana Lopilato (23), lo define como un cuento de hadas. A ver: primero conquistó a un codiciado soltero, a quien admiraba incluso antes de conocerlo. Después lo enamoró. Finalmente, un día se casó. Y, como no podía ser menos en esta historia, dicha unión fue la boda del año: congregó a todos los medios del espectáculo, tuvo tres aviones y un helicóptero sobrevolando la zona de la fiesta y costó medio millón de dólares. Trescientos invitados fueron testigos. Cuarenta de ellos llegaron desde Canadá y otro star desde Venezuela: se trata de Ricardo Montaner, que viajó al país sólo para cantar en la boda. "Me llamó la atención que me contrataran, aunque de ninguna manera podría cobrar por esta presentación. El (por Bublé) se comunicó y me dijo que a su mujer le gustaban mis canciones. Ante un gesto así de un colega, no se puede establecer un precio", contó el artista, que interpretó cinco temas: Me va a extrañar, Déjame llorar, Tan enamorados, Soy feliz y Cachita. También cantó una amiga de Bublé, Rita, que durante cuarenta minutos entonó variaciones de jazz y sorprendió a muchos por su gran voz. Pero incluso Michael Bublé (35) dio un pequeño recital: cantó Haven’t met you yet, la canción que le escribió a Luisana, y tres temas más de su autoría. Ya sobre el final, llegó a "protestar" un poco, cuando dijo: "Me hacen trabajar hasta en mi casamiento".

ATARDECER DE UN DIA AGITADO. La fiesta se celebró en la estancia Villa María, en Máximo Paz, partido de Cañuelas. Allí, la pareja reservó 11 suites que cuestan alrededor de 500 dólares la noche, El lugar fue premiado por TripAdvisor, el mayor portal de Internet de viajes y turismo del mundo, con el Certificado de Excelencia 2010, y seleccionado por la publicación especializada Travel+Leisure como una de las quince mejores estancias de Latinoamérica. En el complejo, además, hay canchas de polo, club de golf con el sello del Gato Romero y otro de tenis dirigido por Guillermo Vilas. "Cuando me ponía el vestido de novia, no podía creer que fuera el mío. Pensá que esta escena la viví mil veces en todas las novelas en que trabajé. Pero ahora es ‘mi’ vestido y Mike, el amor de mi vida. Será por eso que no estoy tan nerviosa, y lo único que siento es una gran felicidad", decía Luisana mientras la ayudaban a cambiarse.

EL LOOK DE LOS NOVIOS. Luisana Lopilato lució una creación única de Sylvie Burstin: corsage de raso ceñido al cuerpo, muy sensual, con escote profundo, breteles de organza haciendo juego con la falda, que dibujaba un estilo princesa con infinitas capas de tul plisados y cintas con bordado en hilos de seda. Llevaba también un manto haciendo juego con el mismo diseño y zapatos de Christian Louboutin. El peinado fue recogido con brillos esparcidos en su cabello, a cargo de su estilista personal, Bebe Sanders, y el maquillaje fue de Pao Dessaner, todo supervisado por Bernie Catoira, su asesor de imagen. Promediando la fiesta se cambió y usó un vestido de Marchesa con zapatos Lonté, que después cambió por zapatillas para poder bailar hasta el amanecer. Bublé, por su parte, prefirió un smoking negro de DSquared.

LAS FAMILIAS LOPILATO Y BUBLE LO PARTICIPAN... En total hubo 300 invitados. La tarjeta decía que debían ingresar al lugar a las 18 horas del sábado 2 de abril. Pero no todos pudieron cumplir el horario. El primero en llegar fue Rodolfo Ranni. Después Christian Sancho, Guillermo Francella, Patricia Sosa, Martín Seefeld, Marley, Benjamín Rojas, Marcelo De Bellis, Diego Topa y Adrián Suar (que fue de los últimos en arribar), entre otros. Cada uno pasó dos controles de seguridad, y luego atravesó un detector de metales en el que debía dejar cámaras de fotos y celulares.

ACEPTO POR ESPOSO/A. La ceremonia comenzó puntualmente a las 19 y duró media hora. En el altar había un Evangelio, un candelabro y estaba el pastor bilingüe que la familia de Bublé trajo desde Canadá. Los padrinos por parte de ambos fueron los padres, Eduardo y Bety (por ella), y Amber y Lewis (de parte de él). Los novios lucieron alianzas de Tiffany.

LOS REGALOS. Osvaldo Laport, que fue con su mujer, Viviana Sáez, y su hija, Jazmín, contó que todavía no eligió el regalo para Luisana. Martín Seefeld (que encarnó al padre de Luisana en Rebelde Way) le obsequió una batidora. Christian Sancho, que trabajó con Luisana en Casados con hijos y es muy amigo de la pareja (juega todos los lunes al fútbol con Darío Lopilato y Bublé), un juego de vajilla. Alejandro Cupito eligió un cuadro, y Carlos Mentasti, un sillón chino.

EL PODIO. Miguel Angel Rodríguez, quien se lució con Luisana en Alguien que me quiera, fue seleccionado como el de más onda. Bailó toda la noche e hizo un paso de comedia con Bublé, con el cual ya se conocían y habían compartido asados. Otro momento destacado fue el rock que Benjamín Rojas y Luisana desplegaron en la pista. Pero antes, y en lugar del vals, el rock & roll estuvo a cargo de los novios, que mostraron una performance más que aceitada.

GLAM DECO. La ambientación estuvo a cargo de Martín Roig, quien trabajó con total libertad para la decoración de la fiesta. El único pedido de Bublé fue que pensara un concepto con mucho glam. Para lograrlo, Roig diseñó una pista de baile enchapada en bronce y rodeó las mesas de sillas tiffany doradas. Las mesas tenían una suerte de árbol en el centro, y había más de 9 mil rosas blancas importadas de Colombia y Ecuador. Además, se usaron dos grupos electrógenos para iluminar el jardín y la carpa. Los pinos de la estancia fueron revestidos con más de mil faroles, que iluminaban una vista increíble, cautivando sobre todo a los invitados extranjeros.

CON CUCHILLO Y TENEDOR. Los 60 camareros de Eat Catering sirvieron un menú de príncipes. La entrada fue de mozzarella fresca y milanesitas de calabaza, cebollas braseadas, berenjenas grilladas montadas en cilindro con prosciutto, endivias, huevos soft, pesto de albahaca, ensalada moldeada de langostinos con tarta de verdura, aderezo de tomate ahumado y focaccia de aceitunas crocante. Durante la recepción, una banda de músicos tocaba diferentes melodías. Después, en la carpa llegó el plato principal: bife extracotto en vino malbec sobre chutney de cebollas, papas lula, cuña de calabaza y tomate confit. ¿Los postres? Huella tibia de dulce de leche granizado con helado de crema, salsa de vainilla y crocante de nuez, Verin Citric con crema mascarpone, sorbete de frambuesa y mix de cítricos.

OCASO DE LA MEJOR NOCHE. Recién a las cuatro de la mañana dejaron de arder las velas. El primero en abandonar fue Marley, que llegó puntual y se fue temprano. Tras él lo siguieron casi en fila india los demás. Cada uno se llevaba un souvenir de la boda: los hombres, un perfume con el nombre de Michael, y las mujeres, otro con el de Luisana. Bublé confesó: "Cuando veo a Lu feliz, soy el hombre más feliz del mundo". Ella agregó: "Fue como un cuento de hadas, me siento una Cenicienta". Luego, los novios pudieron descansar, quizás el momento más esperado por ellos...